The Brazilian Supreme endorse Belo Monte Dam
Wed, 29/08/2012
El Tribunal Supremo Federal de Brasil ha autorizado que se retomen los trabajos para construir la presa de Belo Monte, en la cuenca amazónica, llamada a ser la tercera mayor del mundo. Un juzgado de rango inferior había ordenado a mediados de este mes la paralización de la obra, un proyecto al que se oponen desde hace años los defensores del medio ambiente.
En una decisión preliminar, el presidente del Supremo, Carlos Ayres Britto, suspendió el lunes la decisión del Tribunal Federal de la Primera Región (TRF1), que había ordenado el pasado 14 de agosto la paralización de los trabajos con el argumento de que los indígenas que viven en la región no habían sido consultados.
Según informó la estatal Agencia Brasil, Britto precisó que el fallo favorable a la reanudación no impide que su decisión sea revisada tras un análisis más detallado del caso. De acuerdo con esta versión, en su fallo el magistrado solicita más información al TRF1, con sede en Brasilia, que determinó la paralización de las obras. Previamente a la decisión del Supremo, la Procuradoría General de la República (Fiscalía) manifestó su postura favorable a la paralización de la construcción.
Belo Monte, que será la tercera mayor hidroeléctrica del mundo, comenzó a ser construida en marzo del año pasado en la localidad de Altamira, en el Estado norteño de Pará, pese a la resistencia de los indios y ecologistas, que alegan que la obra tendrá un impacto irreversible en la Amazonia.
Proyecto polémico
La presa es un proyecto que carga sobre sus espaldas con un rosario de polémicas desde que se empezó a hablar de él hace 20 años, hasta el punto que a Belo Monte se la conoce en Brasil como "manzana de la discordia". Su construcción fue siempre obstaculizada por asociaciones de defensa del medio ambiente tanto nacionales como internacionales.
Situada en el río Xingú, la obra deberá levantarse a 40 kilómetros de la ciudad de Altamira. El proyecto pretende convertirse en la tercera mayor hidroeléctrica del mundo después de las Tres Gargantas de China y de la presa de Itaipú, en la frontera brasileña-paraguaya y gestionada por ambos países. Belo Monte podría producir en el futuro el 10% de la energía del país, con una potencia media de 4.571 megavatios y máxima de 11.233.
En una decisión preliminar, el presidente del Supremo, Carlos Ayres Britto, suspendió el lunes la decisión del Tribunal Federal de la Primera Región (TRF1), que había ordenado el pasado 14 de agosto la paralización de los trabajos con el argumento de que los indígenas que viven en la región no habían sido consultados.
Según informó la estatal Agencia Brasil, Britto precisó que el fallo favorable a la reanudación no impide que su decisión sea revisada tras un análisis más detallado del caso. De acuerdo con esta versión, en su fallo el magistrado solicita más información al TRF1, con sede en Brasilia, que determinó la paralización de las obras. Previamente a la decisión del Supremo, la Procuradoría General de la República (Fiscalía) manifestó su postura favorable a la paralización de la construcción.
Belo Monte, que será la tercera mayor hidroeléctrica del mundo, comenzó a ser construida en marzo del año pasado en la localidad de Altamira, en el Estado norteño de Pará, pese a la resistencia de los indios y ecologistas, que alegan que la obra tendrá un impacto irreversible en la Amazonia.
Proyecto polémico
La presa es un proyecto que carga sobre sus espaldas con un rosario de polémicas desde que se empezó a hablar de él hace 20 años, hasta el punto que a Belo Monte se la conoce en Brasil como "manzana de la discordia". Su construcción fue siempre obstaculizada por asociaciones de defensa del medio ambiente tanto nacionales como internacionales.
Situada en el río Xingú, la obra deberá levantarse a 40 kilómetros de la ciudad de Altamira. El proyecto pretende convertirse en la tercera mayor hidroeléctrica del mundo después de las Tres Gargantas de China y de la presa de Itaipú, en la frontera brasileña-paraguaya y gestionada por ambos países. Belo Monte podría producir en el futuro el 10% de la energía del país, con una potencia media de 4.571 megavatios y máxima de 11.233.