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Abril 2007

Monográficos Hispagua: Aguas subterraneas

Introducción

Aunque existe gran diversidad de datos, se puede decir que España tiene una pluviosidad media anual del orden de 650mm, lo que indica que la lluvia caída en nuestro territorio es del orden de 325.000 hm3/año. De este agua, aproximadamente el 66,2% se evapora, con lo cual solo el 33,8% se convierte en escorrentía.

De estas cifras se acepta que del orden de 20.000 hm3/año se infiltran recargando los acuíferos y convirtiéndose en escorrentía subterránea.

Asimismo, del total del agua consumida en España, un 80% se utiliza en agricultura y el 20% restante cubre la demanda urbana e industrial.

En cuanto al origen del agua utilizada, también la mayoría de los datos aportados, son en general coincidentes en que el 18% es de origen subterráneo. Esta agua subterránea se usa mayoritariamente en agricultura (73%), destinándose solo un 25% a cubrir abastecimientos urbanos e industriales.

 

Conceptos

En el subsuelo se encuentran formaciones geológicas consistentes a veces en rocas porosas o fracturadas que pueden contener agua en sus huecos. Éste agua se denomina subterránea y los terrenos que la contienen y la pueden ceder se denominan acuíferos.

Los terrenos acuíferos del subsuelo pueden tener una extensión horizontal pequeña constituyendo los acuíferos locales o puntuales o bien alcanzar millones de kilómetros cuadrados, formando extensos acuíferos regionales. Asimismo, el espesor de los acuíferos puede también variar desde centímetros hasta más de mil metros.

El agua subterránea tiene su origen en la lluvia, parte de la cual se infiltra directamente a través del suelo, o desde ríos y lagos, por grietas y poros de la roca hasta alcanzar un nivel impermeable que no le deja descender más. El agua se va acumulando con el paso de los años llenando, de esta forma, los acuíferos. Estas aguas subterráneas van circulando a favor de gradiente hasta alcanzar puntos de salida a la superficie que se convierten en manantiales o fuentes o en áreas difusas como los lechos de los ríos, cuyo caudal es mantenido por las aguas subterráneas.

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