Experts call for raising the water rates before the end of European aid
Sat, 24/03/2012
España es uno de los países de la Unión Europa, junto a Portugal, Grecia o Irlanda, con las tarifas de suministro domiciliario de agua más baratas. Y, por contra, es uno de los países donde más agua embotellada se consume, «y eso que el coste del agua embotellada es 4.000 veces mayor que beber agua del grifo». Por eso, los expertos abogan por mejorar la calidad del agua que llega a nuestras casas, así como del conjunto de todas las infraestructuras hidráulicas, para disponer de un suministro de calidad y sostenible.
Para ello es indispensable una revisión de las tarifas del agua actuales para que el sistema sea eficiente, más si cabe en puertas de que se cierre el grifo de las subvenciones que provienen de la Unión Europea, «que es obvio que terminarán por acabarse». «Todos los sectores están reestructurándose, y el sector hídrico no puede quedarse atrás, hay que buscar salidas y hacerlo con tiempo para que no sean traumáticas hasta conseguir un sistema eficaz antes de que se cierre el grifo de la subvención desde la Unión Europea», subrayó ayer en Castellón Enrique Cabrera, catedrático de Mecánica de Fluidos de la Universidad Politécnica de Valencia y director del Instituto Técnico del Agua.
Cabrera, quien habló ayer Sobre la complejidad de compatibilizar sostenibilidad, eficiencia, tarifas y en el subsidios en el mundo del agua marco de las X Jornadas Técnicas FACSA con motivo del Día Mundial del Agua, aseguró ayer que «me consta que en Bruselas están muy cabreados por pagar unas desaladoras en la provincia que ahora no se utilizan» por su elevado coste energético. Y ésta es sólo una de las razones por las que el experto se mostró ayer en contra de la subvención en materia hídrica «en las ciudades», que no en el sector agrícola donde, no obstante, también hay que controlar y analizar los resultados de las subvenciones.
A juicio del catedrático de Mecánica de Fluidos, «el mundo del agua no se está adecuando a la misma velocidad que el resto», ni siquiera entre los países de la Unión Europea. «En los países del norte de Europa, donde llueve mucho más, se reutiliza más el agua porque se invierte en la mejora constante de las infraestructuras hídricas, y para ello se paga una tarifa mayor que en España, que contempla muchos más aspectos, aunque sigue siendo mínima si se compara con el gasto que se hace en agua embotellada».
Cabrera se preguntó cómo a un usuario le puede parecer caro pagar un euro por un metro cúbico de agua cuando de la misma cantidad de agua embotellada es capaz de pagar 4.000 euros, ejemplificó. El catedrático explica que tan sólo abonando un poco más por el suministro de agua, se podría garantizar un mejor suministro, sin dependencias de subvenciones y sin miedo a que desaparezcan y una mejora constante y continua de las infraestructuras (tuberías, depuradoras, colectores...) para tener siempre el ciclo más eficiente.
Antes de dar este paso, sin embargo, Cabrera advierte de la necesidad de tener gestores que controlen que el pago que se hace por el suministro revierta luego en el mismo y no se desvíe a otras actuaciones, como el pago de otros servicios municipales. «Si se autoriza por parte de un Ayuntamiento el aumento de una tarifa hay que comprobar que ese aumento y la finalidad con la que se aprobó se ha cumplido», indicó.
La falta de gestores o revisores que controlen estas actuaciones se nota en el mismo ámbito español, donde se han detectado diferencias de hasta el 429 por ciento en las tarifas del suministro domiciliario de agua de 28 ciudades españolas, lo que supone más de 400 euros al año en consumos de 10 metros cúbicos, cánones y recargos incluidos, indicó Cabrera, quien añadió que «Castellón se encuentra como una de las más baratas».
Desgraciadamente, «si algo no te cuesta nada es difícil de valorarlo, y en España el precio del agua se ha mantenido prácticamente igual en la última década, con cada vez más población y menos recursos hídricos», asevera el experto.
«Las infraestructuras hidráulicas son imprescindibles», como imprescindible será «una reestructuración en el sector del agua», concluyó Cabrera. sostenimiento de nuestra calidad de vida», indicó el alcalde.
Bataller recordó en la celebración del Día Mundial del Agua que «el agua es un bien escaso, fundamental para el día a día de nuestras ciudades, de nuestra sociedad y, por eso, es necesario poner al alcance herramientas para llegue a todos los lugares sin malgastar ni una gota». En este sentido, el alcalde ensalzó la puesta en marcha en Castellón del Ciclo Integral del Agua, en el que la empresa FACSA es pionera, y con el que se consigue «gestionar de manera inteligente este recurso».
Para ello es indispensable una revisión de las tarifas del agua actuales para que el sistema sea eficiente, más si cabe en puertas de que se cierre el grifo de las subvenciones que provienen de la Unión Europea, «que es obvio que terminarán por acabarse». «Todos los sectores están reestructurándose, y el sector hídrico no puede quedarse atrás, hay que buscar salidas y hacerlo con tiempo para que no sean traumáticas hasta conseguir un sistema eficaz antes de que se cierre el grifo de la subvención desde la Unión Europea», subrayó ayer en Castellón Enrique Cabrera, catedrático de Mecánica de Fluidos de la Universidad Politécnica de Valencia y director del Instituto Técnico del Agua.
Cabrera, quien habló ayer Sobre la complejidad de compatibilizar sostenibilidad, eficiencia, tarifas y en el subsidios en el mundo del agua marco de las X Jornadas Técnicas FACSA con motivo del Día Mundial del Agua, aseguró ayer que «me consta que en Bruselas están muy cabreados por pagar unas desaladoras en la provincia que ahora no se utilizan» por su elevado coste energético. Y ésta es sólo una de las razones por las que el experto se mostró ayer en contra de la subvención en materia hídrica «en las ciudades», que no en el sector agrícola donde, no obstante, también hay que controlar y analizar los resultados de las subvenciones.
A juicio del catedrático de Mecánica de Fluidos, «el mundo del agua no se está adecuando a la misma velocidad que el resto», ni siquiera entre los países de la Unión Europea. «En los países del norte de Europa, donde llueve mucho más, se reutiliza más el agua porque se invierte en la mejora constante de las infraestructuras hídricas, y para ello se paga una tarifa mayor que en España, que contempla muchos más aspectos, aunque sigue siendo mínima si se compara con el gasto que se hace en agua embotellada».
Cabrera se preguntó cómo a un usuario le puede parecer caro pagar un euro por un metro cúbico de agua cuando de la misma cantidad de agua embotellada es capaz de pagar 4.000 euros, ejemplificó. El catedrático explica que tan sólo abonando un poco más por el suministro de agua, se podría garantizar un mejor suministro, sin dependencias de subvenciones y sin miedo a que desaparezcan y una mejora constante y continua de las infraestructuras (tuberías, depuradoras, colectores...) para tener siempre el ciclo más eficiente.
Antes de dar este paso, sin embargo, Cabrera advierte de la necesidad de tener gestores que controlen que el pago que se hace por el suministro revierta luego en el mismo y no se desvíe a otras actuaciones, como el pago de otros servicios municipales. «Si se autoriza por parte de un Ayuntamiento el aumento de una tarifa hay que comprobar que ese aumento y la finalidad con la que se aprobó se ha cumplido», indicó.
La falta de gestores o revisores que controlen estas actuaciones se nota en el mismo ámbito español, donde se han detectado diferencias de hasta el 429 por ciento en las tarifas del suministro domiciliario de agua de 28 ciudades españolas, lo que supone más de 400 euros al año en consumos de 10 metros cúbicos, cánones y recargos incluidos, indicó Cabrera, quien añadió que «Castellón se encuentra como una de las más baratas».
Desgraciadamente, «si algo no te cuesta nada es difícil de valorarlo, y en España el precio del agua se ha mantenido prácticamente igual en la última década, con cada vez más población y menos recursos hídricos», asevera el experto.
«Las infraestructuras hidráulicas son imprescindibles», como imprescindible será «una reestructuración en el sector del agua», concluyó Cabrera. sostenimiento de nuestra calidad de vida», indicó el alcalde.
Bataller recordó en la celebración del Día Mundial del Agua que «el agua es un bien escaso, fundamental para el día a día de nuestras ciudades, de nuestra sociedad y, por eso, es necesario poner al alcance herramientas para llegue a todos los lugares sin malgastar ni una gota». En este sentido, el alcalde ensalzó la puesta en marcha en Castellón del Ciclo Integral del Agua, en el que la empresa FACSA es pionera, y con el que se consigue «gestionar de manera inteligente este recurso».