Las aguas subterráneas suponen más del 25% del total del caudal de los ríos

Mon, 10/09/2007

Noticias de Gipuzkoa

Las aguas subterráneas aportan al año más de 470 hectómetros cúbicos (hm 3 ) de agua en Gipuzkoa, cerca del 25% del total que exportan los ríos al mar. Las principales reservas de agua subterránea, los acuíferos o unidades hidrogeológicas, aportan un total de 256 hm 3 anuales. El resto de las aguas subterráneas proviene de la parte superior de las zonas ocupadas por rocas de baja permeabilidad y suponen alrededor de 215 hm 3 al año. Su principal función es la de mantener el caudal del río en épocas en las que llueve poco, además de mantener la biodiversidad del entorno. Las unidades hidrológicas del Oria y Deba son las que tienen, comparativamente, más cantidad. En ambas, las aguas subterráneas suponen más del 25% del total de aportación de la cuenca. En el otro extremo está el Urumea, en el que apenas hay formaciones permeables, las aguas subterráneas aportan muy poco, sólo el 6%. Abastecimiento urbano En Gipuzkoa, Debabarrena es la única comarca que se abastece de aguas subterráneas, es el caso de Mendaro, Elgoibar, Mutriku y Deba. La Diputación en los años 80 realizó estudios de hidrogeológicos para considerar dónde era explotable el agua subterránea, 'se hicieron pozos y se abasteció a esta comarca', explica Patxi Tamés, jefe de la unidad de Recursos Hidrológicos de la Diputación. En la zona de Kilimon encontraron una serie de manantiales, hicieron pozos y se abasteció a esa comarca. En Goierri y Tolosaldea, la red de abastecimiento se nutre principalmente de los embalses, pero obtienen ayuda de las aguas subterráneas. Beasain tiene el pozo de Makinetxe, y Tolosaldea, como apoyo a su red, coge agua de los pozos de Hernialde. En Jaizkibel se han hecho perforaciones recientemente, entre la Diputación y el Gobierno Vasco, y en un futuro 'hay intención de instalar esos sondeos como apoyo a Irun y Hondarribia' que actualmente abastece el embalse de San Antón. Debagoiena recibe agua de Urkullu. Donostia depende del Añarbe, 'porque no hay acuíferos importantes, se han hecho perforaciones pero no se ha encontrado nada que interese para explotar', dice Tamés. recursos y reservas Si la explotación del acuífero no se hace correctamente se corre el riesgo de agotar el agua existente en el mismo, por lo que no se puede explotar cualquier pozo que contenga agua. Existen dos tipos: los denominados recursos y las reservas. Los recursos se renuevan, pero las reservas son agua almacenada que cuando se explotan van disminuyendo hasta que se agotan. 'Si empiezas a gastar las reservas llega un momento en el que te quedas sin eso. Aquí las explotaciones están pensadas para explotar recursos, en ningún caso reservas', cuenta Tamés. Las aguas subterráneas son un bien que hay que conservar, tienen una función muy importante en el ecosistema, al igual que la superficial. 'Lo que hacen es contribuir a mantener el caudal de los ríos. Cuando en una zona lleva dos meses sin llover, el agua del río es la que emana de los manantiales, es decir, de los acuíferos. Surge de los manantiales el caudal base de los ríos. 'En una zona natural de La Mancha, por ejemplo, han explotado demasiado las aguas subterráneas y tienen peligro de perjudicar a los humedales y los ecosistemas', cuenta el responsable de recursos hidrológicos de la Diputación. 'Las aguas subterráneas garantizan el abastecimiento en un caso de sequía extrema', sentencia. ventajas En Gipuzkoa, las aguas subterráneas principalmente se utilizan para el abastecimiento de la red. En otros territorios es mayor el uso que se les da, para las redes de regadío, por ejemplo. En Gipuzkoa son las empresas privadas las que se abastecen de este tipo de agua: 'Hay una tradición, existen manantiales importantes en Gipuzkoa que están captados por empresas para agua de fabricación industrial, incluso para producir energía', cuenta Tamés. 'Se suele decir que el abastecimiento mediante aguas subterráneas tiene ventajas' frente a la construcción de un nuevo embalse. 'Social y medioambientalmente está mejor visto el abastecimiento mediante aguas subterráneas que la construcción de embalses', explica el jefe del área de recursos hidrológicos de la Diputación. gabiria Al igual que los ríos, las aguas subterráneas también presentan muy buena calidad.
El único acuífero de Gipuzkoa que presenta problemas se encuentra en los pozos de la antigua mina de Gabiria. 'Fue una mina que estuvo en activo en los años 80, para explotarla tuvieron que deprimir el acuífero, bajar el nivel del agua. Explotaron toda la mina, por lo que se expuso el mineral al aire, al oxígeno, se produjeron una especie de sulfuros metálicos de forma que cuando se dejó de explotar subió el nivel de agua y ahora sale con unos contenidos en hierro y en sulfato y zinc que son elevados. Todavía no se ha llegado a arreglar', explica Tamés. En el caso de la mina de Tolosaldea, se utilizó la balsa de decantación, utilizada antiguamente como depósito de desechos de mineral, para así precipitar el hierro. 'La balsa actúa como decantador y para cuando el agua llega al río ha mejorado bastante'.
Las aguas subterráneas garantizan el abastecimiento en casos de sequía extrema