Irrigators, against the president of the Port
Fri, 05/10/2012
La Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua) estudia pedir por escrito al Ministerio de Fomento la destitución «inmediata» del presidente de la Autoridad Portuaria de Sevilla, Manuel Fernández, después de sus «desafortunadas declaraciones» señalando que piensa licitar las obras del dragado del río Guadalquivir a principios de 2013 «aunque vayan a sucederse los recursos».
Feragua valoró como «enormemente desafortunadas» las declaraciones del presidente de la Autoridad Portuaria de Sevilla reconociendo que al dragado podría pasarle lo mismo que a la Biblioteca del Prado.
Consideran los regantes que es intolerable «semejante exhibición de imprudencia» en el uso del dinero público, por lo que estudiará en junta de gobierno la posibilidad de solicitar al Ministerio la destitución del presidente del puerto.
«Si en efecto los recursos se suceden y el dinero público acaba dilapidado como ha pasado en el Prado, la Autoridad Portuaria de Sevilla y su presidente serán los únicos responsables de que eso ocurra», señaló la presidenta de Feragua, Margarita Bustamante, que consideró que «después de semejante exhibición de imprudencia en el uso del dinero de todos, hay que valorar muy bien si el Puerto de Sevilla merece un presidente así».
Feragua subrayó que los regantes «no están en contra del dragado, pero sí contra su ejecución inmediata y sin garantías, previa a la solución de sus problemas ambientales y su incidencia sobre la demanda de agua en la cuenca».
Asimismo, señaló que antes de comenzar con el dragado, «deben diseñarse y ejecutarse las medidas compensatorias que contrarresten los problemas que ocasiona este proyecto, como ocurre en cualquier obra civil».
«El hecho de que ya haya una esclusa construida en la que se ha arriesgado mucho dinero también de forma irresponsable no debe precipitar la ejecución del dragado», señaló la presidenta de Feragua, que comparó el inicio «a las bravas» de este proyecto con la ejecución de una nueva carretera sin antes expropiar las fincas, compensar a los propietarios y garantizar la mínima afección ambiental.
En ese sentido, agregó que «a pesar que el señor Fernández parezca ignorarlo, estamos en un Estado de Derecho, donde la política de hechos consumados no funciona, o no debería funcionar, y por tanto donde tener ejecutada una esclusa no es salvoconducto para empezar el dragado antes de reunir todas las garantías y aprobaciones administrativas necesarias».
Bustamante considera, en efecto, que «el dinero público tirado en la Biblioteca del Prado puede ser 'pecata minuta' con el dilapidado por el Puerto del Sevilla si sigue con su intención de seguir adelante pase lo que pase».
La presidenta de Feragua señaló asimismo que la inclusión de una partida para el dragado en los presupuestos de 2013 es un «hecho irrelevante», que viene repitiéndose en los últimos siete años.
Según aseguró, la única vía real para avanzar en este proyecto pasa por la resolución de los problemas ambientales y de afección sobre el río, «evitando que el dragado signifique un aumento de demanda hídrica, causando efectos devastadores sobre el arroz y en general sobre toda la cuenca, que ya tiene una situación hídrica muy deficitaria, estimada en más de 600 hectómetros cúbicos en el Plan Hidrológico de la Demarcación del Guadalquivir».
Feragua valoró como «enormemente desafortunadas» las declaraciones del presidente de la Autoridad Portuaria de Sevilla reconociendo que al dragado podría pasarle lo mismo que a la Biblioteca del Prado.
Consideran los regantes que es intolerable «semejante exhibición de imprudencia» en el uso del dinero público, por lo que estudiará en junta de gobierno la posibilidad de solicitar al Ministerio la destitución del presidente del puerto.
«Si en efecto los recursos se suceden y el dinero público acaba dilapidado como ha pasado en el Prado, la Autoridad Portuaria de Sevilla y su presidente serán los únicos responsables de que eso ocurra», señaló la presidenta de Feragua, Margarita Bustamante, que consideró que «después de semejante exhibición de imprudencia en el uso del dinero de todos, hay que valorar muy bien si el Puerto de Sevilla merece un presidente así».
Feragua subrayó que los regantes «no están en contra del dragado, pero sí contra su ejecución inmediata y sin garantías, previa a la solución de sus problemas ambientales y su incidencia sobre la demanda de agua en la cuenca».
Asimismo, señaló que antes de comenzar con el dragado, «deben diseñarse y ejecutarse las medidas compensatorias que contrarresten los problemas que ocasiona este proyecto, como ocurre en cualquier obra civil».
«El hecho de que ya haya una esclusa construida en la que se ha arriesgado mucho dinero también de forma irresponsable no debe precipitar la ejecución del dragado», señaló la presidenta de Feragua, que comparó el inicio «a las bravas» de este proyecto con la ejecución de una nueva carretera sin antes expropiar las fincas, compensar a los propietarios y garantizar la mínima afección ambiental.
En ese sentido, agregó que «a pesar que el señor Fernández parezca ignorarlo, estamos en un Estado de Derecho, donde la política de hechos consumados no funciona, o no debería funcionar, y por tanto donde tener ejecutada una esclusa no es salvoconducto para empezar el dragado antes de reunir todas las garantías y aprobaciones administrativas necesarias».
Bustamante considera, en efecto, que «el dinero público tirado en la Biblioteca del Prado puede ser 'pecata minuta' con el dilapidado por el Puerto del Sevilla si sigue con su intención de seguir adelante pase lo que pase».
La presidenta de Feragua señaló asimismo que la inclusión de una partida para el dragado en los presupuestos de 2013 es un «hecho irrelevante», que viene repitiéndose en los últimos siete años.
Según aseguró, la única vía real para avanzar en este proyecto pasa por la resolución de los problemas ambientales y de afección sobre el río, «evitando que el dragado signifique un aumento de demanda hídrica, causando efectos devastadores sobre el arroz y en general sobre toda la cuenca, que ya tiene una situación hídrica muy deficitaria, estimada en más de 600 hectómetros cúbicos en el Plan Hidrológico de la Demarcación del Guadalquivir».