El Agujero Dam, the epicenter of the solution to Guadalmedina

Thu, 12/07/2012

El Mundo

Vaya por delante que el periodista Jesús Hinojosa, que moderó ayer la mesa de presentación de los proyectos premiados en el concurso sobre el posible uso del Guadalmedina, antepuso a la exposición de los mismos un dato que habla por sí solo; «el primer proyecto sobre este problema urbanístico data de hace 350 años y las posibles soluciones arquitectónicas que ha generado desde entonces dan una media de un proyecto por cada quince años». Huelga decir que ninguno de ellos se ha llevado nunca a cabo.

Con este precepto y con la asunción de que el primer edil de Málaga, Francisco de la Torre, ya anunció que no hay ni un euro, a plazo corto, para la ejecución del proyecto ganador del estudio de José Seguí, también sobra decir que las perspectivas de lo razonado y mostrado ayer en las cuatro opciones preferentes para el jurado tienen la pretensión de no ser papel mojado y que pudieran no pasar a engrosar esa deshonrosa estadística de mas de tres siglos sin solucionar esta herida.

Entre los que no consiguieron hacerse con el primer puesto del concurso, la gestión del Pantano del Agujero que propone el grupo del arquitecto José Seguí se encuentra como el mayor acierto o punto de anclaje de su proyecto. Seguí y su equipo defienden un uso de este embalse como «aliviadero» más que de «almacenaje», como se concibe ahora mismo, «por razones que en línea de la propia naturaleza de su construcción», como defendió éste y que plantean la lógica pregunta al respecto «de por qué esta solución no se ha considerado nunca antes». Habría que ver si el problema de fondo no sería político, al haber asumido ahora la Junta la competencia de la Cuenca y tener bajo su responsabinio del río que nunca fue, Seguí convierte casi todo el lecho en un parque de riberas amplias y con una llamativa implantación de las energías renovables para su autofinanciación en perfil 'Smart River' y otros muchos equipamientos que sorpresivamente no superan los 150 millones de euros de presupuesto. «Tanto como el Palacio de la Lírica», relativizó el arquitecto.

Además de esto, anecdóticamente, el proyecto ganador se tomó la licencia de eliminar La Rosaleda en el diseño presentado, «porque así lo contempla el PGOU», justificó Seguí, pese al desacuerdo personal admitido con su equipo al eliminar un equipamiento que tiene su sello y que costó millones de euros recientemente.

Cabe destacar que el estudio de Francisco San Martín, otro de los galardonados con un accésit, valoró positivamente el proyecto ganador, si bien admitió que la «seguridad de la población» fue uno de los requisitos que las bases valoraban más positivamente, en relación al uso que determina el resto del proyecto de uso del lecho del río. «Propusimos un desvío del río en razón a esto, por lo que se nos eleva el presupuesto».

Al igual que Seguí, el segundo premio otorgado al ingeniero malagueño Juan José Soto también coincidía en que el centro de la solución estaba en el desalojo del Pantano del Agujero. «Estoy de acuerdo con el proyecto de Seguí en lo fundamental; hay que despreocuparse de las riadas así y traer agua de Occidente», indicó como solución.

Lo más llamativo del proyecto ganador redunda en la propuesta de un consorcio público y privado para asumir sus «reducidos» costes con el uso de energías renovables para los equipamientos deportivos y cívicos planteados en los márgenes.

El uso de espacios que crucen el lecho con amplitud fue una de las señas de Juan José Soto, el segundo galardonado.

El proyecto posicionado en tercer lugar, a cargo del alicantino José Ramón Navarro, hizo bastante hincapié en usar el río como vínculo con Los Montes y dotarlo con muchas pasarelas.

Los premiados en el concurso de ideas para cerrar la brecha urbanística del río debaten y defienden su proyecto en un foro.