A "nanovelcro" for the detection of pollution in rivers
Mon, 24/09/2012
«Un método simple, de bajo costo y con tecnología de punta para detectar mercurio y otros contaminantes en arroyos, ríos y peces ». Así describe un equipo internacional de científicos su nuevo sistema para atrapar sustancias tóxicas, que funciona como una especie de “nanovelcro”.
Los científicos estaban especialmente interesados en detectar mercurio. En su forma más común, el metil mercurio, se acumula a medida que se asciende en la cadena alimentaria, alcanzando sus niveles más altos en los peces depredadores como el atún y el pez espada.
« El problema es que las técnicas actuales para vigilar la presencia de mercurio son complejas y de costo elevado », señaló Francesco Stellacci, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL). « Periódicamente hacemos pruebas en el agua potable, y si los niveles son aceptables, asumimos que se mantienen así entre un test y otro, pero el vertido industrial fluctúa ».
La nueva tecnología es fácil de usar, según sus creadores. Una tira de vidrio cubierta de una película de nanopartículas con diminutos pelos se sumerge en el agua. Cuando un ion, una partícula de carga positiva, como el metil mercurio o un ion de cadmio, se introduce entre dos pelos, éstos se cierran, atrapando el contaminante.
Un medidor de voltaje provee el resultado final. Cuantos más iones acaben atrapados, más electricidad será conducida. Así que para calcular el número de partículas atrapadas sólo se requiere medir el voltaje de la nanoestructura. Variando la longitud de los nanopelos los científicos pueden medir diferentes tipos de sustancias tóxicas. Stellaci señaló que el metil mercurio tiene propiedades que lo hacen muy fácil de atrapar sin que accidentalmente se adhieran otras sustancias.
Los científicos estaban especialmente interesados en detectar mercurio. En su forma más común, el metil mercurio, se acumula a medida que se asciende en la cadena alimentaria, alcanzando sus niveles más altos en los peces depredadores como el atún y el pez espada.
« El problema es que las técnicas actuales para vigilar la presencia de mercurio son complejas y de costo elevado », señaló Francesco Stellacci, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL). « Periódicamente hacemos pruebas en el agua potable, y si los niveles son aceptables, asumimos que se mantienen así entre un test y otro, pero el vertido industrial fluctúa ».
La nueva tecnología es fácil de usar, según sus creadores. Una tira de vidrio cubierta de una película de nanopartículas con diminutos pelos se sumerge en el agua. Cuando un ion, una partícula de carga positiva, como el metil mercurio o un ion de cadmio, se introduce entre dos pelos, éstos se cierran, atrapando el contaminante.
Un medidor de voltaje provee el resultado final. Cuantos más iones acaben atrapados, más electricidad será conducida. Así que para calcular el número de partículas atrapadas sólo se requiere medir el voltaje de la nanoestructura. Variando la longitud de los nanopelos los científicos pueden medir diferentes tipos de sustancias tóxicas. Stellaci señaló que el metil mercurio tiene propiedades que lo hacen muy fácil de atrapar sin que accidentalmente se adhieran otras sustancias.