Galicia and Bretagne called the common sense of the community authorities in the proposed regulations on deep-sea fishing

Tue, 18/06/2013

Xunta de Galicia

Ambas regiones pidieron una reflexión antes de aplicar, como está inicialmente previsto, la modificación del reglamento por el que se establecen condiciones específicas aplicables a la pesca de poblaciones de aguas profundas En el caso de Galicia la propuesta de la Comisión Europea puede ser positiva en términos ambientales, pero supone una amenaza para más de 300 buques que podrían verse afectados en diferente grado, con una sensible pérdida de su competitividad
Galicia y Bretaña hicieron hoy en Bruselas una llamada al sentido común de las autoridades comunitarias hacia la definición y posterior aplicación de la futura normativa sobre pesca en aguas profundas. El secretario general del Mar de la Xunta, Juan Maneiro, y el presidente de Bretaña, Pierrick Massiot, comparecieron juntos antes de la audición de la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo en la que se trató este asunto, para pedir una reflexión a las autoridades de la UE antes de aplicar, como está inicialmente previsto, la modificación del reglamento por el que se establecen condiciones específicas aplicables a la pesca de poblaciones de aguas profundas.

Según ambos responsables, esta normativa es un reto para la administración pesquera comunitaria, pero representa un problema para regiones pesqueras –como Galicia o Bretaña– con gran influencia de esta pesca sobre su estructura social y económica.

En el caso concreto de Galicia, tal y como explicó el secretario general del Mar, la propuesta de la Comisión Europea puede ser positiva en términos ambientales, pero supone una amenaza para más de 300 buques, que podrían verse afectados en diferente grado, con una sensible pérdida de su competitividad.

Se trata de más de 164 arrastreros que faenan en aguas internacionales, Gran Sol y en el litoral cantábrico; casi 140 buques que faenan con artes de enmalle en la costa litoral cantábrica –de los cuales 100 son de la flota de artes menores– y más de 10 que faenan bajo otras banderas comunitarias, pero son de capital gallego. Añadió que las pérdidas directas podrían situarse en torno a los 80 millones de euros y que más de 2.500 personas pueden ver amenazada su actividad laboral.

Sensibilidad
Juan Maneiro pidió a los legisladores europeos sensibilidad para acercarse a la realidad social y económica de los puertos gallegos que se pueden ver afectados muy seriamente, que tengan en cuenta que son pueblos, no factorías, y que se pongan en el lugar de las personas y familias que pueden ver hipotecado su futuro de aplicarse la normativa como está prevista.

El secretario general del Mar advirtió que la Administración gallega comparte el sentido de fondo de medidas de sostenibilidad ambiental como la adopción del Rendimiento Máximo Sostenible o la minoración progresiva de los descartes y citó ejemplos de acciones desarrolladas por la Xunta en este ámbito como la protección de las zonas más sensibles de nuestro litoral desde hace veinte años.

Una sensiblidad que –añadió– también se pone de manifiesto por parte del sector con medidas como la propuesta de vedas espacio-temporales para especies como la cigala en aguas del Mar Céltico o el respeto a las áreas de desove y cría de juveniles en el caladero cantábrico.

Equilibrio
En resumen –dijo Juan Maneiro– “queremos proteger el mar y las especies de aguas profundas y sus hábitats, pero con sentido común y pensando en los pescadores y no en los titulares”. Por eso pidió que se busque un equilibrio que tenga en cuenta la experiencia y el conocimiento de los pescadores.

En relación con este último aspecto, el secretario general del Mar recordó que es conocido que los pescadores de arrastre y enmalle evitan los fondos de roca y coral porque destruyen sus aparatos, por lo que buscan fondos menos perjudiciales para su pesca. También que estos mismos pescadores buscan especies que se encuentran en fondos de arena y lama, apuntando que en estos espacios incluso podría ser positivo remover el fondo para su oxigenación y renovación de nutrientes.

Como conclusión, Juan Maneiro hizo una llamada a proteger las áreas marinas vulnerables y de interés biológico sin criminalizar artes, ya que –dijo– “no hay artes buenas o malas, sino bien o mal empleadas”