Después de dos años y medio de estudio y controversia, la Dirección General de Medio Ambiente de la Unión Europea no ha encontrado argumentos sólidos para oponerse al trasvase del Ebro. El jefe de la Unidad de Aguas, Patrick Murphy, dio a conocer ayer tarde en la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo las conclusiones que todo el mundo estaba esperando después de la reunión técnica de los pasados días 16 y 17. Las conclusiones de este informe apuntan a que todavía quedan dudas por despejar, y en este sentido propone más estudios y mediciones relativas al impacto del cambio climático; no tiene claro cómo afectará a la vegetación y las especies del delta; y propone cálculos más robustos sobre el caudal mínimo necesario en el bajo Ebro, habida cuenta de que se mantienen la diferencias de criterio entre el Ministerio de Medio Ambiente y las organizaciones no gubernamentales y ecologistas.