El secretario general de La Unió-COAG, Joan Brusca, reclamó hoy que el precio del agua destinada a la agricultura sea "inferior o igual a 12 céntimos por metro cúbico", porque, en su opinión, "hay que distinguir el agua según su utilización final", ya que el sector agrario "difícilmente puede hacer frente a precios elevados".
Brusca respondió así, en declaraciones a Europa Press, a la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, quien anunció ayer en el Consejo Nacional del Agua que el coste de las infraestructuras relacionadas con la utilización del agua que se construyan en el futuro repercutirá sobre la tarifa de este recurso.
En este sentido, Brusca matizó que "falta clarificar el tema", pero apuntó que "no nos pilla de sorpresa porque la medida de que el coste de las obras repercuta en el precio del agua ya estaba contemplada en el anterior Plan Hidrológico Nacional (PHN)".
Por ello, insistió en que "hay que esperar a ver el tipo de tarifas y la procedencia del agua", ya que, lamentó, "existe una indefinición respecto a las diferentes tarifas". Al respecto, subrayó que "hay una serie de actividades en las que el coste no tiene por que ser superior, como en la depuración y la reutilización". Sin embargo, señaló que "otras cosa son las desaladoras" porque, según dijo, "tenemos claro que ese agua nunca llegará al campo, no por falta de calidad ni mucho menos, sino por el alto precio que se le presupone" y que aseguró que "es inasumible por la agricultura".
En este sentido, el secretario general de La Unió-COAG afirmó que esta organización agraria considera que las aguas de desalación tienen que destinarse al consumo urbano, con el objetivo, apuntó, "de liberar recursos para que vuelvan a la agricultura".