The Ministry of Agriculture, Food and Environment has nearly three decades watching the flow of snow that reaches rivers
Tue, 05/03/2013
Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente
Posee una extensa red de control ubicada en las principales cordilleras españolas que consta de 29 telenivómetros, 261 pértigas y 37 puntos adicionales de muestreo
El control nival resulta imprescindible para poder gestionar bien los recursos hídricos en situaciones de normalidad y para minimizar los daños que generan las avenidas en periodos extraordinarios
El Ministerio de Agricultura Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) dispone de una extensa red de control destinada a evaluar y cuantificar los recursos hídricos que reciben los ríos de la península procedente del deshielo de la nieve acumulada en las montañas durante los meses de invierno, así como para poder preveer con antelación la cantidad de agua que recibirán los ríos con la llegada del buen tiempo.
Esta información es fundamental para poder gestionar, en periodos de normalidad los recursos hídricos, y resulta imprescindible para poder minimizar los daños que generan las avenidas en periodos extraordinarios como los que se producen, de manera bastante habitual, a principios de la primavera cuando las subida de temperaturas va acompañada de lluvias abundantes que provoca el deshielo de la nieve de forma muy rápida.
El Programa de Evaluación de Recursos Hídricos procedentes de la Innivación (ERHIN), que se puso en marcha en 1984, lleva cerca de tres décadas realizando un seguimiento de aquellas zonas en las que son frecuentes las precipitaciones en forma de nieve, como la cabecera de los Pirineos, la Cordillera Cantábrica, el Sistema Central y Sierra Nevada.
Se trata de una superficie de más de 48.000 km2 que el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente vigila gracias a una extensa red de control compuesta por 29 telenivómetros –que proporcionan información puntual del estado nival en tiempo real–, 261 pértigas –que requieren la visita de campo para la toma de datos– y otros 37 puntos adicionales de muestreo.
INFORMES SEMANALES DE LAS RESERVAS DE NIEVE
Esta información permite a los técnicos del Ministerio, gracias a un complejo programa informático (el ASTER) elaborar informes semanales de las reservas de nieve y de los caudales fluyentes derivados de su fusión que permiten preveer su evolución y tomar medidas en caso de que exista riesgo de avenidas.
Para garantizar la exactitud de los pronósticos, el sistema se apoya en los datos de medida de caudal en los ríos que se lleva a cabo mediante la red oficial de estaciones de aforo, así como en el volumen entrante en los embalses. Además, se dispone de información complementaria, procedente del análisis de las imágenes que envían los satélites para determinar la cobertura nival.
El volumen de agua que puede almacenarse en forma de nieve durante los meses de febrero a marzo en un año medio en la zona controlada por este programa alcanza los 2.000 hm3.
El programa EHRIN permite también llevar a cabo campañas de reconocimiento y control anual para el seguimiento de la evolución de los glaciares pirenaicos. Estas mediciones permiten obtener unos indicadores muy representativos del llamado “cambio climático”.
El control nival resulta imprescindible para poder gestionar bien los recursos hídricos en situaciones de normalidad y para minimizar los daños que generan las avenidas en periodos extraordinarios
El Ministerio de Agricultura Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) dispone de una extensa red de control destinada a evaluar y cuantificar los recursos hídricos que reciben los ríos de la península procedente del deshielo de la nieve acumulada en las montañas durante los meses de invierno, así como para poder preveer con antelación la cantidad de agua que recibirán los ríos con la llegada del buen tiempo.
Esta información es fundamental para poder gestionar, en periodos de normalidad los recursos hídricos, y resulta imprescindible para poder minimizar los daños que generan las avenidas en periodos extraordinarios como los que se producen, de manera bastante habitual, a principios de la primavera cuando las subida de temperaturas va acompañada de lluvias abundantes que provoca el deshielo de la nieve de forma muy rápida.
El Programa de Evaluación de Recursos Hídricos procedentes de la Innivación (ERHIN), que se puso en marcha en 1984, lleva cerca de tres décadas realizando un seguimiento de aquellas zonas en las que son frecuentes las precipitaciones en forma de nieve, como la cabecera de los Pirineos, la Cordillera Cantábrica, el Sistema Central y Sierra Nevada.
Se trata de una superficie de más de 48.000 km2 que el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente vigila gracias a una extensa red de control compuesta por 29 telenivómetros –que proporcionan información puntual del estado nival en tiempo real–, 261 pértigas –que requieren la visita de campo para la toma de datos– y otros 37 puntos adicionales de muestreo.
INFORMES SEMANALES DE LAS RESERVAS DE NIEVE
Esta información permite a los técnicos del Ministerio, gracias a un complejo programa informático (el ASTER) elaborar informes semanales de las reservas de nieve y de los caudales fluyentes derivados de su fusión que permiten preveer su evolución y tomar medidas en caso de que exista riesgo de avenidas.
Para garantizar la exactitud de los pronósticos, el sistema se apoya en los datos de medida de caudal en los ríos que se lleva a cabo mediante la red oficial de estaciones de aforo, así como en el volumen entrante en los embalses. Además, se dispone de información complementaria, procedente del análisis de las imágenes que envían los satélites para determinar la cobertura nival.
El volumen de agua que puede almacenarse en forma de nieve durante los meses de febrero a marzo en un año medio en la zona controlada por este programa alcanza los 2.000 hm3.
El programa EHRIN permite también llevar a cabo campañas de reconocimiento y control anual para el seguimiento de la evolución de los glaciares pirenaicos. Estas mediciones permiten obtener unos indicadores muy representativos del llamado “cambio climático”.