Miles de agricultores de Murcia tendrán que revisar sus riegos por el mejillón cebra
Tue, 16/01/2007
A perro flaco, todos son pulgas. Junto a la sequía y la falta de agua, la preocupación ahora son las más de 200.000 hectáreas de regadíos de la cuenca del Segura, la mayoría modernizadas, que pueden ser vulnerables a la plaga del mejillón cebra. Basta que sus colonias invadan las canalizaciones y los equipos de riego por goteo para inutilizarlos y provocar cuantiosos daños económicos. Una vez confirmada la presencia de larvas en la cuenca del Segura, la Confederación Hidrográfica y la Comisaría de Aguas acaban de poner sobre alerta a los regantes, que ya han empezado a estudiar medidas para proteger sus explotaciones.
El comisario de Aguas, Manuel Aldeguer, informó ayer al presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura, Francisco del Amor, de los resultados de los análisis, que determinan que en dos puntos por los que pasa el acueducto -el pantano de Camarillas y cerca del embalse del Talave- se han encontrado larvas de mejillón. La primera medida consiste en averiguar qué sistemas de filtrado de agua están utilizando las explotaciones que emplean riego por goteo. El calibre de estos filtros impide precisamente que entre en el circuito de goteo partículas y organismos nocivos.
Anidan en las conducciones
El problema está en que las larvas tienen un tamaño inicial de 50 micras (una micra es la milésima parte de un milímetro), por lo que en muchas explotaciones habrá que reforzar o cambiar los equipos. En otros casos se emplean filtros de arena que retienen todas las impurezas y elementos extraños, y cuya eficacia depende del granulado. Si las larvas se instalan dentro de los goteros y cintas de riego que irrigan las plantas, pueden terminar taponando los pequeños orificios por donde sale el agua hasta dejarlos inutilizados. Un descuido absoluto puede ir más allá, en el sentido de que mejillones cebra adultos podrían anidar dentro de las conducciones.
La Comisaría y el Sindicato de Regantes han decidido mantener la primera reunión de trabajo para coordinar las medidas. El organismo de cuenca, por un lado, enviará una delegación técnica al Ebro para estudiar cómo se está combatiendo allí la plaga. En cuanto a los regantes, éstos han pedido asesoramiento a su federación nacional, para conocer también cómo están afrontando esta plagas los regadíos de otras zonas españolas. Francisco del Amor se puso ayer en contacto con una de las comunidades de regantes del delta del Ebro, donde la plaga lleva años haciendo de las suyas; pero a diferencia de Murcia y Alicante, allí se riegan los arrozales a manta, de tal forma que los canales se llenan y se secan alternativamente y las larvas mueren cuando les falta el agua.
En la cuenca del Segura existen 80 comunidades de regantes que dependen del trasvase Tajo-Segura, y que reunen a unos 70.000 agricultores. Hay por tanto miles de instalaciones de riego por goteo. Pero no son las única que están expuestas, ya que también hay que incluir a los regadíos tradicionales que se aprovisionan con los recursos de la propia cuenca.
Inversión cuantiosa
Seis euros por hectárea. Es lo que cuesta a los agricultores instalar riego por goteo. Y el Sindicato Central de Regantes cuenta con 127.000 hectáreas netas, de las que 98.000 ya disponen de este sistema. La inversión económica resulta pues extraordinaria. Por ello, Francisco del Amor empezó ayer a poner sobre aviso a todas las comunidades de regantes, para que comprueben los sistemas de filtrado de que disponen con el fin de evitar el paso de las larvas del mejillón cebra a los circuitos y cintas de goteo.
«Además de la sequía, sólo nos faltaba esto. Estamos preocupados y antes de que nos pille el toro vamos a tomar medidas», manifestó. Vaciar las balsas de riego -de forma programada- es una de las medidas en estudio. Esto facilita que mueran las larvas con el terreno seco. La otra medida es mucho más costosa. Consiste en instalar filtros más eficaces para impedir el paso de esta especie, cambiando en muchos casos los que ya existen.
El comisario de Aguas, Manuel Aldeguer, informó ayer al presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura, Francisco del Amor, de los resultados de los análisis, que determinan que en dos puntos por los que pasa el acueducto -el pantano de Camarillas y cerca del embalse del Talave- se han encontrado larvas de mejillón. La primera medida consiste en averiguar qué sistemas de filtrado de agua están utilizando las explotaciones que emplean riego por goteo. El calibre de estos filtros impide precisamente que entre en el circuito de goteo partículas y organismos nocivos.
Anidan en las conducciones
El problema está en que las larvas tienen un tamaño inicial de 50 micras (una micra es la milésima parte de un milímetro), por lo que en muchas explotaciones habrá que reforzar o cambiar los equipos. En otros casos se emplean filtros de arena que retienen todas las impurezas y elementos extraños, y cuya eficacia depende del granulado. Si las larvas se instalan dentro de los goteros y cintas de riego que irrigan las plantas, pueden terminar taponando los pequeños orificios por donde sale el agua hasta dejarlos inutilizados. Un descuido absoluto puede ir más allá, en el sentido de que mejillones cebra adultos podrían anidar dentro de las conducciones.
La Comisaría y el Sindicato de Regantes han decidido mantener la primera reunión de trabajo para coordinar las medidas. El organismo de cuenca, por un lado, enviará una delegación técnica al Ebro para estudiar cómo se está combatiendo allí la plaga. En cuanto a los regantes, éstos han pedido asesoramiento a su federación nacional, para conocer también cómo están afrontando esta plagas los regadíos de otras zonas españolas. Francisco del Amor se puso ayer en contacto con una de las comunidades de regantes del delta del Ebro, donde la plaga lleva años haciendo de las suyas; pero a diferencia de Murcia y Alicante, allí se riegan los arrozales a manta, de tal forma que los canales se llenan y se secan alternativamente y las larvas mueren cuando les falta el agua.
En la cuenca del Segura existen 80 comunidades de regantes que dependen del trasvase Tajo-Segura, y que reunen a unos 70.000 agricultores. Hay por tanto miles de instalaciones de riego por goteo. Pero no son las única que están expuestas, ya que también hay que incluir a los regadíos tradicionales que se aprovisionan con los recursos de la propia cuenca.
Inversión cuantiosa
Seis euros por hectárea. Es lo que cuesta a los agricultores instalar riego por goteo. Y el Sindicato Central de Regantes cuenta con 127.000 hectáreas netas, de las que 98.000 ya disponen de este sistema. La inversión económica resulta pues extraordinaria. Por ello, Francisco del Amor empezó ayer a poner sobre aviso a todas las comunidades de regantes, para que comprueben los sistemas de filtrado de que disponen con el fin de evitar el paso de las larvas del mejillón cebra a los circuitos y cintas de goteo.
«Además de la sequía, sólo nos faltaba esto. Estamos preocupados y antes de que nos pille el toro vamos a tomar medidas», manifestó. Vaciar las balsas de riego -de forma programada- es una de las medidas en estudio. Esto facilita que mueran las larvas con el terreno seco. La otra medida es mucho más costosa. Consiste en instalar filtros más eficaces para impedir el paso de esta especie, cambiando en muchos casos los que ya existen.