El desvío se hace realidad cien años después del primer proyecto

Thu, 16/09/2004

La Vanguardia

El río Llobregat cambió ayer de cauce en su tramo final después de 100 años de proyectos, a pesar de que todavía las obras del desvío no se encuentran finalizadas y no lo estarán hasta finales del 2005. Lo que se hizo ayer fue 'un acto simbólico', como señaló el president Maragall.
Un desvío histórico, no porque comenzara en el 2001 -fue entonces cuando se previó que el trasvase de caudal estuviera en el verano del 2003-, sino porque el primer antecedente documentado del desvío aparece en el Plan de saneamiento del ingeniero García Faria, en 1893. Histórico porque han sido varios los planes que han tratado este desvío por las inundaciones de entonces, sobretodo a partir de la década de los años 70.
En 1972, la Confederación Hidrográfica del Pirineo Oriental ya redactó el primer proyecto de desvío, situando la desembocadura a 4,5 kilómetros al sur de la actual; en 1976 el Plan Metropolitano proponía un desvío desde el puente del Mercabarna; y en 1983 la misma Confederación proponía mantener la misma desembocadura, ampliando únicamente su capacidad hidráulica.
No fue hasta 1984, cuando la Corporación Metropolitana de Barcelona presentó la llamada "solución intermedia", fijando la desembocadura sobre la laguna de Ca l'Arana, a 2,5 kilómetros al sur de la actual, y con un trazado perpendicular desde el mismo inicio. El objetivo era ampliar el caudal del río en 4.000 m3/segundo y evitar las trágicas inundaciones. Aún así, el proyecto no se llegó a concretar hasta 1994, cuando el cambio de la desembocadura del Llobregat se convirtió también en necesaria para desarrollar el Plan Delta cuyo objetivo es preparar la infraestructura necesaria para que Barcelona se convierta en plataforma logística de distribución del sur de Europa.
Esta transformación, en la que el desvío del río es pieza clave, no ha tenido siempre el beneplácito popular. No hay que olvidar que las obras afectan a la reserva natural del Delta, la tercera zona húmeda en importancia de Catalunya. El desvío ha provocado en El Prat multitudinarias protestas, ha contado con la oposición de grupos ecologistas y también de la Comunidad de Usuarios del Delta (CUADLL) que en junio de este año consiguió que el Tribunal Supremo declarara nulo el proyecto de desvío, por un defecto de forma. La comunidad descartó entonces solicitar la paralización de las obras a cambio de exigir 'las máximas medidas de protección y control ambiental', especialmente por lo que respecta al acuífero. Unas medidas que, según explicó ayer el secretario general de la CUADLL, Jordi Codina, aún no se han tomado.
En este sentido, y para acallar las críticas, a partir de ahora se trabajará en la parte del proyecto de desvío de las compensaciones medioambientales, hasta finales del 2005, y que, junto al cambio de trazado cuentan con un presupuesto de 53,88 millones de euros. Las obras han hecho desaparecer una zona especial de protección de aves y como compensación se han creado 95 nuevas hectáreas de zonas húmedas, al aumentar en 800 metros los dos últimos kilómetros de recorrido del río, en las que destaca la laguna de Cal Tet, de unas 16 hectáreas y con eje perpendicular a la línea de costa, como las otras lagunas existentes en el Delta, que deben su origen a antiguos cauces del río.
Toda esta nueva zona quedará inundada de forma natural, y permitirá evitar desbordamientos incontrolados, que se podrán llegar a desguazar al mar un caudal máximo de 4.000 metros cúbicos de agua por segundo. A la recuperación de la zona también se suma la depuradora del Baix Llobregat, que inyectará 400 litros de agua tratada por segundo en el año 2006.


Las obras han hecho desaparecer una zona especial de protección de aves; como compensación habrá 95 ha de humedales