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Octubre 2006

Monográficos Hispagua: Los vertidos en las aguas continentales en España

Principales accidentes con residuos en España

Aznalcollar (Sevilla)

El 25 de Abril de 1998 se produce la rotura de la presa de contención de la balsa de decantación de la mina de pirita (FeS2) en Aznalcóllar (Sevilla). Como resultado aparece un importante vertido de agua ácida y de lodos muy tóxicos, conteniendo altas concentraciones de metales pesados, de gravísimas consecuencias para la región.

El vertido fue de unos 4,5 Hm3 (3,6 de agua y 0,9 de lodos) y se desbordó sobre las riberas de los ríos Agrio y Guadiamar a lo largo de 40 Km para los lodos y 10 Km más para las aguas, con una anchura media de unos 400 metros. La superficie afectada ha sido de 4.402 hectáreas. Los lodos no llegaron a alcanzar el Parque Nacional del Coto de Doñana, quedando retenidos en sus estribaciones, dentro del Preparque, pero las aguas sí invadieron la región externa del Parque Nacional y desembocaron en el Guadalquivir en el área del Coto de Doñana, y alcanzaron finalmente, ya poco contaminadas, el Oceano Atlántico, en Sanlucar de Barrameda. Las consecuencias fueron 30 toneladas de animales muertos, acuíferos altamente contaminados, récord mundial de concentración de metales pesados en aves acuáticas etc.

Pasados varios años, sin que se supiera de quién era la responsabilidad y después de haber gastado, varias administraciones públicas, muchos millones de euros se consiguió dejar relativamente limpia la zona contaminada. Sobre la zona dañada y sobre el terreno circundante expropiado se ha creado la figura de protección natural del Corredor Verde para la unión de Sierra Morena y Doñana. La empresa propietaria de la mina, Boliden-Apirsa, fue condenada en el 2004 al pago de unos 45 millones de euros en concepto de indemnización por los daños causados.

Flix (Tarragona)

En esta localidad catalana se encuentra la empresa ERCROS, antigua ERKIMIA, empresa con 109 años de historia. Es un grupo industrial dedicado a la fabricación y comercio de productos básicos para las industrias química, farmacéutica, veterinaria, agroquímica y de alimentación animal, así como a la explotación minera. La empresa reconoce la autoría de los vertidos al Ebro de mercurio durante décadas y de fangos radiactivos entre 1973 y 1989, la primera denuncia pública la hicieron en 1977 en el Diario de Barcelona, pero en la actualidad se la sigue acusando de realizar vertidos al río.

Se han encontrado importantes niveles de organoclorados (PCB´s, hexaclorobenceno y DDT) y metales pesados (mercurio y cadmio) en el río Ebro. El municipio de Flix ha sido objeto de varios estudios porque a sus habitantes se les ha hallado hexaclorobenceno (HCB) en concentraciones jamás descritas en seres humanos. La concentración de HCB ya se deja sentir en la población infantil, dado que a los recién nacidos ya se les detectan estas sustancias. En 1999 se publicó en la revista Archives of Environmental Health según la cual los empleados de la planta química de Ercros presentaban un mayor número de enfermedades asociadas con la exposición al hexaclorobenceno, básicamente bocio, hipotiroidismo, enfermedad de Parkinson y varios tipos de cáncer. Por tanto, los vertidos de esta empresa están poniendo en grave riesgo la salud humana y el medio ambiente desde el entorno de Flix hasta el Delta del Ebro.

Según los informes del CSIC, entre 200.000 y 300.000 toneladas de residuos tóxicos se almacenan en el fondo del río Ebro, a la altura del pantano de Flix. Asimismo, dichos estudios revelan que hay sedimentos contaminantes a más de un metro de profundidad pero que los residuos más peligrosos --de radio, uranio, cadmio y mercurio-- se encuentran a tan sólo cinco centímetros de la superficie, lo que confirma que los vertidos fueron depositados en la década de los 90 coincidiendo con un aumento de la capacidad productiva de la planta. Pese a esto en el 2004 el Tribunal Superior de Justicia retiro a Ercros las sanciones que la Confederación Hidrográfica del Ebro le había impuesto por falta de pruebas.

Actualmente se está llevando un exahustivo control de la calidad de las aguas del Ebro, sobre todo a través del proyecto europeo Aquaterra. Los investigadores analizarán a lo largo de cinco años las aguas superficiales y subterráneas, los sedimentos, peces y muestras del fondo del río. Las muestras se recogerán en 18 puntos del río que corresponden a las 18 estaciones que tiene la Confederación Hidrográfica del Ebro a lo largo de todo el cauce, entre ellas las de la zona más contaminada, Flix, Tortosa-Campredó y Amposta.

Rio Tinto (Huelva)

Durante 1993 y 1994 Rio Tinto Minera S.A., hoy Atlantic Cooper, empresa productora de ácido sulfúrico, transportaba ácidos débiles desde la fundición de cobre que la citada entidad posee en el polo industrial de Huelva hasta el Centro de Minas de Rio Tinto. Allí se deshizo de 80.000 toneladas de ácidos débiles en zonas permeables, sin la licencia preceptiva, lo que produjo filtraciones en aguas subterráneas y en el río Tinto. En dicho río hay acumuladas 120 millones de toneladas de residuos tóxicos, peligrosos y radioactivos. La empresa fue condenada a pagar indemnizaciones para la descontaminación de la zona.

Diversas organizaciones ecologistas, entre ellas Greenpeace sitúa al río Tinto como el punto más negro de España, debido a los vertidos altamente contaminados de las todas las empresas químicas de la zona. Para más información se pueden consultar los informes del CSIC sobre la situación de la contaminación de la ría de Huelva, donde desemboca el río Tinto.

Río Humia (Pontevedra)

El 1 de septiembre de 2006, como consecuencia de un incendio ocurrido en la nave de la empresa alemana Brenntag en Caldas de Reis (Pontevedra) se produjo el vertido de un líquido de alta peligrosidad al Río Humia, un derivado del petróleo que ha teñido el río de un intenso azul turquesa y arrasa a su paso con flora y fauna fluviales. La longitud del vertido es de unos 3 kilómetros. Aunque se desplazo río abajo por un espacio de 3 dias, el 4 de septiembre se logro contener la contaminación en un dique construido a tal efecto, con lo que la situación, pese a la peligrosidad del vertido, se normalizo y se pudieron reiniciar las labores de marisqueo en la ría de Cambados.

La empresa química Brenntag se mostró dispuesta a pagar los costes derivados de la limpieza del vertido contaminante al río y hacer frente a las sanciones administrativas que correspondieran.

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