La mejora en las crecidas controladas del Ebro ayudaría a limitar la expansión de algas
Lun, 07/11/2011
La mejora de la gestión en las crecidas controladas en el Ebro ayudaría a limitar la proliferación de algas detectada durante la última década en el curso bajo del río, y que provoca la obturación de sistema de captación de agua y la pérdida de capacidad de transporte de agua.
Esta es una de las conclusiones de la jornada de expertos convocada por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) que se ha celebrado este lunes en Zaragoza, y que ha servido para analizar la situación de los macrófitos junto con personal de la Universitat de Lleida (UdL), de Girona (UdG), la central nuclear de Ascó y la empresa URS.
Los expertos han señalado que los cambios hidrológicos en los embalses del Ebro --el agua cada vez se renueva menos-- y la laminación de avenidas que reduce el efecto de las crecidas naturales han contribuido a la proliferación de los macrófitos.
Asimismo, apuntan a la necesidad de estudiar mejor si el aumento de la depuración de las aguas residuales urbanas puede contribuir a aumentar el volumen de aguas.
Por ello, la jornada ha destacado que las crecidas controladas acordadas en 2006 entre la CHE y Endesa --como gestor de los embalses-- presentan una buena solución, pero sería mejor si se naturalizaran y se producen tras periodos de caudales bajos sostenidos.
Además, establecer indicadores como la temperatura del agua permitirá conocer las mejores condiciones para las crecidas, que en cualquier caso serían mejor en primavera que en otoño porque es la época en que las plantas se encuentran en pleno desarrollo.
Esta es una de las conclusiones de la jornada de expertos convocada por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) que se ha celebrado este lunes en Zaragoza, y que ha servido para analizar la situación de los macrófitos junto con personal de la Universitat de Lleida (UdL), de Girona (UdG), la central nuclear de Ascó y la empresa URS.
Los expertos han señalado que los cambios hidrológicos en los embalses del Ebro --el agua cada vez se renueva menos-- y la laminación de avenidas que reduce el efecto de las crecidas naturales han contribuido a la proliferación de los macrófitos.
Asimismo, apuntan a la necesidad de estudiar mejor si el aumento de la depuración de las aguas residuales urbanas puede contribuir a aumentar el volumen de aguas.
Por ello, la jornada ha destacado que las crecidas controladas acordadas en 2006 entre la CHE y Endesa --como gestor de los embalses-- presentan una buena solución, pero sería mejor si se naturalizaran y se producen tras periodos de caudales bajos sostenidos.
Además, establecer indicadores como la temperatura del agua permitirá conocer las mejores condiciones para las crecidas, que en cualquier caso serían mejor en primavera que en otoño porque es la época en que las plantas se encuentran en pleno desarrollo.