El VI Congreso Ibérico sobre gestión y planificación del agua se celebra en pleno proceso de elaboración de los nuevos planes de gestión de cuenca que deben estar regidos por los principios de la DMA. Por este motivo, el congreso se centra en la restauración del buen estado de los ecosistemas acuáticos, objetivo central de la DMA, con todo lo que ello conlleva en materia de revisión de los usos del agua, el papel de la agricultura y los aspectos económicos, sociales y territoriales asociados. En este sentido, el concepto de los ciclos del agua permite integrar las distintas facetas y disciplinas imprescindibles para alcanzar el objetivo marcado.
Los ciclos del agua son varios, todos ellos superpuestos total o parcialmente entre sí.
El más comprehensivo es el ciclo natural del agua, que descansa sobre los ecosistemas acuáticos, incluyendo ríos, acuíferos, humedales, aguas costeras, el clima y el resto de factores geofísicos implicados. Pero también existen diversos ciclos parciales del agua, con una fuerte componente antrópica: el ciclo del agua urbana, el del agua agraria, el del agua y la energía. En definitiva, el concepto de ciclos del agua tiene un profundo significado ecosistémico y social que permite aglutinar la diversidad de aspectos que necesitamos tratar.
Por otro lado, los problemas que afectan al agua, se están agravando en el momento presente a consecuencia del cambio climático, que actúa sobre unos ecosistemas muy deteriorados y refuerza la importancia de la relación de la energía con los ciclos hidrológicos, incluyendo los procesos naturales y los usos sociales.
Basándose en estas consideraciones, el VI Congreso Ibérico centrará su atención en tres aspectos fundamentales:
1. Análisis crítico de la situación actual: estado de las masas de agua, encrucijada en la asignación y reserva de los recursos hídricos y su dimensión energética, económica y territorial.
2. Proyección hacia el futuro: oportunidades derivadas de la puesta en marcha de los planes de gestión de cuenca, en paralelo a la aplicación de los nuevos instrumentos económicos definidos por la DMA.
3. La necesidad de la participación activa de los ciudadanos.