27,7 km
Esta segunda etapa comienza en la
presa de San Andrés, muy cerca de Herrera. Aquí
se ha improvisado un embarcadero para visitantes del Canal que, partiendo
de la presa se dirige aguas arriba por el Canal. Ideal para contemplarIo
desde dentro, dejándose mecer por las aguas y acariciar por los
sauces, y casi, casi, encerrar en la esclusa sexta.
También hay que ver la esclusa
de retención, que impedía la inundación del
Canal con las aguas del río. Con su elegante piedra roja, es
un bello ejemplo de la ingeniería de hace más de doscientos
años.
Al Ilegar a la esclusa séptima
veremos las ruinas de un molino. Un poco más, y habremos llegado
a Ventosa de Pisuerga, a la derecha del Canal. Por todas partes
tendremos hierba, arbustos y arbolado. Ideal para hacer con relativa
frescura este camino en verano.
Avanzando llegaremos a Olmos,
con su esclusa doble y sus ruinosos y antiguos almacenes. Y,
un poco después, nos presentaremos en Naveros. En sus
cercanías se encuentra Ia esclusa 13.
Pasaremos por la centralita eléctrica
que hay en las cercanías de San Llorente de la Vega. La
Vega es todo un dilatado campo que hoy es irrigado gracias a las aguas
del Canal.
Enseguida, la carretera Burgos-León y, después, el antiguo
y bonito puente de Carrecalzada.
Aquí caben, al menos, dos
posibilidades. Una es acercarnos hasta Melgar de Fernamental,
que posee un Ayuntamiento renacentista y una iglesia parroquial de estilo
gótico. La otra es perdernos junto nuestro Canal cruza las aguas
de este río. Muy cerca de aquí, los constructores del
al levantaron la localidad de San Carlos el Real de Abánades,
pensando que se desarrollaría pujante y próspera. Se equivocaron,
puesto que a los pocos años quedó despoblada.
Un poco más adelante veremos,
aún lejana, la cuesta de Cenizales. Parece como si el
Canal fuese directamente hacia ella, donde quedaría engullido.
Pero no es así: el Canal se desvía y, en parte, la atraviesa
gracias a un profundo cauce. Una carretera cruza; hacia la derecha nos
conduce a Osorno.