A drought that will continue for years

Wed, 07/03/2012

La Razón

Los agricultores fijan su mirada en el cielo mientras las precipitaciones no llegan, la sequía se asienta y el nivel de los embalses sigue disminuyendo. España aún no ha entrado en la sequía hidrológica que precede a la meteorológica, pero si a lo largo de este mes la situación no mejora, el campo «podría sufrir un impacto mucho mayor», afirmó ayer el ministro de Agricultura, Medio Ambiente y Alimentación, Miguel Arias Cañete. En esta línea, confirmó que si la lluvia no llega en marzo, se plantearía aprobar un decreto de sequía como el que le exigen desde algunas comunidades como Aragón, donde las pérdidas en los cultivos de secano podría superar los 900 millones de euros. Con especial incidencia sobre el cereal y el ganado extensivo. «Tendrían que encadenarse 3 o 4 grandes temporales atlánticos (de varios días de duración cada uno) entre marzo y abril para compensar el déficit de lluvias que arrastramos desde el pasado otoño. Para que suceda, el patrón de circulación atmosférica debe cambiar radicalmente», explica el físico del aire y experto en metorología, José Miguel Viñas.

Todas las organizaciones agrarias (COAG, UPA y Asaja) mantienen sus peticiones de aprobación del decreto mientras el ministro se reúne con todas las comunidades para confirmar la difícil situación por la que atraviesan todas las cuencas. El caudal del Ebro es uno de los más perjudicados por la carestía de agua. Una situación inusual como explica el ministro: «Es curioso que el centro de la Península, el sur y el levante estén en mejores condiciones con respecto a los Pirineos o al valle del Ebro». Éste, a pesar de ser el más caudaloso, es el que más está sufriendo la sequía. De acuerdo con los índices que registra su Confederación Hidrográfica (CHE) cada mes, el global de la cuenca se encuentra en estado de prealerta. Tan sólo cinco de los 20 embalses distribuidos a lo largo de todo su recorrido cuentan con niveles normales. Ocho están en situación de alerta o emergencia y siete cuentan con índices de prealerta. «En poblaciones cercanas a Puebla de Valverde el invierno ha sido tan seco que se están comenzando a abastecer con camiones cisterna», explican desde la CHE.

A la falta de precipitaciones se suma la mala temporada de nevadas que ha registrado todo el territorio: «Los datos indican que la falta de nieve de este año no se experimentaba desde hace más de 10 años», insisten desde el organismo. Una escasez que la cuenca lleva arrastrando dos años y de la que los agricultores se resienten especialmente. De ahí la insistencia del consejero de Agricultura de Aragón, Modesto Lobón, que lleva más de tres semanas insistiendo en la implantación del decreto.

«Históricamente, las sequías duran varios años, aunque en ellas encontremos algunos periodos húmedos, pero de corto recorrido», insiste Viñas. Por eso los regantes temen que la falta de precipitaciones perjudique las cosechas de verano, que en estas semanas empiezan a sembrarse. «Las previsiones nos han obligado a activar riegos de emergencia en las zonas cercanas a las cuencas del Guadalquivir y del Guadiana. E, incluso, se están regando las semillas de ciertos cultivos como el girasol para conseguir que nazca la semilla. Una acción que sólo se ejecuta si las condiciones precarias nos obligan», indica Andrés del Campo, presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (Fenacore). Del Campo coincide con Viñas: «Esto es sólo el comienzo de un período seco para España». Por ello insiste en la importancia de revisar los planes hidrológicos por cuenca. Una idea que, aunque por motivos opuestos, también apoyan desde WWF. El portavoz de su programa de Agua, Alberto Fernández, insiste en la importancia de «elaborar planes de sequía de acuerdo con los planes hidrológicos de cada cuenca». Esta es una de las tres propuestas que planean lanzar si se concreta la situación de sequía. «También fomentaremos medidas de ahorro, pero para ello debemos esperar a que todos los indicadores lo confirmen», sostiene.