The control network finds hazardous substances in 21 points of the Jucar Basin
Wed, 23/05/2012
La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha detectado la presencia de sustancias tóxicas y contaminantes en 11 de los 49 puntos de la Red de Control de Sustancias Peligrosas evaluados durante el pasado mes de diciembre. Las analíticas que mensualmente se realizan en los citados puntos, distribuidos por la geografía de la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha, han identificado 21 tramos de cauce de los 49 estudiados en los que el computo anual de tóxicos se sitúa muy por encima de los topes máximos fijados por la Directiva Marco del Agua para la Sustancias Peligrosas en aguas superficiales.
Son los 21 tramos de río y acequias más contaminados presentes en la cuenca hidrográfica del Júcar.
Entre los compuestos que se han encontrado en ríos y acequias se hallan algunos tan tóxicos y perjudiciales para la salud humana como el selenio, plomo, níquel, percloroetileno, cromo, cromo hexavalente, clorpirifos, cadmio, lindano, el diurón o ftalatos.
Algunas de estas sustancias, procedentes de plaguicidas, insecticidas y otros productos químicos de uso común, son bioacumulables y persistentes y pueden actuar como «disruptores endocrinos» capaces de provocar graves alteraciones del sistema hormonal.
Geografía de la contaminación. El selenio supera los umbrales permitidos en 9 estaciones, los clorpirifos en 9, los octilfenoles en 4, en 3 el níquel y en 2 el lindano.
El resto de sustancias citadas tan solo han superado los umbrales anuales en un punto de control, aunque aparecen en otras muchas analíticas mensuales.
El valor medio más alto de los clorpirifos se ha hallado en la desembocadura del río Belcaire, donde también se dan los niveles más altos para el 4-T-Octilfenol.
El selenio abunda en Tibi, aguas arriba del embalse del mismo nombre y donde también se han detectado concentraciones de níquel presentes también en el barranco de Ibi y en Monóvar.
El lindano aparece también en el barranco de Ibi y en la acequia del rey de Caudete, en el origen del valle del Vinalopó, donde se encuentran también las principales concentraciones de cromo, cromo VI y cadmio.
Los ftlatos aparecen mayoritariamente en el río Arquillo, aguas abajo de Albacete mientras los niveles de percloroetileno detectados en el barranco de Catarroja a su entrada a la Albufera, incumplen como los anteriores la Norma de Calidad Ambiental.
Las concentraciones más elevadas de diurón se produjeron en el Pantanet de Santa Quiteria mientras que los niveles de plomo son especialmente destacados en la cola del embalse de Maria Cristina (Alcora).
Son los 21 tramos de río y acequias más contaminados presentes en la cuenca hidrográfica del Júcar.
Entre los compuestos que se han encontrado en ríos y acequias se hallan algunos tan tóxicos y perjudiciales para la salud humana como el selenio, plomo, níquel, percloroetileno, cromo, cromo hexavalente, clorpirifos, cadmio, lindano, el diurón o ftalatos.
Algunas de estas sustancias, procedentes de plaguicidas, insecticidas y otros productos químicos de uso común, son bioacumulables y persistentes y pueden actuar como «disruptores endocrinos» capaces de provocar graves alteraciones del sistema hormonal.
Geografía de la contaminación. El selenio supera los umbrales permitidos en 9 estaciones, los clorpirifos en 9, los octilfenoles en 4, en 3 el níquel y en 2 el lindano.
El resto de sustancias citadas tan solo han superado los umbrales anuales en un punto de control, aunque aparecen en otras muchas analíticas mensuales.
El valor medio más alto de los clorpirifos se ha hallado en la desembocadura del río Belcaire, donde también se dan los niveles más altos para el 4-T-Octilfenol.
El selenio abunda en Tibi, aguas arriba del embalse del mismo nombre y donde también se han detectado concentraciones de níquel presentes también en el barranco de Ibi y en Monóvar.
El lindano aparece también en el barranco de Ibi y en la acequia del rey de Caudete, en el origen del valle del Vinalopó, donde se encuentran también las principales concentraciones de cromo, cromo VI y cadmio.
Los ftlatos aparecen mayoritariamente en el río Arquillo, aguas abajo de Albacete mientras los niveles de percloroetileno detectados en el barranco de Catarroja a su entrada a la Albufera, incumplen como los anteriores la Norma de Calidad Ambiental.
Las concentraciones más elevadas de diurón se produjeron en el Pantanet de Santa Quiteria mientras que los niveles de plomo son especialmente destacados en la cola del embalse de Maria Cristina (Alcora).