Cordoba lives the worst season of drought in 113 years
Tue, 20/03/2012
Mal pintan las cosas para Córdoba en materia de pluviometría. Por ahora, la actual temporada entre diciembre de 2011 y febrero de 2012 está siendo la más seca de las 113 últimas recopiladas por el investigador cordobés Juan Galán, cuyo registro se basa en datos del Servicio Meteorológico del Instituto Nacional de Enseñanza Media (Góngora) hasta 1958 y a partir de entonces, en la Aemet.
Así, en estos tres meses mencionados se recogieron un total de 21 litros por metros cuadrado, repartidos entre los siete de diciembre, los 12 de enero y otros dos más en febrero, unas cifras absolutamente atípicas, teniendo en cuenta que la media del último siglo largo fue de 256,80 litros, que es lo que se recogió en la temporada de 1981/82. Una situación que los dos litros caídos el pasado viernes sobre la ciudad y que se recogieron en el Aeropuerto de Córdoba no sirven de alivio en absoluto.
La temporada más similar a la actual es la de 1980/81, cuando cayeron 23,50 litros (de los que 23 se registraron en febrero y el medio litro restante, en diciembre). Echando mano de las hemerotecas, el propio Juan Galán rememoró esa época como de «algo tremendo», porque supuso un enfrentamiento con los regantes, que decían que el agua del Guadalmellato era suya; los sevillanos, que exigían que se echara ese agua al río para que la pudieran consumir, y al recién elegido alcalde Julio Anguita sin casi nada de agua para la ciudad. «A raíz de esa situación, se construyó el pantano de San Rafael de Navallana, a unos cinco kilómetros de Alcolea, dejándoselo para los regantes, mientras que el Guadalmellato, que estaba más en cabecera se quedó como uso exclusivo para la ciudad». explicó.
De hecho, las cifras actuales de este último embalse también son para preocuparse. Ahora mismo se encuentra con 84,63 hectómetros cúbicos, es decir el 54% de su capacidad, y eso supone ya unos 4 hectómetros cúbicos menos que la semana pasada. En comparación, la misma semana de 2011 tenía recogidos 140 hectómetros, lo que supone el 89,17% de su volumen, mientras que la media de esta misma semana durante la última década está en los 115 litros (28 más de los que hay ahora).
Otras temporadas especialmente duras fueron la de 1992/93, cuando únicamente cayeron 51,60 litros por metros cuadrado, o 1982/83, fecha en la que se registraron 54,50 litros. Por contra, la temporada más húmeda correspondió a 1962/63, en la que durante esos tres meses cayeron hasta 670 litros, siendo enero el que más agua acumuló, con 277,7 litros. Aunque en esos 113 años el mes que más agua de lluvia cayó en Córdoba fue en diciembre de 2010, con 372,5 litros, lo que, unido a los desembalses invernales de los pantanos, provocó serias inundaciones a lo largo del Guadalquivir.
A día de hoy, los embalses cordobeses se encuentran al 72,78%, con un total de 2.743,87 hectómetros cúbicos acumulados. El problema es que los ciclos de sequía, según Juan Galán, están entre los dos y tres años, por lo que estas cifras, que podrían ser tranquilizadoras en épocas de normalidad, quizá se puedan quedar cortas.
Así, en estos tres meses mencionados se recogieron un total de 21 litros por metros cuadrado, repartidos entre los siete de diciembre, los 12 de enero y otros dos más en febrero, unas cifras absolutamente atípicas, teniendo en cuenta que la media del último siglo largo fue de 256,80 litros, que es lo que se recogió en la temporada de 1981/82. Una situación que los dos litros caídos el pasado viernes sobre la ciudad y que se recogieron en el Aeropuerto de Córdoba no sirven de alivio en absoluto.
La temporada más similar a la actual es la de 1980/81, cuando cayeron 23,50 litros (de los que 23 se registraron en febrero y el medio litro restante, en diciembre). Echando mano de las hemerotecas, el propio Juan Galán rememoró esa época como de «algo tremendo», porque supuso un enfrentamiento con los regantes, que decían que el agua del Guadalmellato era suya; los sevillanos, que exigían que se echara ese agua al río para que la pudieran consumir, y al recién elegido alcalde Julio Anguita sin casi nada de agua para la ciudad. «A raíz de esa situación, se construyó el pantano de San Rafael de Navallana, a unos cinco kilómetros de Alcolea, dejándoselo para los regantes, mientras que el Guadalmellato, que estaba más en cabecera se quedó como uso exclusivo para la ciudad». explicó.
De hecho, las cifras actuales de este último embalse también son para preocuparse. Ahora mismo se encuentra con 84,63 hectómetros cúbicos, es decir el 54% de su capacidad, y eso supone ya unos 4 hectómetros cúbicos menos que la semana pasada. En comparación, la misma semana de 2011 tenía recogidos 140 hectómetros, lo que supone el 89,17% de su volumen, mientras que la media de esta misma semana durante la última década está en los 115 litros (28 más de los que hay ahora).
Otras temporadas especialmente duras fueron la de 1992/93, cuando únicamente cayeron 51,60 litros por metros cuadrado, o 1982/83, fecha en la que se registraron 54,50 litros. Por contra, la temporada más húmeda correspondió a 1962/63, en la que durante esos tres meses cayeron hasta 670 litros, siendo enero el que más agua acumuló, con 277,7 litros. Aunque en esos 113 años el mes que más agua de lluvia cayó en Córdoba fue en diciembre de 2010, con 372,5 litros, lo que, unido a los desembalses invernales de los pantanos, provocó serias inundaciones a lo largo del Guadalquivir.
A día de hoy, los embalses cordobeses se encuentran al 72,78%, con un total de 2.743,87 hectómetros cúbicos acumulados. El problema es que los ciclos de sequía, según Juan Galán, están entre los dos y tres años, por lo que estas cifras, que podrían ser tranquilizadoras en épocas de normalidad, quizá se puedan quedar cortas.