Feijoo stresses that the drought plan is based on an objective social, environmental and economic development to ensure water supply to more than 2 million Galician and protect the most vulnerable sectors and ecosystems

Fri, 02/08/2013

Xunta de Galicia

Destaca que uno de los objetivos prioritarios es garantizar el abastecimiento de los ciudadanos que viven en la demarcación Galicia-Costa; más de 2 millones de gallegos, el 75% de los ciudadanos de Galicia”
Subraya que el plan busca proteger los sectores más vulnerables que hacen un mayor empleo del agua: el industrial y el agroalimentario, que representan, aproximadamente, el 85% de la demanda de agua de la cuenca hidrológica y que generan más de 180.000 empleos y 6.000 millones de euros de valor añadido bruto anual
Apunta que la ocupación de los embalses pertenecientes a la demarcación competencia exclusiva de la Comunidad, la demarcación Hidrográfica Galicia-Costa, es del 78,21%, un 7,4% superior al mismo mes del año 2012, y más de 9 puntos por encima del promedio de los últimos cinco años
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El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, aseguró hoy que el Plan de sequía de la Demarcación Hidrográfica Galicia-Costa, aprobado esta mañana por el Consello, se sustenta en tres objetivos en el campo social, ambiental y económico para garantizar el abastecimiento de agua a más de 2 millones de gallegos y proteger los sectores y ecosistemas más vulnerables. Una hoja de ruta, dijo, “para minimizar los efectos de episodios prolongados de pocas precipitaciones”.

En la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Consello, Feijóo explicó que este plan se marca como objetivo prioritario en el campo social, “garantizar el abastecimiento de los ciudadanos que viven en la demarcación Galicia-Costa; más de 2 millones de gallegos, el 75 por ciento de los ciudadanos de Galicia”, puntualizó.

Respecto al objetivo ambiental, el propósito es minimizar los efectos negativos de la sequía sobre el estado ecológico de los ríos y, el económico, proteger los sectores más vulnerables que hacen un mayor empleo del agua: el industrial y el agroalimentario, que representan, aproximadamente, el 85 por ciento de la demanda de agua de la cuenca hidrológica y que generan más de 180.000 empleos y 6.000 millones de euros de valor añadido bruto anual.

El mandatario autonómico reconoció que la situación de los embalses gallegos actualmente no es preocupante, y apuntó que la ocupación de aquellos que pertenecen a la demarcación competencia exclusiva de la Comunidad, la demarcación Hidrográfica Galicia-Costa, es del 78,21 por ciento, un 7,4 por ciento superior al mismo mes del año 2012, y más de 9 puntos por encima del promedio de los últimos cinco años. No obstante, abogó por “actuar con antelación y con prevención”, para lo cual se dispuso la activación de este plan que hoy aprobó el Consello.

Cuatro fases de actuación para garantizar el abastecimiento y controlar el uso del agua
Durante su intervención el presidente explicó las diferentes fases de este plan que prevé, como primera de ellas, la situación de normalidad. En este escenario, Feijóo destacó la importancia de estudiar y aprobar ordenanzas municipales de sequía, y de seguir estableciendo medidas de concienciación insistiendo en la necesidad de que “todos, sin excepción”, hagamos un uso y un consumo razonable del agua.

Sobre el nivel de prealerta, señaló que se activará cuando los indicadores desciendan de forma significativa por debajo de los valores medios históricos. Medidas como un mayor intercambio de información, extremando el control de los usos del recurso tanto desde el organismo de la cuenca como a nivel de los ayuntamientos.

El nivel de alerta, prosiguió, insiste en medidas de ahorro más importantes como es la limitación de los usos y detracción del recurso, tanto por parte del organismo de la cuenca, como a nivel de los ayuntamientos, controlando los sistemas de abastecimientos (piscinas, riego de jardines, baldeado de calles, etc.), o a través de cortes horarios y ajustes de los caudales de salida de los embalses y de los caudales hidrológicos.

Por último, situó el nivel de emergencia. Para estos casos, indicó que se proponen restricciones a los usos menos prioritarios y medidas estructurales o técnicas necesarias en cada caso. También, planes de reducción de pérdidas en la red mediante detección de fugas y optimización de procesos, y aplicación de unas tarifas de abastecimiento que penalicen los consumos excesivos.

En definitiva, concluyó, “trabajamos en el campo de la prevención y, esa prevención, implica a las administraciones, que tenemos deber que hacer. Y, también, implica a los ciudadanos, que tienen que conocer cuáles son sus deberes a través de planes de sequía” como el aprobado hoy por el Consello.