Las reservas de los pantanos catalanes están a menos de la mitad que hace cinco años Los regantes del Ebro no darán el visto bueno a ningún proyecto de cesión de agua hasta conocer su alcance

Thu, 03/04/2008

ABC

El ritmo de descenso de las reservas de los embalses fue «notablemente inferior» en la última quincena de marzo que en las semanas precedentes, según informó ayer la Conselleria de Medio Ambiente de la Generalitat. La gestión de los recursos, la reducción del consumo y las lluvias caídas, aunque débiles, se ofrecen como causas de esa ligera mejora que ha alejado momentáneamente la entrada en situación de emergencia. Ésta se produciría cuando el nivel medio de todos los pantanos de las cuencas internas se encontraran por debajo del 20 por ciento de su capacidad. Las cifras de la Generalitat sitúan en este momento esa media en el 21,08. El sistema Ter-Llobregat y la cuenca de la Muga se mantinen en nivel de excepcionalidad 2 y el resto de las cuencas continúan en situación de excepcionalidad, menos la de la Garona, cuya situación es de normalidad. Echar un vistazo a los registros históricos de los pantanos resulta demoledor. Los de las cuencas internas, de donde se abastace el 92 por ciento de la población, se encuentran ahora a menos de la mitad que hace cinco años. A fecha de 31 de marzo de 2003, el conjunto de los embalses estaba a una media del 54,42 por ciento, mientras que el mismo día de este año esa cifra se situaba en el 20,99 por ciento. El mayor descenso El descenso de reservas es generalizado en todos los pantanos de las cuencas internas, aunque es especialmente acusado en los embalses de Susqueda, Sau, Boadella, La Baells y Llosa del Cavall, que son los que tienen una mayor capacidad de almacenamiento. La búsqueda de agua por cualquier medio se impone. Las comunidades de regantes del delta del Ebro se han mostrado dispuestas a enviar agua sobrante al área metropolitana de Barcelona para ayudar a solucionar la acuciante falta de reservas. Ambas comunidades, de la derecha e izquierda del Ebro, negaron ayer que existan diferencias entre ellos en relación con el debate sobre la manera de afrontar la sequía. Recordaron que siempre han sido «solidarios» en la cesión del agua y que no ven ninguna razón «para dejar de serlo, y menos en situación de emergencia», al tiempo que reclaman participar en el debate y no cierran la puerta a algún acuerdo para la cesión de recursos. Participar en las decisiones Los dos presidentes de las entidades de regantes, Lluís Pegueroles y Manel Masià, recuerdan en esta nota que son partes implicadas en cualquier propuesta que suponga llevar agua del Consorcio de Aguas de Tarragona al área metropolitana barcelonesa, y advierten de que, por lo tanto, deben poder participar en las posibles decisiones a adoptar. Estas comunidades de regantes están pendientes de mantener una reunión el próximo martes con la Agencia Catalana del Agua para conocer más detalles sobre la situación de la sequía. Advierten, no obstante, de que no darán el visto bueno a ningún proyecto en tanto no conozcan «su alcance y trascendencia». Estas comunidades recuerdan que la sequía no sólo afecta a las cuencas internas de Cataluña, sino que también puede alcanzar a la zona del delta del Ebro Por su parte, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Tarragona (PSC-ERC) negó ayer que vaya a vender a Barcelona agua procedente de la red del Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT) y, en consecuencia, del minitrasvase del Ebro. Los responsables municipales han vuelto a insistir en que el agua que se cederá al área metropolitana de Barcelona será la procedente de los pozos y minas municipales, ya que «actualmente es agua sobrante». «Por lo tanto, no es agua del Ebro suministrada por el CAT», ya que «enviar agua del Ebro sería ilegal», añade el consistorio en un comunicado. El grupo de CiU, en la oposición en el consistorio tarraconense, criticó en el pleno municipal del lunes que Tarragona «compre el agua al Ebro a 0,33 euros el metro cúbico y después la vaya a vender a Barcelona al triple de esa cantidad, aunque no hizo referencia a que procediese del minitrasvase. Sin embargo, el consistorio asegura que el coste real del agua procedente del Ebro a través del CAT es de 1,16 euros/m3 por término medio (0,31 euros/m3 que la Empresa Municipal de Aguas —Ematsa— paga al CAT más 0,85 euros/m3 de los costes de transporte, tratamiento, análisis y mantenimiento de la red). Por la cesión del agua a Barcelona, Ematsa recibirá una compensación de un euro/m3 por la gestión del agua, la energía eléctrica, el tratamiento, el control analítico diario y la mano de obra, pero ninguna cantidad por el agua en sí. La Plataforma en Defensa del Ebro anunció anoche que mantiene sus movilizaciones en contra del trasvase del Segre y la interconexión de redes como soluciones para paliar la sequía, tras una larga reunión en Tortosa con el director de la Agencia Catalana del Agua, Manuel Hernández.