The flood risk increases Bellreguard to malfunction of the system to prevent flooding
Fri, 25/11/2011
Los vecinos de la playa de Bellreguard han temido durante estos últimos días que las calles se anegaran debido a las fuertes tormentas. El motivo de su miedo es que el distrito donde residen carece de los sistemas de seguridad necesarios para impedir que se inunden las calles en caso de lluvias prolongadas e intensas y por ende bajos, comercios y cocheras.
Como cualquier urbanización cercana al mar, la playa de Bellreguard debe contar con sistemas de prevención de inundaciones.
En este caso, el barrio dispone de bombas de extracción de agua que alivian los ríos que se forman en las calles y envían el recurso al mar. Pero buena parte de este mecanismo no está operativo, como afirmó el alcalde de Bellreguard, Jaumé Ascó.
El primer edil lamentó que de las cinco bombas que hay repartidas en la playa «dos están inoperativas desde hace varios años». El alcalde explicó que de los cinco aparatos existentes, «tres se instalaron hace más de una década» y dos se colocaron hace «tres o cuatro años con motivo de la urbanización del sector plaza Alcoià».
Estas dos bombas son las que no están operativas y pueden provocar inundaciones en la playa si las precipitaciones son intensas. «Lo más llamativo del caso es que una de ellas, según los informes de los técnicos del Ayuntamiento, no ha funcionado nunca y nadie ha reclamado a la empresa que la instaló», aseguró el alcalde.
La misión de estos mecanismos es captar el agua de lluvia que se acumula en las calles durante los días en que las precipitaciones son elevadas y el alcantarillado no da abasto. Las bombas se ponen en marcha solo en estos momentos recogen el recurso y lo envían directamente al mar. Todos estos aparatos están ubicados en el paseo Joan Miró, «la segunda fila de la playa», destacó Ascó.
El agua de lluvia, dijo el primer edil, suele anegar las calles de la playa cuando las precipitaciones son elevadas e impedir en muchos casos el tráfico de vehículos e incluso el acceso a zonas residenciales. Por este motivo, es imprescindible, añadió Ascó, que las bombas estén operativas «cuanto antes», pero no dijo cuando volverán a prestar servicio.
«Queremos que este servicio, como todos los de Bellreguard, esten en un estado óptimo, pero hará falta un tiempo, porque el coste tiene que asumirlo el Ayuntamiento de Bellreguard», agregó.
El alcalde dijo también que quizá en su momentó se podía haber reclamado a la mercantil que se hizo caro de las obras de la reparcelación y de la instalación de las bombas «pero si el anterior ejecutivo del PSPV no lo hizo, ahora años después no tiene sentido exigir nada».
Ascó aseguró que los funcionarios del Consistorio están elaborando informes para cifrar el coste de la reparación de los aparatos. El primer edil afirmó también que no ha tratado de momento este tema con los hosteleros de la playa.
Como cualquier urbanización cercana al mar, la playa de Bellreguard debe contar con sistemas de prevención de inundaciones.
En este caso, el barrio dispone de bombas de extracción de agua que alivian los ríos que se forman en las calles y envían el recurso al mar. Pero buena parte de este mecanismo no está operativo, como afirmó el alcalde de Bellreguard, Jaumé Ascó.
El primer edil lamentó que de las cinco bombas que hay repartidas en la playa «dos están inoperativas desde hace varios años». El alcalde explicó que de los cinco aparatos existentes, «tres se instalaron hace más de una década» y dos se colocaron hace «tres o cuatro años con motivo de la urbanización del sector plaza Alcoià».
Estas dos bombas son las que no están operativas y pueden provocar inundaciones en la playa si las precipitaciones son intensas. «Lo más llamativo del caso es que una de ellas, según los informes de los técnicos del Ayuntamiento, no ha funcionado nunca y nadie ha reclamado a la empresa que la instaló», aseguró el alcalde.
La misión de estos mecanismos es captar el agua de lluvia que se acumula en las calles durante los días en que las precipitaciones son elevadas y el alcantarillado no da abasto. Las bombas se ponen en marcha solo en estos momentos recogen el recurso y lo envían directamente al mar. Todos estos aparatos están ubicados en el paseo Joan Miró, «la segunda fila de la playa», destacó Ascó.
El agua de lluvia, dijo el primer edil, suele anegar las calles de la playa cuando las precipitaciones son elevadas e impedir en muchos casos el tráfico de vehículos e incluso el acceso a zonas residenciales. Por este motivo, es imprescindible, añadió Ascó, que las bombas estén operativas «cuanto antes», pero no dijo cuando volverán a prestar servicio.
«Queremos que este servicio, como todos los de Bellreguard, esten en un estado óptimo, pero hará falta un tiempo, porque el coste tiene que asumirlo el Ayuntamiento de Bellreguard», agregó.
El alcalde dijo también que quizá en su momentó se podía haber reclamado a la mercantil que se hizo caro de las obras de la reparcelación y de la instalación de las bombas «pero si el anterior ejecutivo del PSPV no lo hizo, ahora años después no tiene sentido exigir nada».
Ascó aseguró que los funcionarios del Consistorio están elaborando informes para cifrar el coste de la reparación de los aparatos. El primer edil afirmó también que no ha tratado de momento este tema con los hosteleros de la playa.