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Introducción

Situación futura del agua en Europa

El caudal de los ríos

Desbordamientos de ríos

Sequías

Aguas subterráneas

Temperatura del agua

Cubierta de hielo de ríos y lagos

Diversidad biológica de agua dulce y calidad del agua

Conclusión

Más información


SEQUÍAS




Puntos clave

Europa se ha visto afectada por varios episodios de sequías en las últimas décadas, destacando la catastrófica sequía asociada a la ola de calor del verano de 2003 en el centro del continente y la sequía de 2005 que afectó a la Península Ibérica.

En líneas generales, el cambio climático  afectará a Europa en su conjunto, probablemente aumentando la frecuencia y la severidad de las sequías en algunas regiones.

Se registrarán temperaturas más altas, y una disminución de las precipitaciones en verano, los cuales serán cada vez más y más secos.

Las regiones más propensas a padecer sequías son el sur y el sudeste de Europa; las corrientes de los ríos también disminuirán de manera significativa en muchas otras partes del continente, especialmente en verano.

 

Para ampliar

Las sequías prolongadas traerán consecuencias económicas, sociales y ambientales nefastas, que afectarán a varios sectores, como a la producción de energía, tanto en términos de disponibilidad de agua para la energía hidroeléctrica como en términos de agua de refrigeración para la generación de electricidad; afectará también a la navegación fluvial, a la agricultura y al abastecimiento público de agua.

Los efectos adversos de las sequías podrán ser atenuados mediante el uso combinado de aguas superficiales y subterráneas, mediante la desalación de agua de mar, del almacenamiento y de los trasvases. Para ello son necesarias medidas que incluyen la mejora de la eficiencia del agua, la medición y la tarificación de la misma.

Se puede evitar la escasez de agua a través de un control eficaz y mediante el almacenamiento en embalses.

En los últimos 30 años, Europa se ha visto afectada por una serie de grandes sequías, sobre todo en 1976, 1989, 1991, y, más recientemente, la prolongada sequía asociada a la ola de calor del verano de 2003 que afectó a una gran parte del continente.

La sequía más grave de la Península Ibérica en 60 años se produjo en 2005; se ha estimado una reducción del 10% en los rendimientos de producción de cereales. La sequía también provocó los incendios forestales, que mataron a 15 personas y destruyeron 180.000 hectáreas de bosques y tierras agrícolas en Portugal.

En la mayor parte de Europa, la disminución en las precipitaciones de verano, acompañadas por el aumento de las temperaturas y de la mayor evaporación puede conducir a frecuentes e intensas sequías de verano.

Como resultado del cambio climático, las cuencas fluviales se verán afectadas por un grave estrés hídrico, dando como resultado un aumento de la competencia por los recursos hídricos.

Las regiones más propensas a sufrir un aumento en el riesgo de sequía son las del Mediterráneo y sur-oriental de Europa, ya que son los que más sufren de estrés hídrico.

 

CAMBIO EN LA GRAVEDAD DE LAS SEQUÍAS EN EUROPA EN EL PERIODO 1962-1990



Fuente: Hisdal y otros, 2001