The level of drought is already extreme in parts of three provinces
Tue, 21/02/2012
Ni el pasado otoño ni lo que va de invierno han logrado frenar la escasez de precipitaciones que encadena Galicia desde la primavera del 2011. La sequía ya es ofi cial y los datos la avalan. El año pasado fue el segundo más seco desde 1961 y todos los meses, excepto agosto, registraron valores de lluvia inferiores a la media climática. Diciembre, por ejemplo, que suele acumular unos 200 litros por metro cuadrado, solo llegó a la mitad, 100. Según el índice de precipitación estandarizada (SPI en sus siglas en inglés), que permite fi jar el comienzo y el fi n de un episodio de sequía y su intensidad, el último mes del 2011 rozó la categoría de extremadamente seco.
Y este año tampoco ha empezado con buen pie. Las precipitaciones en enero no alcanzan un tercio del valor climático -se acumularon unos 45 litros y lo normal es que sean algo más de 150- y todo apunta a que febrero, que de momento solo ha registrado 6 días de lluvia, acabará igual. «Puede cerrar como un mes muy seco», avanza Lino Naranjo desde MeteoGalicia. «Es preocupante porque las perspectivas para esta semana son que se mantenga el anticiclón y, aunque puede debilitarse algo desde el lunes, las lluvias serían débiles. Tendría que haber un cambio muy radical en las condiciones meteorológicas para tener lluvias importantes».
Con excepción de la zona alrededor de Ourense capital, donde las lluvias registradas en los últimos 12 meses alcanzan la cantidad normal, el resto de Galicia continúa deshidratándose a marchas forzadas. En parte de tres provincias, según los datos de la Consellería de Medio Ambiente, el grado es ya extremadamente seco. Es el caso del norte de Lugo, el este de Ourense y el interior de A Coruña.
Situación de los embalses
Algunos embalses ya notan la falta de agua, sobre todo Caldas y Cecebre, ambos de abastecimiento. En el primero, con una ocupación del 37,4 %, el protocolo de seguimiento de la cianobacteria Microcystis sigue vigente (suele desactivarse en octubre) debido a la escasez de lluvias. El nivel del pantano coruñés, por su parte, se sitúa en el 63,7 %. Entre los de uso hidroeléctrico, Portodemouros, en Deza, está al 34,5 % y la merma en su volumen deja ver ya los restos de la aldea de Brocos, inundada en 1968 al construir la presa. En la Costa da Morte, las reservas del de Fervenza están al 57 %, un 15 % por debajo de la media, siendo el arranque de año más seco desde 1999.
La preocupación se palpa también entre los ganaderos gallegos. La falta de agua en los últimos meses amenaza el ensilado de hierba, lo que se sumaría a la mala cosecha del año pasado.
Dueños de explotaciones en la comarca del Xallas aseguran que la sequía también ha retrasado el abonado de los terrenos, que no absorben el fertilizante al estar demasiado secos. «Este pode ser o peor ano dos últimos vinte na recollida de herba», señala Carlos García, ganadero de Mazaricos. En la comarca de Deza ocurre lo mismo y temen que la disminución de forraje se repita.
Y este año tampoco ha empezado con buen pie. Las precipitaciones en enero no alcanzan un tercio del valor climático -se acumularon unos 45 litros y lo normal es que sean algo más de 150- y todo apunta a que febrero, que de momento solo ha registrado 6 días de lluvia, acabará igual. «Puede cerrar como un mes muy seco», avanza Lino Naranjo desde MeteoGalicia. «Es preocupante porque las perspectivas para esta semana son que se mantenga el anticiclón y, aunque puede debilitarse algo desde el lunes, las lluvias serían débiles. Tendría que haber un cambio muy radical en las condiciones meteorológicas para tener lluvias importantes».
Con excepción de la zona alrededor de Ourense capital, donde las lluvias registradas en los últimos 12 meses alcanzan la cantidad normal, el resto de Galicia continúa deshidratándose a marchas forzadas. En parte de tres provincias, según los datos de la Consellería de Medio Ambiente, el grado es ya extremadamente seco. Es el caso del norte de Lugo, el este de Ourense y el interior de A Coruña.
Situación de los embalses
Algunos embalses ya notan la falta de agua, sobre todo Caldas y Cecebre, ambos de abastecimiento. En el primero, con una ocupación del 37,4 %, el protocolo de seguimiento de la cianobacteria Microcystis sigue vigente (suele desactivarse en octubre) debido a la escasez de lluvias. El nivel del pantano coruñés, por su parte, se sitúa en el 63,7 %. Entre los de uso hidroeléctrico, Portodemouros, en Deza, está al 34,5 % y la merma en su volumen deja ver ya los restos de la aldea de Brocos, inundada en 1968 al construir la presa. En la Costa da Morte, las reservas del de Fervenza están al 57 %, un 15 % por debajo de la media, siendo el arranque de año más seco desde 1999.
La preocupación se palpa también entre los ganaderos gallegos. La falta de agua en los últimos meses amenaza el ensilado de hierba, lo que se sumaría a la mala cosecha del año pasado.
Dueños de explotaciones en la comarca del Xallas aseguran que la sequía también ha retrasado el abonado de los terrenos, que no absorben el fertilizante al estar demasiado secos. «Este pode ser o peor ano dos últimos vinte na recollida de herba», señala Carlos García, ganadero de Mazaricos. En la comarca de Deza ocurre lo mismo y temen que la disminución de forraje se repita.