OP

    REVISTA DEL COLEGIO DE INGENIEROS DE CAMINOS, CANALES Y PUERTOS
Nº 47
AÑO 1999
RÍO Y CIUDAD, Volumen II

El río en la memoria de Moraleja. Estrategia para su recuperación

Lorenzo Fernández-Ordóñez* y José Ramón Navarro Vera **

*Arquitecto
**Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos

INTRODUCCIÓN

EL PUENTE COMO CTALIZADOR DE LAS ACTUACIONES HUMANAS EN LA CIUDAD Y EN EL TERRITORIO

DESARROLLO URBANÍSTICO. EL CASCO ANTIGUO DE MORALEJA

EL LUGAR. LECTURA ARQUITECTÓNICA. ELEMENTOS SIMBÓLICOS

EL PLAN ESPECIAL

Restauración del puente antiguo y de su entorno

El nuevo puente de acceso al casco histórico. Idea y trazado

Parque de la ribera derecha. Feriales y plaza de toros.

El parque de ribera
El parque recreativo
La plaza de toros
Los nuevos feriales

Parque de la ribera izquierda. La recuperación de las callejas del Molino.

EPÍLOGO


Descriptores: Patrimonio, Fachada fluvial, Parque urbano

Cuando llegamos a Moraleja por primera vez, con la intención de visitar una obra pública histórica de cierto interés, de cara a su posible restauración, no imaginábamos que una población como Moraleja aún conservara en un ámbito tan cercano al casco histórico de la población unos elementos originales urbanísticos y arquitectónicos tan legibles. Por eso, nuestra primera idea fue manifestar a los responsables políticos que, aun a riesgo de retrasar una intervención tan puntual como la que se nos solicitaba (la restauración del puente antiguo y la construcción de un nuevo puente), era necesario reflexionar y analizar en profundidad el entorno del puente antiguo, especialmente el protagonismo del río como límite y principio de la ciudad.

Una vez desarrollado el Plan Especial hemos confirmado la decisión que tomamos entonces, ya que –lo que fue una intuición– con el estudio riguroso se ha sacado a la luz una parte del patrimonio de Moraleja que estaba desvaído, pero que conserva un potencial de recuperación como símbolo de identidad de la población.

El estudio desarrollado analiza el ámbito de la intervención desde varios puntos de vista: en primer lugar el desarrollo histórico de Moraleja, y en especial el urbanístico, fomentado por las nuevas infraestructuras del transporte. Además se analizó la estructura económica, tipológica, edificativa y morfológica del casco histórico, al entender que el puente antiguo y el casco histórico forman una unidad conceptual que no se puede separar, y todo ello reunido en torno a la hermosa lámina de agua del río, generada por un azud de derivación para riego.

Se analizó también la red de caminos que genera el puente al otro lado del río, y cómo el puente genera un pentafinio singular en el territorio, marcado también con el hito de la picota.

Moraleja ha experimentado un gran desarrollo demográfico, agrícola y económico, así como en la extensión de su casco urbano, siendo hoy el centro económico y comercial del área occidental de la sierra de Gata. Sin embargo, carece de un parque recreativo proporcionado a su escala, así como también carece de un ámbito urbano que ordene, aglutine y estimule actividades en sus centros culturales y sociales.

El puente antiguo, de indudable singularidad y belleza, fue ensanchado con poca fortuna, y exige una rehabilitación. En las cercanías del puente se encuentra la Casa de la Encomienda, siendo estas dos construcciones las más importantes de Moraleja, junto con la antigua iglesia, desde el punto de vista patrimonial, histórico y simbólico. Esto induce a considerar los espacios cercanos al río como los más apropiados para la creación de un ámbito urbano, cultural y recreativo, que enriquezca Moraleja urbanísticamente y funcionalmente, y que además estimule a los ciudadanos y les haga sentirse orgullosos del patrimonio que legaron sus antepasados.

Nuestra propuesta parte de la nueva situación de accesibilidad creada no sólo por el nuevo puente, sino por el potencial del antiguo puente como generador de paisaje y de la trama territorial y urbana. La organización general que proponemos recoge esta idea, vinculándola al conjunto de las riberas del río, con el carácter unitario que debe presidir cualquier intervención que tenga el río y las construcciones en torno a él como engendradoras de la estructura territorial.

El puente como catalizador de las actuaciones humanas en la ciudad y en el territorio

El puente antiguo de Moraleja no ha sido una mera infraestructura, sino que es la intervención que ha generado toda la red de caminos y límites del territorio. El río y el puente explican el emplazamiento de Moraleja en el territorio. Naturaleza y obra pública son las protagonistas del paisaje, y cualquiera que sea la intervención en ese ámbito debe contemplar ese carácter singular de esta obra pública.

En los planos históricos se puede leer cómo el puente ha generado un nodo, un polo de atracción de todos los caminos que convergen en él, y cómo ha construido una estructura, legible aún hoy en día, sobre el territorio, formando una red de caminos y vías, de límites y parcelas.

Fig. 1. Panorámica de la Casa de la Encomienda. La fachada de Moraleja al río mantiene básicamente su carácter original. Hay entre las construcciones un juego de simetrías, miradas y reflejos sobre el agua.

Esta construcción territorial ha pervivido a lo largo de los siglos, aunque perdiendo importancia por la aparición de nuevas infraestructuras que provocan nuevas y más fuertes tensiones y desarrollos. En los alrededores del puente antiguo de Moraleja podemos ver muy bien que, como dice Arturo Soria: “El territorio que hoy contemplamos es el resultado de la sedimentación de todas las actuaciones que, desde la prehistoria a nuestros días, han dejado en él su marca.”1

El puente, el río y su entorno configuran un lugar con significados intensos. El río como límite, tan significado en cuanto que la ruptura en la trama urbana que produce es tal que, hasta hoy en día, no hay continuidad del tejido urbano al otro lado del río. Solamente el cementerio es el único equipamiento en la orilla opuesta, que, precisamente por ello, le da una fuerte dimensión simbólica.

Se puede leer, en la evolución de la trama urbana, cómo las condiciones de accesibilidad producida por los caminos antiguos han determinado su forma. El puente es una presencia física de esa red de caminos, y la forma del casco antiguo es una permanencia que explica la historia de la ciudad y de sus orígenes.

Desarrollo urbanístico. El casco antiguo de Moraleja

El núcleo antiguo de Moraleja tiene un origen de plaza defensiva en un territorio donde el río y el puente tienen un protagonismo esencial en esa función. La morfología del tejido físico del casco de Moraleja mide el tiempo en el espacio, desde el antiguo recinto amurallado hasta las penetraciones de los caminos que van dejando su huella en la trama del casco histórico.

Figs. 2, 3, 4 y 5. Planos históricos de Moraleja. El núcleo antiguo de Moraleja tiene un origen de plaza defensiva en un territorio donde el río y el puente tienen un protagonismo esencial en esa función. La morfología del tejido físico del casco de Moraleja mide el tiempo en el espacio, desde el antiguo recinto amurallado hasta las penetraciones de los caminos que van dejando su huella en la trama del casco histórico. En los planos históricos se puede leer cómo el puente ha generado un nodo, un polo de atracción de todos los caminos que convergen en él. (Planos de Bruffet, 1707; Landaeta, 1724; Gaver y Fidalgo, 1750; F. Coello, 1850).

Una trama urbana se distingue del simple trazado en que tiene una individualidad y significado, mientras que el simple trazado es una operación rutinaria de parcelación con objetivos de reparto de tierra o de inclusión en el mercado de suelo. El casco antiguo de Moraleja es un tejido vivo, espacio construido en el tiempo, no un simple trazado, y por ello forma parte de la identidad de la población. Es una permanencia que, como ha escrito Rossi, es el pasado que aún experimentamos. Es también un elemento primario que explica el crecimiento de la ciudad, y lo articula hacia el futuro. En este último sentido el tejido físico de la ciudad antigua es un monumento.

La trama de Moraleja está estrechamente relacionada, como decíamos, con la red de caminos, y en especial con el puente. Esta es otra razón por la que nuestra propuesta contempla la intervención sobre el paisaje del casco antiguo, porque esta trama explica la ciudad antigua.

Las vías de comunicación en Moraleja han generado el crecimiento de las construcciones en torno a sí. Desde su fundación el puente establece una puerta en el límite que forma el río en el territorio. El puente y la ciudad no se pueden entender separados, ya que el puente es el origen del asiento de la población en Moraleja.

Todos los caminos y carreteras que se han ido trazando posteriormente, siempre tangentes al antiguo núcleo, han producido un crecimiento lineal como arrabales en ambos lados de la vías. Las actuales carreteras que cruzan Moraleja se han convertido poco a poco en los espacios de máxima atracción comercial, y son en la actualidad focos de actividad económica. Este cambio de centralidad respecto al antiguo puente, y por tanto al casco histórico, ha significado que las zonas industriales y de actividad generadas en torno al antiguo puente se abandonen, mientras que las nuevas se desarrollan a lo largo y en conexión con las nuevas carreteras. Es un ejemplo más de cómo el núcleo histórico de la ciudad y el puente están irremediablemente maclados y la caída en desuso o en importancia del puente ha supuesto la caída de la actividad industrial del casco histórico.

El lugar. Lectura arquitectónica. Elementos simbólicos

La fachada de Moraleja al río ha conservado básicamente su carácter original, permaneciendo unas cualidades formales y espaciales que son especialmente sugerentes por la importancia y presencia de las piezas arquitectónicas emblemáticas, de la infraestructura y de los espacios entre estas piezas que permiten que se relacionan entre sí y con el río, en un juego de simetrías, miradas y reflejos sobre el agua.

En pocas ciudades de población inmigrante, como es Moraleja en la actualidad, encontramos una parte de los límites de su perímetro urbano tan claros y marcados como los que ha provocado el Rivera de Gata. Normalmente nos encontramos con zonas suburbiales caóticamente desarrolladas y con una pérdida de imagen de la ciudad en los elementos simbólicos, fundacionales de la población, y de aquellos que la relacionen con el territorio. Esta situación es la que se da en el resto de los límites de la población de Moraleja salvo en la fachada al río Rivera de Gata. Ello es debido a varias razones:

1. El desarrollo de la ciudad, como se expresa gráficamente en los planos históricos, se ha volcado a las carreteras y se ha expandido a lo largo de las nuevas vías de comunicación.

2. El puente ha perdido su importancia estratégica en la red de vías y caminos territoriales, así como lo hicieron las murallas de Moraleja, y se ha convertido, poco a poco, en la trasera de la ciudad, aunque conservando los elementos más simbólicos de la población.

3. El puente ha perdido su importancia de puerta de comunicación, pero ha conservado los usos estacionales asociados al exterior de la ciudad. Así, al otro lado del puente hay una zona verde, “merendero” y una zona preparada para las ferias.

Fig. 6. Rollo-picota de Moraleja. La picota no es sólo un símbolo de la jurisdicción que alcanzó Moraleja en 1603 y que le permitía ejercer just cia, sino que es un hito claro de demarcación del territorio, un punto singular en las redes viaria y limitánea.

La Casa de la Encomienda y el puente son dos construcciones con carácter de “pieza”, que dialogan entre sí desde hace siglos. En la documentación gráfica de que disponemos de planos históricos se puede apreciar cómo la Casa de la Encomienda ha sobresalido siempre de las demás construcciones, y en algunos casos hasta de la muralla de la que formó parte, avanzando hacía el río, y abriendo su patio hacia las aguas del Rivera de Gata. Mientras que el resto de las edificaciones del casco histórico se relacionan entre sí, dando la espalda al río y al territorio, encerradas dentro del perímetro de las murallas creando y volcándose a unos espacios públicos complejos, la Casa de la Encomienda es la pieza que da la cara de la ciudad en su única fachada que ha permanecido originalmente mirando hacia el exterior, como un símbolo que vigila la puerta que fue el puente en el pasado.

El otro elemento simbólico que aparece en las inmediaciones del puente es la picota. La picota no es sólo un símbolo de la jurisdicción que alcanzó Moraleja en 1603 y que le permitía ejercer justicia, sino que es un hito claro de demarcación del territorio, un punto singular en las redes viaria y limitánea.

En la red limitánea los vértices se suelen llamar trifinios, cuatrifinios o pentafinios, según confluyan en ellos tres, cuatro o cinco fines o límites. En el caso de la picota nos encontramos con la pervivencia de un cruce de cinco caminos o límites.

En este sentido es clarificador el texto de Arturo Soria cuando dice que estos elementos marcan lugares de “particular importancia”, ya que: “Por un lado, son un lugar de encuentro, de cita, de sociabilidad, debido tanto a su mayor accesibilidad, como a su fácil identificación. Por otro, cuando uno se acerca solo a ellos, acecha allí un peligro particular que, en una vía bien conservada, no se da en ningún otro punto: equivocar el camino (…). En los caminos, como en la vida, hay puntos o momentos en que una decisión condiciona todos los pasos ulteriores. De ahí la carga simbólica de los cruces y que no sea mera casualidad que en el drama de Edipo se sitúe la muerte del padre a manos del hijo en un trivio: Allí comenzó su extravío, se torció su destino.”2

El de Moraleja es sin duda un pentafinio que ha pervivido con especial significación. Clarificarlo y hacerlo significativo para el viandante debe ser objetivo del Plan Especial, recuperando la imagen de la picota en la unión de los caminos.

El Plan Especial

La intervención propuesta se inscribe dentro de una operación de mejora de la calidad ambiental de las riberas en el entorno de Moraleja. Resaltar el protagonismo del paisaje del río y su protección y potenciación es el eje del Plan Especial. La filosofía del proyecto se funda en la recuperación de ese paisaje fluvial y su incorporación a la ciudad.

El Plan Especial se desencadena por la necesidad de construcción de un nuevo puente que mejore las condiciones de paso a través del río, una vez que, con buen criterio, se ha abandonado la alternativa de ensanche del puente viejo por razones patrimoniales y paisajistas.

El Plan Especial3 se divide en cuatro fases o proyectos independientes, que permiten, focalizado el objetivo global a alcanzar, desarrollar paulatinamente y por prioridades cada fase, adaptándose a la gestión y capacidad económica a lo largo del tiempo. Las intervenciones son, básicamente:

1. Restauración del puente antiguo y su entorno.

2. Creación de un nuevo puente.

3. Parque de la ribera derecha.

4. Parque de la ribera izquierda.

Restauración del puente antiguo y de su entorno

La restauración del puente antiguo de Moraleja contempla la restitución formal del puente a su estado original.

El puente de piedra se encuentra en la actualidad ampliado por una losa de hormigón que se apoya en unas ménsulas de hormigón armado que permitieron ensanchar el puente de 2,69 metros a 5,25 metros. (La ampliación se produjo en los años treinta). La restauración contempla la demolición de la losa y de las ménsulas, y la restitución del peto de piedra original. Así mismo es importante recuperar la rasante del puente antiguo, que se sobreelevó para la construcción de la ampliación, acoplándose a un trazado viario con el que perdió la personalidad titubeante que reflejan las fotos históricas.

Fig. 7. El puente. La restauración del puente antiguo de Moraleja contempla la restitución formal del puente a su estado original. El puente de piedra se encuentra en la actualidad ampliado por una losa de hormigón.

Fig. 8. El puente en 1931. El puente antiguo, de indudable singularidad y belleza, fue ensanchado con poca fortuna, y exige una rehabilitación. En las cercanías del puente se encuentra la Casa de la Encomienda, siendo estas dos construcciones las más importantes de Moraleja desde el punto de vista patrimonial, histórico y simbólico.

Los límites de la intervención de restauración del puente antiguo no se terminan en los estribos, sino que sus dos plazas de entrada y su entorno son tratados con el objetivo de devolver al puente su prestancia pasada, y su capacidad generadora de tensiones espaciales sobre un ámbito mayor que su propia construcción.

El nuevo puente de acceso al casco histórico. Idea y trazado

Una de las metas del Plan Especial es resolver el paso del río con un nuevo puente que permita la protección del antiguo, y la reducción de su función de tráfico de vehículos a paso de peatones y ciclistas. El Plan ha definido las alternativas de localización del nuevo puente, manteniendo o mejorando la accesibilidad actual al casco antiguo de Moraleja.

El nuevo puente que se piensa construir, debido a la peatonalización y estrechamiento que provoca la restauración del antiguo, es una intervención que nos vincula a la fundación de la ciudad. Trazar un nuevo puente y restaurar el antiguo se convierte en una intervención que necesita ser extremadamente sensible, al actuar sobre las raíces mismas del asentamiento y sobre sus símbolos de identidad. También actuamos, como hemos explicado, sobre el origen de la estructura del territorio, formada por vías y límites.

La estructura de caminos del territorio de Moraleja es una construcción que pertenece a su riqueza como patrimonio histórico artístico. Al trazar el nuevo puente hay que tener el doble objetivo de, por un lado, acoplarse lo más posible a la red existente y, por otro, conservar, recuperar y mostrar los caminos y los cruces de caminos que se han conservado hasta nuestros días.

La construcción de un nuevo puente servirá para acotar y salvar el espacio al otro lado del río, que, cargado de significados y actualmente con un uso muy esporádico, aparece desvaído y con grave riesgo de ser atacado por la sucesiva superposición de nuevos elementos arquitectónicos y de infraestructura, que desbaratarían las posibilidades del lugar de no acoplarse a lo existente.

La presencia del nuevo puente permitirá crear un recorrido circular en torno al río que incorporará al parque de ribera de la margen derecha, y al propio río, a la ciudad, resaltando la lectura de los elementos de la ciudad que dan fachada al río, especialmente la Casa de la Encomienda y su plaza y el espacio de la picota, que son significativos como símbolos de identidad.

Con el nuevo puente se creará un espacio en torno al río en el que se dará un diálogo entre las distintas obras, que permitirá apreciar el río en su estado natural y como límite físico de la ciudad, de lo construido, generando un lugar en el que la ciudad se pueda mirar a sí misma reconociéndose en sus elementos emblemáticos y fundacionales.

Localización del puente

El puente antiguo es determinante de la accesibilidad del casco antiguo de Moraleja y, por tanto, de su actividad económica. Su puesta en valor patrimonial supondrá reducir su potencial de accesibilidad motorizada, lo que podría inducir efectos negativos en esa actividad. Por ello la localización del nuevo puente busca el fortalecimiento de esa accesibilidad, mejorándola.

El nuevo puente permitirá liberar de tráfico el puente viejo, integrándolo en la ordenación de las riberas del río con un contenido netamente público. La localización del nuevo puente crea un límite, aguas abajo del río, que definirá morfológicamente esas nuevas zonas públicas. El nuevo puente da continuidad al eje comercial del casco histórico de Moraleja, prolongándolo hacia los nuevos equipamientos.

El puente propuesto sustituye al antiguo de piedra en su función de acceso de vehículos al núcleo histórico. Por ello, no se concibe como un puente con tráfico de paso, sino con un tráfico con origen o destino muy cercano al área de intervención. Se ha previsto que, de necesitarse en el futuro un puente para el tráfico de los barrios aledaños al sur del casco histórico, se trace uno nuevo por el sur de la población. Este segundo puente serviría para formar una futura ronda a la ciudad.

Parque de la ribera derecha. Feriales y plaza de toros

Esta actuación la hemos dividido en cuatro fases:

a. El parque de ribera.

b. El parque recreativo.

c. La plaza de toros.

d. Los nuevos feriales

El parque de ribera

La primera fase se circunscribe al terreno perteneciente al Ayuntamiento y será por tanto la más fácilmente ejecutable. Se trata de una franja lineal entre ambos puentes, paralela al río, con la incorporación de una chopera. Dado que contamos con la existencia de un arbolado que la organiza formando dos paseos, se ha incorporada dicha chopera, de forma que se crea fácilmente un paseo de ribera.

La orilla del río se restituirá con bolos de canto rodado, de forma que la subida y bajada del agua no la enloden, y se recupere la visión anterior a la construcción del azud.

El parque recreativo

Incorporando los objetivos del plan de resaltar el patrimonio de obra pública de Moraleja, e incorporando el criterio de que los caminos que han llegado hasta nuestros días son importantísimos para entender la potencia concentradora del puente antiguo, se ha trazado una estructura de parque en forma de abanico, respetando y restaurando los caminos que coinciden en el vértice marcado por la picota.

Esta forma de abanico no es actualmente perceptible, ya que varias parcelas se han unido borrando e impidiendo el paso por los caminos, pero aún se conserva lo suficiente de la estructura original, legible en árboles y muros, para poder recuperar con suficiente seguridad, apoyándose en los planos históricos, la forma original.

Fig. 9. Maqueta del Plan Especial. La propuesta se inscribe dentro de una operación de mejora de la calidad ambiental de las riberas. Resaltar el protagonismo del paisaje del río y su protección es el eje del Plan Especial.

Fig. 10. Maqueta del Plan Especial. La presencia del nuevo puente permitirá crear un recorrido circular en torno al río que incorporará el parque, y al propio río, a la ciudad, resaltando la lectura de las construcciones que dan fachada al río, especialmente la Casa de la Encomienda, su plaza y la picota.

Fig. 11. Fotografía aérea de Moraleja. Se ha marcado en rojo el casco  histórico y en naranja el cementerio. El puente antiguo de Moraleja no ha sido una mera infraestructura, sino que es la intervención que ha generado toda la red de caminos y límites del territorio.

Por otra parte, paralelo a los caminos hay un muro que marca una ligera diferencia de cota. Es decir, el terreno está estructurado en plataformas con la cota más elevada cuanto más alejado se está del río. Parece buen criterio mantener estas ligeras diferencias de cota, con muretes que formen bancos acompañando los caminos.

En un parque como éste es muy importante la definición de sus límites, ya que una vez trazados creemos que todo lo que quede dentro de ellos será fácilmente integrable por las sucesivas fases de ejecución del proyecto. En este sentido, la desviación de la carretera junto al muro del cementerio, además de definir los límites con claridad, permitirá mantener una actividad que impida la degradación del parque y haga posible la creación de un agradable paseo de borde.

La plaza de toros

La inclusión de este equipamiento se ha compatibilizado con la creación y potenciación de un eje de equipamientos públicos. El nuevo puente conectará el actual mercado, la residencia y el colegio-guardería con la plaza de toros y el cementerio, con lo que se potencia las actividades y la accesibilidad de todas las zonas.

Por otra parte, la futura plaza de toros servirá para dar continuidad al cierre del parque, compuesto actualmente por los muros del cementerio.

En cualquier caso, dada la escasa dotación de equipamiento público para espectáculos, la plaza de toros permitirá su utilización para otro tipo de festejos culturales o actuaciones, como conciertos.

Los nuevos feriales

Al disponerse el terreno al otro lado del río utilizado para feriales como parque de ribera, se trasladan éstos a una nueva ubicación. Con la intención de que la zona destinada a este futuro ferial tenga una alternancia y versatilidad en su uso, se ha situado en el entorno de la plaza de toros. Con ello se conseguirán varios efectos:

1. Mantener una accesibilidad elevada tanto de vehículos que utilicen la nueva carretera como de peatones que lleguen desde el casco histórico.

2. Cuando se construya la plaza de toros el ferial servirá también como espacio de aparcamiento de camiones y vehículos al servicio de la plaza.

3. La plaza servirá, cuando haya feriales, de elemento “colonizador” de ese espacio. Es decir, se da a los feriales una presencia monumental que dé la suficiente prestancia a una zona un tanto desvaída.

Parque de la ribera izquierda. La recuperación de las callejas del Molino

Actualmente, de las llamadas “callejas del Molino”, que es el resto de un antiguo camino que partía del puente, pasaba junto a un antiguo molino y seguía hacia “Villas buenas”, quedan tramos reconocibles, y recuperables.

El camino es de canto rodado, y está estructurado por un eje en su mediana, muy marcado, como una espina dorsal. De él salen perpendicularmente, cada 50 centímetros aproximadamente, unas hiladas de canto rodado, con una dirección perpendicular al eje del camino, pero con piezas de dimensiones menores que las del eje central. Paralelos al camino hay varios muros y muretes que aparecen y desaparecen. Están casi todos construidos con canto rodado y adobe.

Fig. 12. Plano de imagen final del Plan Especial. Las intervenciones son, básicamente: 1. Restauración del puente antiguo y su entorno. 2. Creación de un nuevo puente. 3. Parque de la ribera derecha. 4. Parque de la ribera izquierda.

Además de conservar el camino se pretende mantener un ámbito de respeto entre la construcción de la ciudad que llega a lindar con él y el propio camino. El espacio entre ambos podrá estar formado por una arboleda lineal que acompañe el camino y dé sombra a los paseantes y a aquellos que usan el muro que discurre paralelo como banco.

Así mismo se restaurarán los dos elementos más significativos de la zona, que son la ruina del antiguo molino y el canal de agua que lo servía.

En el plano de imagen final que se ha trazado se propone reutilizar el canal, estructurándolo y dignificándolo. Junto a él avanzará uno de los caminos que estructuran el parque. De esta forma la estructura viaria del parque va secundada por otra de muros de plataformas o canales.

Este parque se ha dividido en dos zonas, básicamente: La que linda con la carretera o las viviendas cercanas, que se resuelve con una plantación boscosa o con unos espacios de juegos de niños, bolos, etc.; y la zona central, recortada por el río, que se concibe como unas praderas cortadas por avenidas de árboles.

El futuro proyecto también propone incorporar el edificio del secadero ubicado junto al camino, pero readaptándolo en uso compatible con el parque y volviéndolo a su estructura original y sin añadidos.

Epílogo

Este trabajo en torno al río Rivera de Gata y a Moraleja no se habría realizado sin el apoyo y estímulo constante de la poetisa Pureza Canelo,4 que nos permitió abrir la mirada a una Moraleja que nunca hubiéramos descubierto.                                          

Agradecimientos

Hay que agradecer a don Máximo Cruz su constante interés y apoyo a nuestro trabajo; sin él nunca lo hubiéramos llevado a término. Agradecemos también a la Excelentísima Diputación de Cáceres su comprensión y flexibilidad hacia nuestras propuestas.

Notas

1. Menéndez de Luarca, J.R., y Soria y Puig, A., “El territorio como artificio cultural”, Ciudad y Territorio. Estudios Territoriales, n. 99, Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente, 1994, p. 64.

2. Op. cit., pp. 74-75.

3. Equipo Redactor del Plan Especial: José A. Fernández-Ordóñez, Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos; Lorenzo Fernández-Ordóñez, Arquitecto; José Ramón Navarro Vera, Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos; Javier Sancho Rojo, Arquitecto; Jesús Román Ruiz, Arquitecto; Bernardo Martínez Juan, Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos; Julio Rosique Díaz, Ingeniero Técnico de Obras Públicas; Francisco Javier Pastor Erades, Ingeniero Técnico de Obras Públicas; Víctor Manuel Herranz Romero, Maquetista; Armando de la Cruz Coello, estudiante de Arquitectura; Elena Cuerda Lorenzo de Vega, Licenciada en Geografía e Historia; Consulting: Estudio Guadiana, S.L.

4. Pureza Canelo nació en Moraleja (Cáceres) en 1946. En 1970 obtiene el Premio Adonais por su libro Lugar común. En 1975 se le concede una beca Juan March de Creación Literaria para el libro en ciernes Habitable. Primera Poética, y la crítica distingue este poemario con el Premio de Poesía Juan Ramón Jiménez del Instituto Nacional del Libro Español 1980. Recibe en 1981 el Premio de Cuentos Sara Navarro por La encina dulce. En 1982 el Ministerio de Cultura le concede una Beca de Ayuda a la Creación Literaria. Con No escribir obtuvo el II Premio de Poesía Ciudad de Salamanca 1998.