UN warns that the obsession of growing exhaustes the resources and proposes alternatives
Tue, 19/06/2012
La obsesión del mundo por el crecimiento económico ignora el rápido agotamiento de los recursos naturales que en muchos casos es "irreversible" y compromete a las generaciones futuras, señala un informe divulgado hoy en la Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sostenible Río+20.
La advertencia está en el "Informe de Riqueza Inclusiva 2012", que propone un nuevo indicador para impulsar la sostenibilidad, el Índice de Riqueza Inclusiva (IWI, sigla en inglés).
El informe señala que los países deben tener en cuenta no sólo parámetros tradicionales como el Producto Interior Bruto (PIB) y el Índice de Desarrollo Humano (IDH) sino también otros indicadores que componen la base productiva de una nación.
Entre las variables para componer el Índice de Riqueza Inclusiva el estudio sugiere una amplia gama de los activos de un país, como el "capital manufacturado" (infraestructuras, bienes e inversiones), el "capital natural" (combustibles fósiles, minerales, bosques, pesquerías y tierras para la agricultura) y el "capital humano" (educación y habilidades).
Según el informe, iniciativa del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) y del Programa Internacional de Dimensiones Humanas de la Universidad de la ONU sobre Cambio Ambiental Global (UNU-IHDP), esas variables muestran a los gobiernos el verdadero estado de su nación, la riqueza y la sostenibilidad de su crecimiento.
El estudio se basó en los cambios entre 1990 y 2008 de la riqueza inclusiva de 20 países ricos, pobres y de ingresos medios que juntos representan el 56 por ciento de la población del planeta y el 72 por ciento del PIB mundial.
Los países estudiados fueron Alemania, Arabia Saudí, Australia, Brasil, Canadá, Chile, China, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Francia, India, Japón, Kenia, Nigeria, Noruega, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Venezuela.
El documento señala que en países como China, Estados Unidos, Sudáfrica y Brasil el PIB creció en el periodo pero al mismo tiempo se redujo significativamente su base de capital natural.
De los 20 países analizados, Japón fue el único en el que no disminuyó el capital natural, debido a un aumento de su capa forestal.
Si se tiene sólo en cuenta el PIB en el periodo analizado, China creció un formidable 422 %, Estados Unidos el 37 %, Brasil el 31 % y Sudáfrica el 24 %, pero al examinar el desempeño por el índice IWI propuesto por el estudio el resultado sería menor.
Según ese nuevo cálculo, China sólo creció el 45 % entre 1990 y 2008, Estados Unidos el 13 % y Brasil el 18 %, mientras que Sudáfrica se contrajo un 1 %.
"El IWI es un indicador que los dirigentes mundiales pueden considerar como medio para evaluar con gran precisión la generación de riqueza con el fin de lograr el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza", manifestó el director ejecutivo del Pnuma, Achim Steiner.
En ese sentido, el informe señala que en seis de los países analizados (Rusia, Venezuela, Arabia Saudí, Colombia, Sudáfrica y Nigeria) se produjo un descenso en la riqueza inclusiva, situación que califica como "insostenible".
El documento recomienda que los Gobiernos definan la riqueza de una manera más inclusiva, es decir no sólo desde el punto de vista económico, porque para asegurar un legado para las generaciones futuras "se necesita con urgencia una discusión sobre el desarrollo económico y social sostenible".
La advertencia está en el "Informe de Riqueza Inclusiva 2012", que propone un nuevo indicador para impulsar la sostenibilidad, el Índice de Riqueza Inclusiva (IWI, sigla en inglés).
El informe señala que los países deben tener en cuenta no sólo parámetros tradicionales como el Producto Interior Bruto (PIB) y el Índice de Desarrollo Humano (IDH) sino también otros indicadores que componen la base productiva de una nación.
Entre las variables para componer el Índice de Riqueza Inclusiva el estudio sugiere una amplia gama de los activos de un país, como el "capital manufacturado" (infraestructuras, bienes e inversiones), el "capital natural" (combustibles fósiles, minerales, bosques, pesquerías y tierras para la agricultura) y el "capital humano" (educación y habilidades).
Según el informe, iniciativa del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) y del Programa Internacional de Dimensiones Humanas de la Universidad de la ONU sobre Cambio Ambiental Global (UNU-IHDP), esas variables muestran a los gobiernos el verdadero estado de su nación, la riqueza y la sostenibilidad de su crecimiento.
El estudio se basó en los cambios entre 1990 y 2008 de la riqueza inclusiva de 20 países ricos, pobres y de ingresos medios que juntos representan el 56 por ciento de la población del planeta y el 72 por ciento del PIB mundial.
Los países estudiados fueron Alemania, Arabia Saudí, Australia, Brasil, Canadá, Chile, China, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Francia, India, Japón, Kenia, Nigeria, Noruega, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Venezuela.
El documento señala que en países como China, Estados Unidos, Sudáfrica y Brasil el PIB creció en el periodo pero al mismo tiempo se redujo significativamente su base de capital natural.
De los 20 países analizados, Japón fue el único en el que no disminuyó el capital natural, debido a un aumento de su capa forestal.
Si se tiene sólo en cuenta el PIB en el periodo analizado, China creció un formidable 422 %, Estados Unidos el 37 %, Brasil el 31 % y Sudáfrica el 24 %, pero al examinar el desempeño por el índice IWI propuesto por el estudio el resultado sería menor.
Según ese nuevo cálculo, China sólo creció el 45 % entre 1990 y 2008, Estados Unidos el 13 % y Brasil el 18 %, mientras que Sudáfrica se contrajo un 1 %.
"El IWI es un indicador que los dirigentes mundiales pueden considerar como medio para evaluar con gran precisión la generación de riqueza con el fin de lograr el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza", manifestó el director ejecutivo del Pnuma, Achim Steiner.
En ese sentido, el informe señala que en seis de los países analizados (Rusia, Venezuela, Arabia Saudí, Colombia, Sudáfrica y Nigeria) se produjo un descenso en la riqueza inclusiva, situación que califica como "insostenible".
El documento recomienda que los Gobiernos definan la riqueza de una manera más inclusiva, es decir no sólo desde el punto de vista económico, porque para asegurar un legado para las generaciones futuras "se necesita con urgencia una discusión sobre el desarrollo económico y social sostenible".