Jeffrey Sachs: We need a sixth wave of sustainable technologies and environmental
Tue, 15/07/2014
e han alcanzado los límites del planeta: la presión que ejerce la actividad humana sobre los recursos finitos de la Tierra está llegando a un punto de inflexión. No obstante, según afirmó Jeffrey Sachs, experto en desarrollo sostenible, en la inauguración de la edición de 2014 de la Semana Verde en Bruselas el pasado martes, ya se dispone de la tecnología necesaria para hacer frente a esta catástrofe en ciernes.
La situación es muy seria. En abril, las concentraciones de CO2 llegaron a 400 partes por millón por primera vez en tres millones de años. Las emisiones se encaminan hacia un incremento «probable» de la temperatura de entre 4 y 6,1 grados Celsius, cuando la mayoría de los expertos coinciden en que dicho incremento debe mantenerse por debajo de dos grados para evitar una alteración irreversible del clima.
En palabras del Sr. Sachs, reputado economista y asesor experto de Naciones Unidas; «Estamos sobrepasando los límites fundamentales del planeta y el más grave de todos ellos es el que afecta al incremento de las concentraciones de gases de efecto invernadero [...] En el camino que debemos seguir, el límite de dos grados es un factor muy serio y se tiene en cuenta el balance de dióxido de carbono que conlleva».
El Sr. Sachs destacó la importancia de los acuerdos políticos para lograr este objetivo, en concreto, los resultados de las negociaciones de Naciones Unidas sobre el cambio climático celebradas en París y la elaboración de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) el próximo año con consenso internacional. No obstante, dichos acuerdos deben ir acompañados de un intenso desarrollo tecnológico.
«La buena noticia es que estamos asistiendo a una auténtica revolución tecnológica que nos permite avanzar en una dirección caracterizada por la sostenibilidad. En cualquier caso, se ha de tomar una decisión. Los mercados no nos van a llevar por ese camino por sí solos. Debemos decidir a escala planetaria si queremos una economía sostenible, ecológica y global».
El Sr. Sachs hizo referencia al gráfico de Kondratieff de las cinco olas económicas que han tenido lugar desde el comienzo de la revolución industrial. Reclamó una sexta ola basada en tecnologías inteligentes que nos lleve hasta 2050. «Necesitamos una sexta ola de tecnologías sostenibles y ecológicas [...] para poder asegurar la subsistencia de todos los habitantes del planeta de una forma que resulte sostenible en el plano medioambiental».
Según el Sr. Sachs, los principales países responsables del cambio climático, Estados Unidos, China, India, Rusia, Australia, Canadá y los países del Golfo Pérsico, son las entidades económicas en condiciones de redirigir esta evolución y adoptar la sexta ola de crecimiento económico.
Desde algunos sectores se afirma que la tecnología no está aún suficientemente desarrollada para hacer frente a los tremendos desafíos que presenta el cambio climático. El Sr. Sachs apuntó a la extraordinaria capacidad demostrada en los últimos años para mejorar la tecnología y reducir los costes con rapidez. «Desde 1980, el número de usuarios de tecnologías móviles ha aumentado de veinte mil a los siete mil millones actuales [...] El coste de secuenciar un genoma humano ha disminuido de cien millones de dólares en 2001 a unos mil dólares en la actualidad; el coste se ha ido reduciendo a la mitad cada nueve meses aproximadamente [...] Además, el coste de producción de las células fotovoltaicas es nada menos que cien veces menor que en 1977».
Sin embargo, El Sr. Sachs cree que hay ciclos de desarrollo pendientes de evolucionar en el caso de algunas tecnologías. «Es necesario reducir las emisiones de dióxido de carbono de los coches a cero o a valores muy bajos y la gestión y comercialización a escala aún tiene que pasar por varios ciclos tecnológicos... Con respecto a las tecnologías eólica y solar, el problema radica en el almacenamiento y la administración de la red... Muchas personas creen que la captura y el almacenamiento del dióxido de carbono es una tecnología con posibles aplicaciones, pero no se ha demostrado aún. Se lleva a cabo a pequeña escala, pero la dimensión de la escala es un factor pertinente».
En opinión del Sr. Sachs, la clave es crear vías prácticas y razonables para conseguir una reducción sustancial de los niveles de dióxido de carbono basada en una revolución tecnológica. Estas vías nacionales de reducción sustancial de los niveles de dióxido de carbono deberían estar basadas en una mejora técnica y estructural de la eficiencia energética; la reducción de los niveles de dióxido de carbono del sector energético gracias al uso de redes inteligentes; el abastecimiento de la demanda de energía final por medio de electricidad; la reducción de las emisiones generadas por los procesos de los distintos sectores industriales (por ejemplo el del cemento y el acero) y la reducción de las emisiones derivadas del uso del suelo, el cambio en el uso del suelo y la silvicultura.
«Todos los países deben trazar un itinerario que incluya un compromiso de adopción de programas de difusión de tecnología donde se recojan soluciones esenciales. El mundo necesita invertir en tecnologías a gran escala. Si invertimos decenas de miles de millones, los beneficios serán billonarios».
Algunos expertos en materia de cambio climático insisten en que es demasiado tarde para invertir la situación, pero el Sr. Sachs fue firme al concluir su exposición en el auditorio de la Semana Verde: «Tenemos el conocimiento, la tecnología y una necesidad apremiante, así que pongámonos manos a la obra».
La situación es muy seria. En abril, las concentraciones de CO2 llegaron a 400 partes por millón por primera vez en tres millones de años. Las emisiones se encaminan hacia un incremento «probable» de la temperatura de entre 4 y 6,1 grados Celsius, cuando la mayoría de los expertos coinciden en que dicho incremento debe mantenerse por debajo de dos grados para evitar una alteración irreversible del clima.
En palabras del Sr. Sachs, reputado economista y asesor experto de Naciones Unidas; «Estamos sobrepasando los límites fundamentales del planeta y el más grave de todos ellos es el que afecta al incremento de las concentraciones de gases de efecto invernadero [...] En el camino que debemos seguir, el límite de dos grados es un factor muy serio y se tiene en cuenta el balance de dióxido de carbono que conlleva».
El Sr. Sachs destacó la importancia de los acuerdos políticos para lograr este objetivo, en concreto, los resultados de las negociaciones de Naciones Unidas sobre el cambio climático celebradas en París y la elaboración de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) el próximo año con consenso internacional. No obstante, dichos acuerdos deben ir acompañados de un intenso desarrollo tecnológico.
«La buena noticia es que estamos asistiendo a una auténtica revolución tecnológica que nos permite avanzar en una dirección caracterizada por la sostenibilidad. En cualquier caso, se ha de tomar una decisión. Los mercados no nos van a llevar por ese camino por sí solos. Debemos decidir a escala planetaria si queremos una economía sostenible, ecológica y global».
El Sr. Sachs hizo referencia al gráfico de Kondratieff de las cinco olas económicas que han tenido lugar desde el comienzo de la revolución industrial. Reclamó una sexta ola basada en tecnologías inteligentes que nos lleve hasta 2050. «Necesitamos una sexta ola de tecnologías sostenibles y ecológicas [...] para poder asegurar la subsistencia de todos los habitantes del planeta de una forma que resulte sostenible en el plano medioambiental».
Según el Sr. Sachs, los principales países responsables del cambio climático, Estados Unidos, China, India, Rusia, Australia, Canadá y los países del Golfo Pérsico, son las entidades económicas en condiciones de redirigir esta evolución y adoptar la sexta ola de crecimiento económico.
Desde algunos sectores se afirma que la tecnología no está aún suficientemente desarrollada para hacer frente a los tremendos desafíos que presenta el cambio climático. El Sr. Sachs apuntó a la extraordinaria capacidad demostrada en los últimos años para mejorar la tecnología y reducir los costes con rapidez. «Desde 1980, el número de usuarios de tecnologías móviles ha aumentado de veinte mil a los siete mil millones actuales [...] El coste de secuenciar un genoma humano ha disminuido de cien millones de dólares en 2001 a unos mil dólares en la actualidad; el coste se ha ido reduciendo a la mitad cada nueve meses aproximadamente [...] Además, el coste de producción de las células fotovoltaicas es nada menos que cien veces menor que en 1977».
Sin embargo, El Sr. Sachs cree que hay ciclos de desarrollo pendientes de evolucionar en el caso de algunas tecnologías. «Es necesario reducir las emisiones de dióxido de carbono de los coches a cero o a valores muy bajos y la gestión y comercialización a escala aún tiene que pasar por varios ciclos tecnológicos... Con respecto a las tecnologías eólica y solar, el problema radica en el almacenamiento y la administración de la red... Muchas personas creen que la captura y el almacenamiento del dióxido de carbono es una tecnología con posibles aplicaciones, pero no se ha demostrado aún. Se lleva a cabo a pequeña escala, pero la dimensión de la escala es un factor pertinente».
En opinión del Sr. Sachs, la clave es crear vías prácticas y razonables para conseguir una reducción sustancial de los niveles de dióxido de carbono basada en una revolución tecnológica. Estas vías nacionales de reducción sustancial de los niveles de dióxido de carbono deberían estar basadas en una mejora técnica y estructural de la eficiencia energética; la reducción de los niveles de dióxido de carbono del sector energético gracias al uso de redes inteligentes; el abastecimiento de la demanda de energía final por medio de electricidad; la reducción de las emisiones generadas por los procesos de los distintos sectores industriales (por ejemplo el del cemento y el acero) y la reducción de las emisiones derivadas del uso del suelo, el cambio en el uso del suelo y la silvicultura.
«Todos los países deben trazar un itinerario que incluya un compromiso de adopción de programas de difusión de tecnología donde se recojan soluciones esenciales. El mundo necesita invertir en tecnologías a gran escala. Si invertimos decenas de miles de millones, los beneficios serán billonarios».
Algunos expertos en materia de cambio climático insisten en que es demasiado tarde para invertir la situación, pero el Sr. Sachs fue firme al concluir su exposición en el auditorio de la Semana Verde: «Tenemos el conocimiento, la tecnología y una necesidad apremiante, así que pongámonos manos a la obra».