The government plans to reduce the water from the Tajo to Madrid for the transfer to the Safe Environment ignores Cospedal up and poses no ecological flow
Tue, 31/07/2012
El Ministerio de Medio Ambiente intenta cuadrar números a martillazos para resolver el mayor problema del agua en España: la gestión del Tajo y el mantenimiento del trasvase al Segura. Para ello, negocia con las comunidades una solución que pasa por mantener el caudal ecológico del Tajo en Aranjuez, Toledo y Talavera y quitar dotación de la cabecera del río a Madrid (de 60 hectómetros cúbicos al año a 30), lo que podría limitar la expansión del sureste de la comunidad e incluso supondría un problema en momentos de sequía. A corto plazo, y con algunos artificios contables, el caudal que se podría trasvasar al año sería de unos 380 hectómetros cúbicos, más que lo enviado de media desde 1980, cuando se abrió el acueducto. Para las revisiones en 2021 y 2027, el ministerio abre incluso la puerta a un trasvase desde el Duero para Madrid o el del Tajo Medio, de Cáceres a Murcia.
El ministro de Agricultura y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, ya anunció que no emprenderá un nuevo Plan Hidrológico Nacional hasta 2014, cuando estén listos los planes de cuenca (y puede que él ya pare en Bruselas). Debían haberse aprobado en 2009, pero los más conflictivos han quedado a medias y Bruselas apremia. Los peores son el Tajo y el Segura.
La Confederación Hidrográfica del Tajo terminó en 2011 un plan de cuenca que sepultaba de facto el trasvase. Lo consideraba "inadmisible" y señalaba que las aportaciones de los embalses de los que parte (Entrepeñas y Buendía, en Guadalajara) han caído un 47% entre 1980-2006 respecto a 1959-1979, cuando se diseñó la obra. El anterior Gobierno y el actual aparcaron el borrador. El trasvase abastece a 2,5 millones de personas y a miles de agricultores. Pero, además, es clave en graneros de votos del PP.
Una portavoz del ministerio afirmó que el departamento "está trabajando con todas las comunidades". Añadió que el trámite culminará en 2013, cuando estén los planes de cuenca.
La propuesta que ha llevado estos días el director general del Agua, Juan Urbano, a los consejeros de Murcia y Castilla-La Mancha pasa por reducir la dotación desde el Alto Tajo a Madrid a la mitad "por la lenta urbanización del sudeste de la comunidad". En Madrid apenas hay oposición al trasvase, aunque Esperanza Aguirre ha recalcado que Madrid bebe agua del Tajo. Además, reclama nuevos embalses para periodos de sequía. Con el cambio, Madrid seguiría dependiendo de los ríos de la sierra y del Alberche, pero no apenas del Tajo.
La Confederación del Tajo planteaba subir el caudal ecológico en Aranjuez de los seis metros cúbicos por segundo actuales a entre 10 y 12 según el mes para cumplir con la Directiva Marco del Agua. Eso obligaría a desembalsar más agua desde el Alto Tajo, que iría en detrimento del trasvase. La propuesta que maneja ahora el ministerio es mantener ese caudal ecológico en Aranjuez y también en Toledo (10 metros cúbicos por segundo). Si en Talavera de la Reina (Toledo), donde hay mucha presión social, hubiera que fijar un caudal mayor "no exigirá asignación alguna de los embalses de cabecera". Saldría del Alberche (ya muy explotado para Madrid), el Guadarrama y el Jarama (muy contaminados). Con esas medidas, los Gobiernos de Murcia y de Valencia podrían vender incluso que mejoran el trasvase, al menos sobre el papel, porque es difícil que se cumplan esos volúmenes.
Castilla-La Mancha lograría que la lámina permanente de agua en Entrepeñas y Buendía subiera de 240 hectómetros cúbicos a 300 (el expresidente Barreda reclamaba 400). Aunque está por ver si Dolores de Cospedal lo acepta. El Tajo en Toledo tiene graves problemas de contaminación y el PSOE presiona para reducir el trasvase. La solución necesita que el PP obligue a todas las partes a aceptar el acuerdo.
La documentación del ministerio admite que esto necesitaría en 2021 y 2027 (cuando según la UE hay que revisar los planes) nuevas obras para garantizar el abastecimiento a Madrid en caso de sequía. Para ello plantea nuevos embalses en el Alberche (algo difícil por el impacto ambiental en Gredos) o, en el Jarama, el embalse de Matallana, desestimado en 1993 por el impacto ambiental. Para entonces -y una vez descartado el trasvase del Ebro que el PP lleva 10 años anunciando-, los técnicos incluso apuntan que un trasvase del Duero podría ayudar a abastecer a Madrid, lo que abriría una nueva polémica.
Otra posibilidad es el trasvase de Cáceres a Murcia, dejando agua en el esquilmado Guadiana, algo que intentó el Gobierno del PSOE en 2008. Aunque Urbano lo ha vendido como solución a los problemas de Castilla-La Mancha, hay dudas de que ahora sea una opción realista.
El ministro de Agricultura y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, ya anunció que no emprenderá un nuevo Plan Hidrológico Nacional hasta 2014, cuando estén listos los planes de cuenca (y puede que él ya pare en Bruselas). Debían haberse aprobado en 2009, pero los más conflictivos han quedado a medias y Bruselas apremia. Los peores son el Tajo y el Segura.
La Confederación Hidrográfica del Tajo terminó en 2011 un plan de cuenca que sepultaba de facto el trasvase. Lo consideraba "inadmisible" y señalaba que las aportaciones de los embalses de los que parte (Entrepeñas y Buendía, en Guadalajara) han caído un 47% entre 1980-2006 respecto a 1959-1979, cuando se diseñó la obra. El anterior Gobierno y el actual aparcaron el borrador. El trasvase abastece a 2,5 millones de personas y a miles de agricultores. Pero, además, es clave en graneros de votos del PP.
Una portavoz del ministerio afirmó que el departamento "está trabajando con todas las comunidades". Añadió que el trámite culminará en 2013, cuando estén los planes de cuenca.
La propuesta que ha llevado estos días el director general del Agua, Juan Urbano, a los consejeros de Murcia y Castilla-La Mancha pasa por reducir la dotación desde el Alto Tajo a Madrid a la mitad "por la lenta urbanización del sudeste de la comunidad". En Madrid apenas hay oposición al trasvase, aunque Esperanza Aguirre ha recalcado que Madrid bebe agua del Tajo. Además, reclama nuevos embalses para periodos de sequía. Con el cambio, Madrid seguiría dependiendo de los ríos de la sierra y del Alberche, pero no apenas del Tajo.
La Confederación del Tajo planteaba subir el caudal ecológico en Aranjuez de los seis metros cúbicos por segundo actuales a entre 10 y 12 según el mes para cumplir con la Directiva Marco del Agua. Eso obligaría a desembalsar más agua desde el Alto Tajo, que iría en detrimento del trasvase. La propuesta que maneja ahora el ministerio es mantener ese caudal ecológico en Aranjuez y también en Toledo (10 metros cúbicos por segundo). Si en Talavera de la Reina (Toledo), donde hay mucha presión social, hubiera que fijar un caudal mayor "no exigirá asignación alguna de los embalses de cabecera". Saldría del Alberche (ya muy explotado para Madrid), el Guadarrama y el Jarama (muy contaminados). Con esas medidas, los Gobiernos de Murcia y de Valencia podrían vender incluso que mejoran el trasvase, al menos sobre el papel, porque es difícil que se cumplan esos volúmenes.
Castilla-La Mancha lograría que la lámina permanente de agua en Entrepeñas y Buendía subiera de 240 hectómetros cúbicos a 300 (el expresidente Barreda reclamaba 400). Aunque está por ver si Dolores de Cospedal lo acepta. El Tajo en Toledo tiene graves problemas de contaminación y el PSOE presiona para reducir el trasvase. La solución necesita que el PP obligue a todas las partes a aceptar el acuerdo.
La documentación del ministerio admite que esto necesitaría en 2021 y 2027 (cuando según la UE hay que revisar los planes) nuevas obras para garantizar el abastecimiento a Madrid en caso de sequía. Para ello plantea nuevos embalses en el Alberche (algo difícil por el impacto ambiental en Gredos) o, en el Jarama, el embalse de Matallana, desestimado en 1993 por el impacto ambiental. Para entonces -y una vez descartado el trasvase del Ebro que el PP lleva 10 años anunciando-, los técnicos incluso apuntan que un trasvase del Duero podría ayudar a abastecer a Madrid, lo que abriría una nueva polémica.
Otra posibilidad es el trasvase de Cáceres a Murcia, dejando agua en el esquilmado Guadiana, algo que intentó el Gobierno del PSOE en 2008. Aunque Urbano lo ha vendido como solución a los problemas de Castilla-La Mancha, hay dudas de que ahora sea una opción realista.