La posibilidad de ocurrencia de períodos de escasez de lluvias y el resultado del desequilibrio entre la disponibilidad y la demanda que pueden conducir a situaciones de sequía, con los consecuentes efectos y costes en las condiciones del servicio prestado a los consumidores, ha sido incluido en los procedimientos convencionales de planificación y gestión de manera más o menos explícita. El Manual de Abastecimiento del Canal de Isabel II es un buen ejemplo de la forma de operar para prevenir y mitigar las situaciones de sequía. Se realizó teniendo en cuenta una evaluación de riesgos; su versión actual es el resultado del desarrollo de su aplicación y del proceso sistemático de actualización desde 1992. El Manual no sólo es un compromiso de garantía de servicio y suministro para los consumidores, es además una guía a utilizar por todos aquellos responsables en la toma de decisiones allí donde la gestión del suministro está comprometida.