The clams were killed in the estuary of Villaviciosa
Fri, 20/07/2012
El estado de la ría de Villaviciosa va de mal en peor. Después de casi ocho meses cerrada al marisqueo por los altos niveles de «Escherichia coli» («E.coli»), una bacteria habitual en el intestino de humanos y animales, ahora resulta que las almejas están empezando a morir. Y eso a pesar de que los expertos indicaban que aunque la contaminación del estuario no las hacía aptas para el consumo, tampoco afectaba a su supervivencia.
Han sido los mariscadores los que han dado la voz de alarma: «Ahora no es que pierdas lo que dejas de pescar, es que cuando se abra, ¿qué pescamos?, ¿piedras?», se pregunta indignado José Estrada, uno de estos profesionales que lleva sin faenar desde noviembre y sin recibir aún las ayudas prometidas por el Gobierno regional por la campaña de invierno perdida y por la actual de la navaja.
Los mariscadores volvieron a colaborar ayer con el Principado en la repoblación de 135.000 ejemplares de almeja fina procedente del criadero de Castropol, donde trabajan con reproductores de la marisma maliayesa y la del Eo, como ya hicieron el 6 de junio con otras 100.000 unidades.
Durante la siembra, estos pescadores ya comentaban su preocupación porque a lo largo de esta semana, cuando trabajaban sacando cebo del humedal, habían empezado a notar la presencia de moluscos muertos. «En la zona de Misiego no quedará ni una porque cada día te encuentras más. Se desentierran y suben a morir a la superficie y luego se las comen los camarones», asegura el mariscador Javier Menéndez. La misma situación están sufriendo los berberechos y algunos peces. Sobre las navajas no pueden pronunciarse porque, al estar más profundas en la arena, desconocen si están afectadas.
Pero la sorpresa de los pescadores fue mayúscula cuando ayer, después de la repoblación de almejas, se pusieron a trabajar capturando gusanos para cebo. Comenzaron a encontrarse numerosos ejemplares que habían perecido, asegura José Estrada. «A este paso, mueren todas», teme. Por lo que no dudaron en comunicar lo ocurrido al guardapesca, Gabino Fernández, y al presidente de la Cofradía de Pescadores de Tazones, Dimas García. Dada esta alarmante mortandad de moluscos, hoy la Dirección General de Pesca realizará un muestreo oficial para conocer cuál es la causa que está acabando con las almejas y los berberechos.
A pesar de la mala noticia, a los profesionales del estuario no les extraña. Destacan que los vertidos que van a la marisma no son sólo aguas fecales, también hay «lejías o detergentes» de las lavadoras. José Estrada manifiesta que en el humedal «el agua no es transparente. Es entre verdosa y amarillenta».
El portavoz de Equo en Villaviciosa, Pedro Zamora, teme que a los moluscos les esté afectando la falta de oxígeno. El «E.coli» es un anaerobio facultativo, es decir, que puede desarrollarse en ausencia de oxígeno por medio de la fermentación.
ros acondicionan el terreno. Arriba, los mariscadores, colocando la red que protege las almejas. |
Han sido los mariscadores los que han dado la voz de alarma: «Ahora no es que pierdas lo que dejas de pescar, es que cuando se abra, ¿qué pescamos?, ¿piedras?», se pregunta indignado José Estrada, uno de estos profesionales que lleva sin faenar desde noviembre y sin recibir aún las ayudas prometidas por el Gobierno regional por la campaña de invierno perdida y por la actual de la navaja.
Los mariscadores volvieron a colaborar ayer con el Principado en la repoblación de 135.000 ejemplares de almeja fina procedente del criadero de Castropol, donde trabajan con reproductores de la marisma maliayesa y la del Eo, como ya hicieron el 6 de junio con otras 100.000 unidades.
Durante la siembra, estos pescadores ya comentaban su preocupación porque a lo largo de esta semana, cuando trabajaban sacando cebo del humedal, habían empezado a notar la presencia de moluscos muertos. «En la zona de Misiego no quedará ni una porque cada día te encuentras más. Se desentierran y suben a morir a la superficie y luego se las comen los camarones», asegura el mariscador Javier Menéndez. La misma situación están sufriendo los berberechos y algunos peces. Sobre las navajas no pueden pronunciarse porque, al estar más profundas en la arena, desconocen si están afectadas.
Pero la sorpresa de los pescadores fue mayúscula cuando ayer, después de la repoblación de almejas, se pusieron a trabajar capturando gusanos para cebo. Comenzaron a encontrarse numerosos ejemplares que habían perecido, asegura José Estrada. «A este paso, mueren todas», teme. Por lo que no dudaron en comunicar lo ocurrido al guardapesca, Gabino Fernández, y al presidente de la Cofradía de Pescadores de Tazones, Dimas García. Dada esta alarmante mortandad de moluscos, hoy la Dirección General de Pesca realizará un muestreo oficial para conocer cuál es la causa que está acabando con las almejas y los berberechos.
A pesar de la mala noticia, a los profesionales del estuario no les extraña. Destacan que los vertidos que van a la marisma no son sólo aguas fecales, también hay «lejías o detergentes» de las lavadoras. José Estrada manifiesta que en el humedal «el agua no es transparente. Es entre verdosa y amarillenta».
El portavoz de Equo en Villaviciosa, Pedro Zamora, teme que a los moluscos les esté afectando la falta de oxígeno. El «E.coli» es un anaerobio facultativo, es decir, que puede desarrollarse en ausencia de oxígeno por medio de la fermentación.
ros acondicionan el terreno. Arriba, los mariscadores, colocando la red que protege las almejas. |