60 wells cover 25% of consumption
Mon, 30/07/2012
En la cuenca del Guadalquivir hay identificadas 60 masas de agua subterránea, con una recarga media de 2.720 hectómetros cúbicos. De todos esos pozos se extraen cada año unos 900 hectómetros cúbicos, lo que representa algo menos del 25% de todo el volumen consumido en la cuenca, según los datos de la Confederación. Al igual que ocurre con los pantanos, la mayor parte del agua que se extrae de los pozos subterráneos va dirigida a los regadíos agrícolas, en concreto 833 hectómetros cúbicos, frente a 56 para el abastecimiento humano y 11 para otros usos industriales. Los regadíos acaparan, pues, más del 80% de los usos del agua.
Solo cuatro masas de aguas subterráneas cuentan con la declaración de sobreexplotación en la cuenca del Guadalquivir, una sobreexplotación que afecta a alguno de los acuíferos que la componen. Son las de Mancha Real-Pegalajar y Guadahortuna-Larva, ambas en la comarca de Sierra Mágina de la provincia de Jaén, y Sevilla-Carmona y Aljarafe, ambas en el área metropolitana de la provincia hispalense.
El manantial de la Fuente de la Reja, que era el derrame natural más importante del acuífero Mancha Real-Pegalajar, ha sido el caso más conocido de sobreexplotación en los últimos años. La fuente, que a principios de los años ochenta aportaba hasta 30 litros por segundo, asistió a su desecación en 1988 por la proliferación de pozos en el entorno de Sierra Mágina. Hoy, los vecinos de Pegalajar ven de nuevo impasibles cómo La Charca, el símbolo de ese manantial, ha vuelto a secarse.
Las organizaciones ecologistas reclaman a la Confederación del Guadalquivir que declare también la sobreexplotación del acuífero 27 de Doñana. Precisamente, el pleno del Consejo de Participación de Doñana se reúne este lunes en Almonte (Huelva) y uno de los temas que abordará, a petición de WWW, será la situación del citado acuífero, que surte de agua a Doñana, informa Efe. Hay que recordar que el estudio de piezometría del pasado mes de mayo ratificó un descenso en los niveles del agua subterránea en la mayoría de los puntos analizados, confirmando el riesgo existente para la continuidad de las marismas del parque nacional.
La Directiva Marco del Agua fija en el año 2015 el horizonte para lograr el buen estado cuantitativo y químico de los acuíferos. Pero hasta hace unos años, la mitad de las 71 unidades hidrogeológicas (conjunto de acuíferos) de Andalucía estaban en riesgo de incumplir los objetivos de esa Directiva. Para lograr que los acuíferos no alteren el estado medioambiental de aguas superficiales, los expertos creen necesario mejorar las prácticas agrícolas, sobre todo las que provocan la contaminación por el uso de abonos.
Solo cuatro masas de aguas subterráneas cuentan con la declaración de sobreexplotación en la cuenca del Guadalquivir, una sobreexplotación que afecta a alguno de los acuíferos que la componen. Son las de Mancha Real-Pegalajar y Guadahortuna-Larva, ambas en la comarca de Sierra Mágina de la provincia de Jaén, y Sevilla-Carmona y Aljarafe, ambas en el área metropolitana de la provincia hispalense.
El manantial de la Fuente de la Reja, que era el derrame natural más importante del acuífero Mancha Real-Pegalajar, ha sido el caso más conocido de sobreexplotación en los últimos años. La fuente, que a principios de los años ochenta aportaba hasta 30 litros por segundo, asistió a su desecación en 1988 por la proliferación de pozos en el entorno de Sierra Mágina. Hoy, los vecinos de Pegalajar ven de nuevo impasibles cómo La Charca, el símbolo de ese manantial, ha vuelto a secarse.
Las organizaciones ecologistas reclaman a la Confederación del Guadalquivir que declare también la sobreexplotación del acuífero 27 de Doñana. Precisamente, el pleno del Consejo de Participación de Doñana se reúne este lunes en Almonte (Huelva) y uno de los temas que abordará, a petición de WWW, será la situación del citado acuífero, que surte de agua a Doñana, informa Efe. Hay que recordar que el estudio de piezometría del pasado mes de mayo ratificó un descenso en los niveles del agua subterránea en la mayoría de los puntos analizados, confirmando el riesgo existente para la continuidad de las marismas del parque nacional.
La Directiva Marco del Agua fija en el año 2015 el horizonte para lograr el buen estado cuantitativo y químico de los acuíferos. Pero hasta hace unos años, la mitad de las 71 unidades hidrogeológicas (conjunto de acuíferos) de Andalucía estaban en riesgo de incumplir los objetivos de esa Directiva. Para lograr que los acuíferos no alteren el estado medioambiental de aguas superficiales, los expertos creen necesario mejorar las prácticas agrícolas, sobre todo las que provocan la contaminación por el uso de abonos.