La zona está dominada por paisajes rojizos, ocres y anaranjados, similares a los paisajes que podemos ver en el planeta rojo. Las aguas del río han adquirido la misma tonalidad debido al efecto de los metales que se encuentran en los yacimientos a lo largo del río. Estos yacimientos son depósitos hidrotermales compuestos por pirita y calcopirita, dos minerales del grupo de los sulfuros. Los depósitos hidrotermales se forman cuando el magma se solidifica al entrar en contacto con el agua. El agua debe tener sal y, además, metales y minerales para que estos depósitos se formen.

EXPLOTACIÓN MINERA DESDE HACE 5.000 AÑOS

La zona por la que discurre el río es una cuenca minera con más de 200 minas que está siendo explotada de manera intensiva desde hace, al menos, 5.000 años. Al norte de Huelva se localizan algunas de las explotaciones más grandes, lo que ha provocado que el paisaje se haya visto modificado haciendo que tenga un aspecto casi extraterrestre, muy similar al del planeta rojo.

AGUAS CON UNA CONCENTRACIÓN ELEVADA EN METALES

Este mismo paisaje, el pH de sus aguas, entre 1,7 y 2,5, la baja concentración de oxígeno en ellas y su contenido en metales pesados, hierro, cobre, cadmio o manganeso, entre otros, han hecho que proliferen en el río numerosos microorganismos fotosintéticos en su mayoría que han atraído hasta esta curiosa localización onubense a científicos de la Nasa debido a su parecido con el planeta Marte. Estos microorganismos realizan la fotosíntesis, es decir transforman la energía luminosa en energía química para formar ATP, la moneda energética universal. Están adaptados a hábitats extremos, son acidófilos, se desarrollan en medios con un pH menor que 7, y solo se alimentan de minerales.

Los minerales y las rocas que se encuentran en el río se oxidan debido al efecto de esos microorganismos, lo que hace que liberen metales pesados, los que dan lugar a esa coloración del agua tan característica.

¿A QUÉ SE DEBE LA ACIDEZ DE SUS AGUAS?

Hasta hace unos años se desconocía el porqué de la acidez de las aguas del río Tinto y se creía que era debido a la explotación intensiva de su cuenca minera. Sin embargo, un proyecto desarrollado por científicos del Centro de Astrobiología del CSIC-INTA descubrió que esta acidez se debe a la interacción de acuíferos subterráneos con los distintos estratos geológicos que contienen importantes cantidades de sulfuros metálicos masivos.

LAS BACTERIAS DE RÍO TINTO PODRÍAN SOBREVIVIR EN MARTE

El CSIC también sometió a los microorganismos presentes en las aguas del río a condiciones similares a las que se podrían encontrar en Marte, es decir, presiones de 7 milibares, alta presencia de rayos UV y temperaturas por encima de 170 grados centígrados.

En concreto utilizaron varios grupos de bacterias quimiolitotrofas, que oxidan el hierro para obtener energía, debido a que el suelo marciano tiene un gran contenido de minerales de hierro. Comprobaron que bajo esas condiciones un alto porcentaje de ellas sobrevivía, por encima del 35% con una capa protectora de subsuelo de dos milímetros. Al aumentar esta capa a cinco milímetros la supervivencia aumentaba a un 40%, lo que demostró que estos grupos de bacterias podrían sobrevivir en el ambiente marciano. Una investigación que pretendía estudiar la posibilidad de que existan rastros de vida en Marte saber si su superficie podría ser habitable.