17,1 km
Nos vamos hacia la esclusa 21,
que ha quedado semisepulta da bajo la carretera nacional. Después
Ilegamos a otro de los muchos y bonitos acueductos. Bajo éste
pasa el río Ucieza. Protegidos y acompañados por
álamos veremos Piña de Campos, localidad con casas
que son verdaderos palacios, sin perder nunca la sobriedad castellana.
Lejos, al Este, veremos que se
levanta solitaria en la llanura la iglesia, catedral por el tamaño,
de Támara. Aunque no se ve, en la misma dirección
tenemos otra joya, la iglesia de Santoyo.
Entre lomas, hacia el Oeste, atisbaremos
las dos Amayuelas. Son dos pequeños pueblos que poseen
una vieja fuente romana y una iglesia románica.
Llegamos aun puente. Los árboles
se han ido despejando, y veremos a la derecha una laguna, es la charca
de la Besana. A la izquierda -Este- se encuentra Amusco. En
él destaca la ermita de Nuestra Señora de las Fuentes.
Hay que acercarse para pasear por sus calles, ver su iglesia, y su sinagoga,
convertida en restaurante.
Nos vamos por la sirga derecha para
contemplar bien la laguna de la Toja, una de las más grandes
que hay junto al Canal. Es fácil que veamos garzas y algún
aguilucho lagunero. Con toda seguridad, levantaremos azulones y fochas.
Y llegamos a Calahorra de Ribas,
uno de los lugares más entrañables y simbólicos
de todo el Canal. Iremos viendo: la esclusa triple; la espadaña
del convento que sirvió de guía a los constructores del
Canal; el cruce -así cruce- al mismo Canal y el Carrión;
la presa para nivelar y tomar aguas para el Canal; las alamedas previstas
por los diseñadores del Canal y mantenidas por el vivero de la
Confederación Hidrográfica del Duero, y, abajo, la luz
de la llanura de Tierra de Campos... y arriba, la luz del cielo.