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    REVISTA DEL COLEGIO DE INGENIEROS DE CAMINOS, CANALES Y PUERTOS
Nº 47
AÑO 1999
RÍO Y CIUDAD, Volumen II

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid

Ramiro Aurín Lopera *

* Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos Taller de Ingenierías, S.A.

INTRODUCCIÓN

EL PAISAJE DEL PISUERGA

Zamadueñas

Sector Santovenia

Sector industrial del entorno de la azucarera

Sector Soto de la Medinilla

Sector Tafisa-Michelin

Sector Parque Ribera de Castilla

Sector Moreras-Rosaleda de Francisco Sabadell

Sector puentes Isabel la Católica-División Azul

Sector Arturo Eyries

Sector La Flecha-Arroyo

EL PROYECTO DE LAS MORERAS

Recrecido y consolidación de la playa

Urbanización

El patrimonio cultural

Elementos para el contexto

Descriptores: Pisuerga, Valladolid, Ingeniería fluvial, Río Corredor biológico, Paisaje

El río Pisuerga cuenta con 23,2 kilómetros de su cauce en el término municipal de Valladolid, con una elevada sinuosidad (en línea recta la longitud del tramo sería de 15,3 kilómetros) y con una lámina mojada que oscila entre los 50 y los 80 metros.

El estado general del cauce y las márgenes del río en el término municipal es aceptable, en el sentido de que casi todas las degradaciones perceptibles son reversibles. El tramo acoge una riqueza paisajística, biológica y cultural que reclama un planeamiento y concepción unitarios en toda su longitud. Con ese espíritu de documento previo para el futuro “Plan Especial de las márgenes del Pisuerga”, se elaboró el “Estudio Medioambiental del Río Pisuerga en el Término Municipal de Valladolid”. Se consideraron 10 subtramos bajo el criterio de la unidad de paisaje, a los que haremos referencia más adelante. Hasta la fecha se ha actuado en dos de estos transectos, el parque Ribera de Castilla y el paseo de Las Moreras. En el primero, el Ayuntamiento de Valladolid ha realizado una actuación ligada al nuevo puente de La Rondilla y que afecta a la margen izquierda entre la escalinata final del parque Ribera de Castilla y el puente Mayor. Por otra parte, en Las Moreras se ha proyectado y construido la reurbanización de la zona, el recrecido y estabilización de la playa y la creación de nuevos itinerarios para los peatones, mejorando la conectividad longitudinal y la transparencia transversal. En otro orden de cosas, se ha sensualizado el carácter de la zona, con el objeto de encontrar una percepción más lúdica de la misma entre los ciudadanos.

Ambas actuaciones se han apoyado tanto en el estudio medioambiental como en la propuesta ganadora del concurso de ideas para la reordenación y tratamiento del transecto “Parque Ribera de Castilla-Puente Francisco Regueral”, que son los dos documentos previos a considerar en el futuro Plan Especial (amén del planeamiento urbanístico vigente).

El paisaje del Pisuerga

Pese a la considerable dimensión de más de 23 kilómetros de tramo fluvial incluidos en el ámbito de estudio, los agentes que introducen heterogeneidad en el paisaje se reducen a dos: la elevación de las orillas, determinada por la potencia de las terrazas fluviales, y la intervención humana.

Fig. 1. Planta general del “Proyecto de protección y ordenación de la playa de ‘Las Moreras’ y su entorno”.

La topografía de las orillas determina en gran manera la tipología de la vegetación y el tipo de cuenca visual. Los puntos de vista se reducen así a dos posibilidades bien diferentes: desde la cornisa, y desde la proximidad de la línea de agua. En el primer caso, la elevación de la cornisa permite una noción clara del trazado del eje fluvial y de su interacción con la acción humana, con un dominio visual que puede ser muy extenso (por ejemplo, desde la orilla externa del meandro del soto de La Medinilla, entre Tafisa y La Overuela).

Fig. 2. La extensión de la lámina de agua origina reflejos que otorgan una fuerte personalidad al paisaje fluvial

Las visuales desde la proximidad de la lámina de agua son bien diferentes:

• Se “descubren” una vez se ha atravesado la franja de bosque de ribera.

• La sinuosidad del trazado del río reduce la dimensión del tramo abarcado con la mirada. Son pocos los tramos más o menos rectilíneos donde la visual supera los 1.000 metros.

• La propia existencia de una lámina de agua de dimensiones respetables (entre 50 y 80 metros) origina una percepción de la perspectiva muy cambiante en función de la posición del sol respecto al observador, con efectos visuales que oscilan entre la reflexión (espejo con visión invertida) y la transparencia (visión de la vegetación sumergida, de los peces, etc.), todo ello con infinitas combinaciones (reflejo en las zonas iluminadas y transparencia en las zonas de sombra) determinadas por la vegetación y el skyline de la orilla.

El grado de intervención humana es, por supuesto, de signo diverso:

• Los aspectos negativos son: los vertidos de escombros, basuras y aguas residuales; las construcciones de bloques de viviendas que eliminan el bosque de ribera; y las infraestructuras hidráulicas, que, en ocasiones, afectan muy negativamente al bosque de ribera.

• Los aspectos positivos son: la posibilidad de contemplar la monumentalidad del patrimonio construido, y la coexistencia de elementos que responden a un amplio abanico histórico de la relación humana con el río (aceñas, azudes, puentes…).

Se puede concluir que el río determina un paisaje vulnerable y más o menos impactado por la acción humana, pero que encierra una enorme potencialidad paisajística y cultural.

Fig. 3. Única playa fluvial natural existente en el Pisuerga en el término municipal de Valladolid.

Dada la longitud del tramo, más de 23 kilómetros, y la heterogeneidad del mismo, en lo que respecta a la densidad urbana atravesada, se han diferenciado las diez unidades de paisaje que se describen a continuación.

Zamadueñas

Abarca los primeros 2.400 metros de recorrido fluvial. Incluye una isla de grandes dimensiones constituida por la terraza más baja, que ya no es funcional y que puede estar relacionada con las antiguas aceñas de Zamadueñas. Esta isla se halla casi completamente ocupada por plantaciones de clones de chopo. Bajo la central hidroeléctrica queda una isla de menores dimensiones con un gran interés ecológico, ya que en sus árboles duermen cormoranes, en invierno, y martinetes y garzas reales en verano. En esta isla posiblemente nidifica el milano negro. En los taludes arenosos que ha excavado el cauce nidifican el martín pescador y los abejarucos. Este es el único tramo donde aún existe una playa fluvial natural. El margen izquierdo presenta problemas de erosión e inestabilidad en sus tramos inicial y final.

Fig. 4. Unidades de paisaje y localización de los puntos de tomas fotográficas.

Sector Santovenia

Con casi tres kilómetros de longitud, abarca una zona de urbanización “amable” de la ribera y algunos tramos de gran interés paisajístico. La orilla derecha recibe el impacto negativo de las explotaciones de populicultura que invaden la franja de vegetación riparia. Se encuentran también playas fluviales inundadas por el recrecido del azud del Cabildo, árboles ahogados y algunos deslizamientos.

Sector industrial del entorno de la azucarera

Con unos 1,3 kilómetros, abarca una zona fuertemente alterada e industrializada. La excavación en la orilla externa del meandro y un deslizamiento en la carretera de acceso a Santovenia ocasionaron la construcción de un pedraplén y de un terraplén que artificializan visualmente la zona. Las vistas desde esta estructura tienen un buen valor paisajístico. En las proximidades del Soto de la Medinilla se encuentran cubetas de decantación que contaminan las aguas fluviales. Hay una isla que ha dejado de ser funcional hace menos de 40 años, y que convendría restaurar. En la zona se encuentra un yacimiento arqueológico de la Edad del Hierro.

Sector Soto de la Medinilla

Con unos dos kilómetros, se extiende entre los restos del azud junto a Santovenia y las balsas de decantación de Tafisa. La orilla externa o cóncava (margen derecha) se eleva sobre la tercera terraza y permite un amplio campo de visión. Es una zona con un cierto riesgo de deslizamientos. Esta orilla cuenta con el valor añadido del trazado del canal de Castilla. La gran obra de drenaje sobre el arroyo de Berrocal tiene un elevado interés visual. Esta obra constriñe el acceso al barrio de La Overuela y se ve afectada por las filtraciones del canal de Castilla. Conviene solucionar el problema de vertido de aguas residuales del último tramo de este arroyo. La orilla interior alberga una franja de bosque de ribera que, de hecho, se extiende unos 300 metros más hacia el azud del Cabildo. En este bosque se ha constatado la nidificación del milano negro. En esta zona se propone abrir un cauce secundario por detrás de la franja de bosque de ribera para limitar los problemas de socavación en el acceso a La Overuela y generar una isla donde fácilmente se podría instalar una colonia de garzas. Se trata de una zona de gran interés ecológico y paisajístico. Se localizan árboles muertos por ahogamiento de raíces.

Sector Tafisa-Michelin

Con 2,4 kilómetros de longitud, comprende el tramo entre las balsas de decantación de Tafisa y el puente de la carretera. Ya se ha comentado, en la descripción del sector anterior, que los primeros 300 metros de bosque de ribera en la margen izquierda son de gran interés ecológico. El tramo final, más o menos rectilíneo, tiene un elevado interés paisajístico. La orilla interior del meandro de Michelín tiene un bosque de ribera dominado por álamo blanco bien conservado. Las balsas de decantación de Tafisa merecen atención específica para evitar el riesgo de contaminación del río.

Sector Parque Ribera de Castilla

Con 2,2 kilómetros de longitud, este sector comprende la zona verde más integrada en el río como elemento natural y más utilizada por los ciudadanos. El parque Ribera de Castilla es el factor dominante en la mayor parte del recorrido en la margen izquierda. Destaca también la desembocadura artificial del Esgueva, la cual coincide con el ámbito de las antiguas aceñas de Linares. Si bien es una zona de gran potencialidad en lo que se refiere al aprovechamiento cultural de los valores ecológicos del río, también hay que destacar negativamente la existencia de deslizamientos en la zona del parque.

Sector Moreras-Rosaleda de Francisco Sabadell

El tramo comprendido entre el puente Mayor y el de Isabel la Católica es, con más de un kilómetro de longitud, el tramo de mayor importancia ciudadana, en tanto que es el tramo que bordea el núcleo histórico de Valladolid. El mismo concentra la mayor densidad de elementos de patrimonio cultural de todo el ámbito de estudio. El puente Mayor, con primeras referencias en el siglo xi, es un elemento monumental de primer orden y el puente más antiguo de la ciudad. Junto a este puente destacan los restos del antiguo ingenio Zubiaurre, que aprovechaba el salto de agua de la desembocadura del canal de Castilla. En la orilla opuesta, en cierta manera unida por un azud de origen medieval, se sitúan los restos de las antiguas aceñas del Puente, de notable valor visual y arqueológico.

A la sombra hidráulica de las aceñas del Puente se extienden doscientos metros de una playa fluvial artificial muy intensamente utilizada en los meses de verano. Desde esta playa se contemplan los muros y pesqueras posiblemente asociados al antiguo palacio de La Ribera. Otro elemento destacable es la silueta de 76 metros de altura del edificio “Duque de Lerma”. La altura relativa de este edificio aumenta en la medida en que se sitúa sobre la cornisa elevada de la tercera terraza fluvial, varios metros sobre la cota de los parques Moreras-Rosaleda, situados sobre la primera terraza fluvial. Convendría restaurar el paisaje vegetal de toda esta cornisa en tanto que es un elemento dominante de una cuenca visual muy frecuentada.

Sector puentes Isabel la Católica-División Azul

Se trata de un tramo muy urbano de unos 2,1 kilómetros de longitud. Cuenta con importantes representaciones del patrimonio cultural: la antigua harinera del Palero, el puente colgante (el segundo en antigüedad de la ciudad).

La isla del Palero necesita una urgente actuación de revegetación y de tratamiento forestal, de manera que pueda dar respuesta a los requerimientos visuales que su vinculación al futuro museo de la Ciencia requiere. En la margen izquierda de este tramo comienzan a aparecer vertidos de escombros y basuras arrojadas desde bloques de viviendas construidos excesivamente cerca del río pero de espaldas a él. En este sector, particularmente a partir del puente Juan de Austria, se insinúa el hecho negativo que se hace más patente en el sector siguiente: que la ciudad se vuelve de espaldas al río. Las potencialidades de regeneración son importantes siempre y cuando vayan acompañadas de una intensa campaña de sensibilización ciudadana.

Sector Arturo Eyries

A lo largo de los 2.300 metros de la margen izquierda de este tramo fluvial se acentúan las disfunciones que caracterizan la evolución de la ciudad durante las dos décadas pasadas: basuras, invasión por parte de las edificaciones de la franja potencialmente ocupable por el bosque de ribera y un claro desencuentro entre la ciudad y el río. En este tramo se hace también patente la mortandad de muchos árboles a causa de la inundación de las raíces originada por el recrecimiento del azud de la central hidroeléctrica de La Flecha (3,6 m). Otro aspecto que merece un análisis pormenorizado es que las viviendas de nueva creación y en construcción en la margen izquierda parecen entender el bosque de ribera como una barrera visual que hay que eliminar y no como una potencialidad. Muchos árboles, si bien no son eliminados, sí se dejan deteriorar hasta su muerte de manera que se van ganando espacios vacíos, forma muy poco ortodoxa y difícilmente idónea de conseguirlo. La margen derecha, lindante con el barrio Arturo Eyries, se ha beneficiado de una cierta política de replantación y no agresión a una estrecha franja de álamos blancos.

Sector La Flecha-Arroyo

La mortandad de árboles ocasionada por el recrecimiento del azud de La Flecha se mantiene hasta la propia central. Las actuaciones urbanísticas en la margen derecha son muy poco respetuosas con el bosque de ribera. En los 500 metros finales se han realizado talas y el bosque superviviente se halla muy afectado, posiblemente por la utilización de rondup en el destoconado.

Fig. 5. Nueva escalinata junto al puente Mayor.

Fig. 6. Reflejos aguas arriba del puente Mayor.

Fig. 7. Aspecto de la playa recrecida y acondicionada.

Fig. 8. Vial del aparcamiento.

Fig. 9. Nuevo aspecto de la zona de las antiguas piscinas.

Fig. 10. Aceñas del Puente.

El proyecto de Las Moreras

El ámbito específico del proyecto es la margen izquierda del río Pisuerga a su paso por Valladolid, entre los puentes Mayor y Francisco Regueral. Antes de la intervención que aquí se describe, la zona se articulaba en tres zonas bien definidas:

— La comprendida entre el puente Francisco Regueral y el arranque de la playa existente. Son 300 metros de plataforma perimetrada por un muro de hormigón que la defiende de las avenidas más habituales. Hasta el verano pasado esa plataforma contenía en sus últimos 220 metros las instalaciones de las piscinas Samoa, que durante años proporcionaron un servicio importante a los ciudadanos de Valladolid, pero que estaban en un estado muy precario tras las últimas crecidas.

Adicionalmente, las piscinas Samoa tenían un muro de cierre perimetral que imponía una opacidad absoluta, tanto visual como física, desde el exterior, y particularmente desde el paseo de Isabel la Católica, que se sitúa en una terraza superior que se entregaba a la cota de Las Moreras mediante un talud y un vial-aparcamiento, situado a la sombra de una densa galería de árboles y encajado contra el muro de las piscinas.

— La segunda zona bien definida sería la zona de playa encajada contra la escalinata de granito, maltratada por los chupones de la arboleda existente. Las características geométricas de la playa y el cambio en el régimen de aportación de arenas, inducido por la progresivamente mayor regulación de la cuenca, han provocado una creciente necesidad de alimentación artificial, por parte del Ayuntamiento, para garantizar los usos lúdicos estivales de los que gustan los ciudadanos. Desde la playa hasta el paseo de Isabel la Católica, el espacio se conforma como una hermosa alameda donde destacaban de forma negativa un par de pequeños edificios (¿kioscos?), una zona de petanca y juegos autóctonos, y la trasera de un restaurante con fachada al paseo de Isabel la Católica, vallada de forma lamentable. Estados también límites de los elementos de iluminación y de los bancos de asiento.

— La tercera zona comprende los 150 metros restantes hasta llegar al puente Mayor, con el que no tenía conexión sino a través de una estrecha, empinada y barroca escalera –que funcionaba básicamente como un “cul de sac” intimidatorio para el peatón–, a la que sumaba un pésimo drenaje, que provocaba frecuentes embarramientos de esa tercera plataforma.

La reflexión realizada sobre el conjunto, y sobre cada una de las tres zonas (básicamente esbozada en el previo concurso de ideas), nos llevó a los siguientes planteamientos:

El conjunto de la margen izquierda entre los puentes Mayor y Francisco Regueral se concibe como una zona lúdica, cuyo carácter está marcado por la presencia de la playa, y los usos que se entienden naturales ligados a la misma. Igualmente, se potencia la conectividad de esa franja de terraza inferior, creando un itinerario pavimentado entre ambos puentes a través de ella, completando la conexión con la terraza superior mediante el proyecto y construcción de una gran escalinata en el extremo del puente Mayor, anteriormente cegado, y desarrollando y mejorando los accesos central y del puente de Francisco Regueral, amén de reconstruir las tres amplias escaleras de fábrica de ladrillo que hay entre ambos accesos.

El camino recoge la zona de aparcamiento paralelamente al paseo de Isabel la Católica, para serpentear después entre la playa y la escalinata del puente Mayor. Estas actuaciones, unidas a la eliminación física del conjunto de las piscinas, han dotado a toda la terraza inferior de una desconocida transparencia transversal, que la acerca al paseo superior, favoreciendo su integración y desmarginalización. Dos centímetros de la misma arena blanca y limpia de la playa, en toda la superficie no pavimentada, confieren al conjunto una cierta unidad de textura. Conectividad, transparencia, textura.

Recrecido y consolidación de la playa

Se ha aumentado la superficie de playa hacia el interior –se ha reducido la pendiente– mediante la aportación de arena y la construcción de un dique de escollera recebada y enterrada bajo la arena 15 centímetros, con un talud 3/1 hacia el agua. Este dique, junto con dos traviesas transversales de gavión, estuchan la mayor parte de la arena en caso de crecida, ahorrándole al Ayuntamiento la reposición anual de prácticamente toda la playa, ofreciendo además durante varios meses al año una más digna imagen de la misma.

Urbanización

El vial del aparcamiento se ha pavimentado con pequeños adoquines rojos y la acera perimetral con losetas blancas que entregan a la arena sobre la zahorra. En el lugar que ocupaban las construcciones de la zona de piscina se ha dejado el vacío, la transparencia hacia el río, apenas interrumpida por unas redes y algunos postes para la práctica deportiva y algunos árboles supervivientes de las anteriores instalaciones. La iluminación general se compone mediante proyectores situados en columnas prim, y adicionalmente se han situado farolas en la acera del estacionamiento. Se han colocado también bancos, fuentes y papeleras del catálogo municipal. Y, sobre todo, un paquete de elementos que subrayan el carácter estival de la playa: duchas, pasarelas de madera sobre la arena, un barco de madera para juegos infantiles, una torre de vigilancia, un kiosco.

El patrimonio cultural

La densidad de elementos significativos es grande en todo el tramo pucelano del Pisuerga, pero particularmente en la zona de proyecto. Empezando por el puente Mayor, datado a finales del siglo xi, y que es el más antiguo y hermoso puente de Valladolid. El alzado que nos interesa está maltratado por el paso insensible de varios tubos para servicios, en un estado penoso.

A continuación se encontraría el ingenio de Zubiaurre, transformado después en la fábrica harinera “La Flor del Pisuerga”, que aprovecha el salto de agua del desagüe del canal de Castilla. Sus restos prácticamente desaparecieron con la cimentación del edificio “Duque de Lerma”, cuya ejecución definitiva está por fin encarrilada, lo que sin duda mejorará la calidad urbana de la margen derecha y ofrecerá una magnífica atalaya sobre la zona de Las Moreras.

La llamadas Aceñas del Puente son el elemento mejor conservado, a pesar de que las sucesivas avenidas las habían dejado maltrechas. Llegaron a tener hasta cuatro ruedas hidráulicas y funcionaron como molinos y como batanes de paños.

Aprovechando las obras, y a la espera de una actuación más integral, se han reparado y consolidado los restos existentes. Habrá que estudiar en un futuro si la permanencia de las aceñas precisa de alguna actuación defensiva complementaria, que en principio ha sido rechazada por los arqueólogos, aunque tenía antecedentes históricos en la documentación gráfica, y era hidráulicamente recomendable.

Elementos para el contexto

La conectividad longitudinal mediante, siempre que se pueda, caminos en las terrazas superior e inferior, evitando siempre los “cul de sac”, así como un aumento general de la transparencia transversal, son consideraciones extensibles a los 23,2 kilómetros del transecto municipal, y de hecho son los criterios con los que el Ayuntamiento está proyectando y ejecutando las obras en la margen izquierda entre el parque Ribera de Castilla y el puente Mayor, a la sombra de las obras del nuevo puente que une los barrios de La Rondilla y de La Victoria.

El grado de riqueza de las superposiciones que se producen en las márgenes y en el lecho del río, posibilitará y determinará un proyecto, siempre complejo, por donde el foco del mismo cambiará de objeto y de profundidad de campo según las características de cada subtramo, por lo que es todavía más importante la permanencia a lo largo de todo el tramo de los criterios básicos de conectividad y transparencia.