CASTILLA LA MANCHA .- ASAJA y las comunidades de regantes analizarán el miércoles las demandas de agua de Castilla-La Mancha
Mon, 19/07/2004
La Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Castilla-La Mancha se reunirá el próximo miércoles, 21 de julio, con una representación de comunidades de regantes de la región con objeto de evaluar los recursos hídricos existentes y definir las demandas en materia de regadíos de esta región.
La organización agraria señaló que, tras la derogación por Real Decreto del trasvase de agua desde el Ebro y el anuncio de un Plan Hidrológico alternativo, éste debe corregir las deficiencias en materia de agua que existen en Castilla-La Mancha con el fin de atender las demandas de los regadíos existentes y futuros que, según la propuesta del Gobierno regional al Plan Nacional de Regadíos, requieren unos recursos de agua superiores a los 2.554 hectómetros cúbicos al año.
ASAJA de Castilla-La Mancha añadió que dicha propuesta regional asegura que los recursos de agua necesarios están contemplados en los planes de cuenca, a excepción de los del Guadiana, y en menor medida, del Júcar y del Segura.
Se confirma, por tanto, que la cuenca del Guadiana presenta un déficit de 474 hectómetros cúbicos al año y los planes del Júcar y del Segura reconocen una infradotación en los regadíos que, según esta organización agraria, deben corregirse en el Plan Hidrológico Nacional.
Es por ello que la organización volverá a plantear su petición de que se paralice el trasvase Tajo-Segura mientras que no se satisfagan las necesidades hídricas de la región y por considerar que si no es aconsejable el trasvase del Ebro desde su desembocadura, mucho menos será justificable el trasvase del Tajo desde su cabecera.
La organización entiende que, al margen de las declaraciones políticas en los medios de comunicación, "no ha habido ninguna medida que nos haga retroceder en nuestros planteamientos iniciales". ASAJA insistió en que uno de los principales factores de estrangulamiento de la agricultura castellano-manchega es la limitación de agua que, a su vez, influye en la poca diversificación de cultivos, así como en la baja e irregular productividad.
Por tanto, entiende que la infraestructura del trasvase Tajo-Segura también debe servir para incrementar el porcentaje de regadío en Castilla-La Mancha que tan solo supone el 11 por ciento de la superficie, a pesar de que produce el 40 por ciento del total de los ingresos de los agricultores de la región.
La organización agraria señaló que, tras la derogación por Real Decreto del trasvase de agua desde el Ebro y el anuncio de un Plan Hidrológico alternativo, éste debe corregir las deficiencias en materia de agua que existen en Castilla-La Mancha con el fin de atender las demandas de los regadíos existentes y futuros que, según la propuesta del Gobierno regional al Plan Nacional de Regadíos, requieren unos recursos de agua superiores a los 2.554 hectómetros cúbicos al año.
ASAJA de Castilla-La Mancha añadió que dicha propuesta regional asegura que los recursos de agua necesarios están contemplados en los planes de cuenca, a excepción de los del Guadiana, y en menor medida, del Júcar y del Segura.
Se confirma, por tanto, que la cuenca del Guadiana presenta un déficit de 474 hectómetros cúbicos al año y los planes del Júcar y del Segura reconocen una infradotación en los regadíos que, según esta organización agraria, deben corregirse en el Plan Hidrológico Nacional.
Es por ello que la organización volverá a plantear su petición de que se paralice el trasvase Tajo-Segura mientras que no se satisfagan las necesidades hídricas de la región y por considerar que si no es aconsejable el trasvase del Ebro desde su desembocadura, mucho menos será justificable el trasvase del Tajo desde su cabecera.
La organización entiende que, al margen de las declaraciones políticas en los medios de comunicación, "no ha habido ninguna medida que nos haga retroceder en nuestros planteamientos iniciales". ASAJA insistió en que uno de los principales factores de estrangulamiento de la agricultura castellano-manchega es la limitación de agua que, a su vez, influye en la poca diversificación de cultivos, así como en la baja e irregular productividad.
Por tanto, entiende que la infraestructura del trasvase Tajo-Segura también debe servir para incrementar el porcentaje de regadío en Castilla-La Mancha que tan solo supone el 11 por ciento de la superficie, a pesar de que produce el 40 por ciento del total de los ingresos de los agricultores de la región.