Drought marks World Water Day in Spain
Fri, 23/03/2012
La celebración del Día Mundial del Agua coincide hoy en España con una situación de sequía que pone de manifiesto la necesidad de un mayor ahorro en su uso.
El Día Mundial del Agua que se celebra regularmente desde 1993 llega a la edición de 2012 con la alarma que lanza la ONU sobre el despilfarro de este bien tan preciado y, también tan escaso, pese a que el 72 % de la superficie del planeta está cubierta por agua.
La preocupación no se refiere sólo al consumo humano, sino al gasto desmesurado que, por ejemplo, se produce en la elaboración de la industria alimentaria y pone de manifiesto que, por ejemplo, producir un kilo de trigo, supone un gasto de 1.500 litros de agua.
Pero no sólo el consumo preocupa. La falta de infraestructuras y condiciones sanitarias es la consecuencia de que cada año mueran 1,6 millones de personas, sobre todo niños, a causa de enfermedades relacionadas con el agua.
Así lo ha puesto de manifiesto la Fundación para el Desarrollo de la Enfermería (Fuden) que señala que 2.600 millones de personas no tienen acceso a redes de saneamiento mejorado.
La Fuden advierte de que la falta de infraestructuras higiénicas provoca focos de infecciones y causan el desarrollo de enfermedades infectocontagiosas e insiste en que esto es especialmente significativo en los países empobrecidos.
Marcar la necesidad de una nueva cultura del agua basada en principios éticos de sostenibilidad acabaría con la crisis global del agua "que no es tanto un problema de cantidad, como de calidad", ha afirmado hoy a Efeverde Pedro Arrojo, profesor de la Universidad de Zaragoza.
Arrojo ha asegurado que hablar de escasez de agua "no es correcto" porque "el problema no es de escasez, sino la diversidad climática que tenemos", ha dicho.
A su juicio, todas las comunidades están instaladas al lado de al menos una fuente de agua suficientemente abundante y más que suficiente para la vida digna.
En España, un país con amenaza de sequía y que ha vivido un invierno especialmente duro en este sentido, la Coordinadora de ONG para el Desarrollo-España, ha pedido al Gobierno que reconozca por Ley el acceso al agua como un derecho humano.
En un acto celebrado hoy en Madrid, Pablo Alcalde, responsable de este tema en Acción contra el Hambre, ha recordado que unos 260 millones de personas son víctimas de desastres naturales y que el acceso al agua y al saneamiento puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte.
Pero, no todo son malas noticias, y así, científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de la Universidad Politécnica de Barcelona han ideado un método que permite crear mapas de humedad del suelo que pueden evitar el riesgo de incendios y permiten conocer el contenido de agua útil en el suelo.
El agua es un factor esencial en la producción de alimentos: el 20% de las tierras cultivadas en el mundo son regadíos que consumen el 70% del agua dulce del planeta y aportan el 40% de la producción de alimentos.
En España la superficie de regadío representa el 15% de la superficie agraria útil total, consume el 70% de la demanda de recursos hídricos y aporta más del 50% de la producción final agraria.
El Día Mundial del Agua que se celebra regularmente desde 1993 llega a la edición de 2012 con la alarma que lanza la ONU sobre el despilfarro de este bien tan preciado y, también tan escaso, pese a que el 72 % de la superficie del planeta está cubierta por agua.
La preocupación no se refiere sólo al consumo humano, sino al gasto desmesurado que, por ejemplo, se produce en la elaboración de la industria alimentaria y pone de manifiesto que, por ejemplo, producir un kilo de trigo, supone un gasto de 1.500 litros de agua.
Pero no sólo el consumo preocupa. La falta de infraestructuras y condiciones sanitarias es la consecuencia de que cada año mueran 1,6 millones de personas, sobre todo niños, a causa de enfermedades relacionadas con el agua.
Así lo ha puesto de manifiesto la Fundación para el Desarrollo de la Enfermería (Fuden) que señala que 2.600 millones de personas no tienen acceso a redes de saneamiento mejorado.
La Fuden advierte de que la falta de infraestructuras higiénicas provoca focos de infecciones y causan el desarrollo de enfermedades infectocontagiosas e insiste en que esto es especialmente significativo en los países empobrecidos.
Marcar la necesidad de una nueva cultura del agua basada en principios éticos de sostenibilidad acabaría con la crisis global del agua "que no es tanto un problema de cantidad, como de calidad", ha afirmado hoy a Efeverde Pedro Arrojo, profesor de la Universidad de Zaragoza.
Arrojo ha asegurado que hablar de escasez de agua "no es correcto" porque "el problema no es de escasez, sino la diversidad climática que tenemos", ha dicho.
A su juicio, todas las comunidades están instaladas al lado de al menos una fuente de agua suficientemente abundante y más que suficiente para la vida digna.
En España, un país con amenaza de sequía y que ha vivido un invierno especialmente duro en este sentido, la Coordinadora de ONG para el Desarrollo-España, ha pedido al Gobierno que reconozca por Ley el acceso al agua como un derecho humano.
En un acto celebrado hoy en Madrid, Pablo Alcalde, responsable de este tema en Acción contra el Hambre, ha recordado que unos 260 millones de personas son víctimas de desastres naturales y que el acceso al agua y al saneamiento puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte.
Pero, no todo son malas noticias, y así, científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de la Universidad Politécnica de Barcelona han ideado un método que permite crear mapas de humedad del suelo que pueden evitar el riesgo de incendios y permiten conocer el contenido de agua útil en el suelo.
El agua es un factor esencial en la producción de alimentos: el 20% de las tierras cultivadas en el mundo son regadíos que consumen el 70% del agua dulce del planeta y aportan el 40% de la producción de alimentos.
En España la superficie de regadío representa el 15% de la superficie agraria útil total, consume el 70% de la demanda de recursos hídricos y aporta más del 50% de la producción final agraria.