Climate change, another factor that will determine the sun and beach tourism
Tue, 15/04/2014
La mayoría de los destinos de costa en España podrían catalogarse como maduros frente a lugares emergentes en otras regiones del mundo. Asimismo, las necesidades futuras en este sector serán muy distintos a los actuales y el envejecimiento poblacional será un factor clave a tener en cuenta, según un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid.
El cambio climático es un factor más que determinará en el futuro el turismo de costa en España. Esta consideración se desprende de la investigación Prospectiva aplicada al diseño de los destinos de sol y playa, realizada por José Miguel Fernández Güell, profesor de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), y la arquitecta Marta Collado, que analizan las demandas turísticas previsibles en un plazo de 20 años y sus repercusiones en los destinos del litoral.
De todas las conclusiones que se plantean en el estudio, la principal es que las necesidades del turista del futuro vendrán conformadas por factores muy distintos de los actuales. Uno de los elementos que potenciará este cambio será el envejecimiento poblacional que experimentarán los principales mercados emisores de turistas actuales, así como la proliferación de nuevas estructuras familiares.
Otros factores a considerar serán la consolidación de los países emergentes en el orden económico global, que contribuirá al aumento del número de las clases medias con capacidad para viajar, y los avances continuos en las tecnologías de la información y la comunicación, que impulsarán la transformación de los canales de promoción y comercialización turísticos.
Habrá también otros elementos relacionados con el medio ambiente de especial importancia que serán determinantes a la hora de elegir los destinos turísticos y que tienen que ver con la aceleración del cambio climático que sufre la Tierra. Este factor del entorno obligará a tomar políticas ambientales más decididas para preservar los recursos turísticos.
En último lugar, la creciente demanda social de nuevos modelos de gobernanza más transparentes y participativos originará cambios en la planificación y gestión de los destinos turísticos por parte de las administraciones y los turoperadores.
Un 11% de la economía española
Resulta imperioso que nuestros principales destinos del litoral identifiquen y afronten los retos de futuro, a fin de mantener su posicionamiento competitivo
Todos estos factores han contribuido a pronosticar que sería preciso iniciar "un nuevo proceso de reflexión estratégica y sería recomendable que las administraciones españolas impulsen transformaciones estructurales en el sector del que depende un 11 por 100 del PIB de nuestro país”, manifiesta Fernández Güell. Este profesor de la ETS de Arquitectura de la UPM recuerda que, hasta la fecha, la única prospectiva sobre cómo evolucionaría el turismo en España la afrontó la Administración del Estado en 2007, bajo el nombre de 'Plan de Turismo Horizonte 2020'. "Obviamente, aunque fue un buen intento, la actualidad ha rebasado ampliamente sus previsiones", indica.
En el período transcurrido desde entonces han ocurrido cambios muy significativos, alguno de ellos totalmente inesperados, como la aparición en escena de la demanda y oferta de los países emergentes. Por esa razón, para Fernández Güell, “resulta imperioso que nuestros principales destinos del litoral identifiquen y afronten los retos de futuro, a fin de mantener su posicionamiento competitivo en los diversos segmentos del turismo vacacional”.
En la actualidad, las sociedades contemporáneas están sometidas a intensos y frecuentes cambios, incluso a turbulencias coyunturales, que incrementan sustancialmente el nivel de incertidumbre a la hora de tomar decisiones. Obviamente, el sector turismo no es una excepción a esta regla, ya que sus procesos de planificación están expuestos a numerosas incertidumbres críticas.
La huella ecológica en la costa
¿Cómo habría que plantearse esa nueva oferta turística y a qué sectores de esa nueva sociedad emergente del futuro iría dirigida? Esta es una pregunta a la que Fernández Güell responde con nuevas alternativas, algunas de las cuales se han perfilado tímidamente en los últimos años, que entiende que deberían implantarse con urgencia.
"La estrategia de diversificación debería tomar en consideración la nueva estructuración del mercado según estilos de vida, en lugar de hacerlo a partir de los estratos socioeconómicos convencionales"
“Sin olvidar el buen posicionamiento competitivo que el sector disfruta en el segmento sol y playa, la oferta turística española debería diversificarse hacia otros segmentos complementarios, como es el caso del turismo de golf y el cultural. Además debería reforzarse nuestra presencia en otros segmentos alternativos como son el turismo urbano y el rural”, afirma el profesor de la UPM. “En cualquier caso, la estrategia de diversificación debería tomar en consideración la nueva estructuración del mercado según estilos de vida, en lugar de hacerlo a partir de los estratos socioeconómicos convencionales".
Fernández Güell asegura que el turista demandará en el futuro lugares respetuosos con el medio ambiente. Por esa razón, el estudio plantea la necesidad de no aumentar la huella ecológica de los destinos turísticos en nuestro territorio. En otras palabras, no se pueden seguir construyendo destinos ex novo por la simple razón de que apenas queda sitio en la costa española para nuevos desarrollos.
Por el contrario, según se desprende de las conclusiones de la investigación, habrá que realizar un esfuerzo importante por modernizar los destinos obsoletos, sin incurrir en grandes inversiones en infraestructuras y estructuras edificatorias.
La nueva planificación turística compatible con los nuevos criterios de sol y playa resulta urgente, antes de que se impongan las nuevas modas. Para Fernández Güell, la adaptación a estas tendencias no depende en gran medida de los operadores turísticos, que “han demostrado históricamente una gran capacidad para adaptarse a los cambios del entorno.
El gran reto radica en “las administraciones públicas, sobre todo las locales, sean capaces de concertar medidas con la iniciativa privada e implantarlas con la intensidad y agilidad requeridas”.
A pesar de los cambios del entorno mencionados anteriormente, el autor de la investigación se muestra optimista con el futuro del turismo de sol y playa, que continuará siendo el segmento más demandado en los próximos 15 o 20 años. “La cuestión central es si España seguirá disfrutando de una posición dominante en ese mercado”.
De todas las conclusiones que se plantean en el estudio, la principal es que las necesidades del turista del futuro vendrán conformadas por factores muy distintos de los actuales. Uno de los elementos que potenciará este cambio será el envejecimiento poblacional que experimentarán los principales mercados emisores de turistas actuales, así como la proliferación de nuevas estructuras familiares.
Otros factores a considerar serán la consolidación de los países emergentes en el orden económico global, que contribuirá al aumento del número de las clases medias con capacidad para viajar, y los avances continuos en las tecnologías de la información y la comunicación, que impulsarán la transformación de los canales de promoción y comercialización turísticos.
Habrá también otros elementos relacionados con el medio ambiente de especial importancia que serán determinantes a la hora de elegir los destinos turísticos y que tienen que ver con la aceleración del cambio climático que sufre la Tierra. Este factor del entorno obligará a tomar políticas ambientales más decididas para preservar los recursos turísticos.
En último lugar, la creciente demanda social de nuevos modelos de gobernanza más transparentes y participativos originará cambios en la planificación y gestión de los destinos turísticos por parte de las administraciones y los turoperadores.
Un 11% de la economía española
Resulta imperioso que nuestros principales destinos del litoral identifiquen y afronten los retos de futuro, a fin de mantener su posicionamiento competitivo
Todos estos factores han contribuido a pronosticar que sería preciso iniciar "un nuevo proceso de reflexión estratégica y sería recomendable que las administraciones españolas impulsen transformaciones estructurales en el sector del que depende un 11 por 100 del PIB de nuestro país”, manifiesta Fernández Güell. Este profesor de la ETS de Arquitectura de la UPM recuerda que, hasta la fecha, la única prospectiva sobre cómo evolucionaría el turismo en España la afrontó la Administración del Estado en 2007, bajo el nombre de 'Plan de Turismo Horizonte 2020'. "Obviamente, aunque fue un buen intento, la actualidad ha rebasado ampliamente sus previsiones", indica.
En el período transcurrido desde entonces han ocurrido cambios muy significativos, alguno de ellos totalmente inesperados, como la aparición en escena de la demanda y oferta de los países emergentes. Por esa razón, para Fernández Güell, “resulta imperioso que nuestros principales destinos del litoral identifiquen y afronten los retos de futuro, a fin de mantener su posicionamiento competitivo en los diversos segmentos del turismo vacacional”.
En la actualidad, las sociedades contemporáneas están sometidas a intensos y frecuentes cambios, incluso a turbulencias coyunturales, que incrementan sustancialmente el nivel de incertidumbre a la hora de tomar decisiones. Obviamente, el sector turismo no es una excepción a esta regla, ya que sus procesos de planificación están expuestos a numerosas incertidumbres críticas.
La huella ecológica en la costa
¿Cómo habría que plantearse esa nueva oferta turística y a qué sectores de esa nueva sociedad emergente del futuro iría dirigida? Esta es una pregunta a la que Fernández Güell responde con nuevas alternativas, algunas de las cuales se han perfilado tímidamente en los últimos años, que entiende que deberían implantarse con urgencia.
"La estrategia de diversificación debería tomar en consideración la nueva estructuración del mercado según estilos de vida, en lugar de hacerlo a partir de los estratos socioeconómicos convencionales"
“Sin olvidar el buen posicionamiento competitivo que el sector disfruta en el segmento sol y playa, la oferta turística española debería diversificarse hacia otros segmentos complementarios, como es el caso del turismo de golf y el cultural. Además debería reforzarse nuestra presencia en otros segmentos alternativos como son el turismo urbano y el rural”, afirma el profesor de la UPM. “En cualquier caso, la estrategia de diversificación debería tomar en consideración la nueva estructuración del mercado según estilos de vida, en lugar de hacerlo a partir de los estratos socioeconómicos convencionales".
Fernández Güell asegura que el turista demandará en el futuro lugares respetuosos con el medio ambiente. Por esa razón, el estudio plantea la necesidad de no aumentar la huella ecológica de los destinos turísticos en nuestro territorio. En otras palabras, no se pueden seguir construyendo destinos ex novo por la simple razón de que apenas queda sitio en la costa española para nuevos desarrollos.
Por el contrario, según se desprende de las conclusiones de la investigación, habrá que realizar un esfuerzo importante por modernizar los destinos obsoletos, sin incurrir en grandes inversiones en infraestructuras y estructuras edificatorias.
La nueva planificación turística compatible con los nuevos criterios de sol y playa resulta urgente, antes de que se impongan las nuevas modas. Para Fernández Güell, la adaptación a estas tendencias no depende en gran medida de los operadores turísticos, que “han demostrado históricamente una gran capacidad para adaptarse a los cambios del entorno.
El gran reto radica en “las administraciones públicas, sobre todo las locales, sean capaces de concertar medidas con la iniciativa privada e implantarlas con la intensidad y agilidad requeridas”.
A pesar de los cambios del entorno mencionados anteriormente, el autor de la investigación se muestra optimista con el futuro del turismo de sol y playa, que continuará siendo el segmento más demandado en los próximos 15 o 20 años. “La cuestión central es si España seguirá disfrutando de una posición dominante en ese mercado”.