Los conflictos por el control del agua amenazan la estabilidad de más de cincuenta países del mundo
Dom, 23/03/2003
MADRID. No le faltaba razón al presidente norteamericano John F. Kennedy cuando afirmaba que quien fuera capaz de resolver los problemas del agua sería merecedor de dos premios Nobel: uno por la Paz y otro por la Ciencia. El acceso al agua se ha convertido desde la más remota antigüedad en una fuente de poder y de conflicto, aunque el único caso conocido de guerra por este preciado líquido se remonta a 4.500 años, cuando el uso de los ríos Tígris y Eúfrates enfrentó a dos ciudades del actual Irak. Desde entonces, el agua ha estado estrechamente ligada a las áreas clásicas de conflictos políticos, pero el aumento de su escasez apuntala las advertencias de los expertos sobre el papel de los ríos en las futuras disputas internacionales