De 4.000 salmones en el Sella en 2004 a 1.464 el pasado año

Dom, 25/09/2011

El Comercio

Y es que tras el anuncio del día 15 la reacción de los sectores afectados no se hizo esperar. El primero, el de los empresarios de turismo activo. El descenso en canoa del río Sella se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos del Oriente, y posiblemente de la región, al que «cada año acuden una media de 250.000 personas».

«Deberían tener una consideración hacia el sector que está llamado a ser el principal recurso turístico de la región», reclamó hace unos días Ricardo Soto, vicepresidente de la Asociación de Turismo Activo de Asturias, quien consideró «precipitado» y «poco racional» el anuncio del Gobierno regional, ya que hasta anteayer no se habían reunido con los empresarios del sector para conocer su postura. «Algo tendrán que decir al respecto la Confederación Hidrográfica, que es la que da los permisos; la Dirección General de Turismo e incluso la Consejería de Economía», sostenía Soto, quien recordó que «cada vez son más las personas que solicitan alojamiento después de hacer su reserva para realizar algún tipo de actividad en plena naturaleza».

La Asociación de Empresas de Navegación en Ríos también defendió la continuidad de este tipo de actividad en los cauces asturianos, básicamente, por el elevado número de empleos que genera y el dinero que deja en la región. «El descenso de piragua es una de las principales actividades económicas de la comarca y de la región. Genera un total de 400 puestos de trabajo fijo en Asturias y, sólo en el entorno del Sella, ofrece trabajo en temporada estival a 350 personas. No se pueden vetar las piraguas así como así», recalcó el presidente del colectivo, Alberto García, quien calculó que la actividad deja en la comarca del Oriente más de 100 millones de euros al año. Eso sí, como consecuencia de la crisis y el descenso de turistas en la comarca, el sector ha reducido este año «un 15%» el número de actividades.

En el otro lado de la balanza están los pescadores, quienes aplaudieron la decisión del Gobierno regional de limitar el uso de canoas en ríos como el Sella. «Como pescador y presidente de la Sociedad de Pescadores El Esmerillón he acogido con satisfacción la noticia de la nueva regulación de las canoas que plantea el Principado», aseguró Antón Caldevilla, presidente de este colectivo nacido en 1990 y que aglutina a cerca de 2.000 aficionados a la pesca fluvial en la cuenca del Sella. «Alguien tiene que regular lo de las canoas porque el río está muy masificado y hay algunas empresas que se dedican a este tipo de turismo que no cumplen los permisos que tienen concedidos por la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC)», manifestó el presidente de El Esmerillón.

Caldevilla planteó que la nueva regulación haga zona libre del tránsito de canoas la parte alta y media del Sella. «Desde Arriondas hasta Ribadesella los pescadores tenemos asumido que va a haber canoas, pero de la capital de Parres para arriba no debería haberlas porque no hay suficiente calado. No todo el Sella es navegable», aseguró el presidente de este colectivo de pescadores.

«A partir de Arriondas el río tiene más profundidad y hay pozos donde los salmones y otros peces pueden protegerse del paso de las embarcaciones. Entendemos que desde ahí tenemos que compartir el río pero hay que hacerlo de manera ordenada porque son muchas las canoas que bajan», señaló Caldevilla, quien pide que, al menos, no se haga a los pescadores pagar por hacer uso de las zonas de pesca por donde también pasan las piraguas.

Los colectivos ecologistas también se pronunciaron sobre esta nueva regulación en la que trabaja el Principado. Según ellos, si hay algo que de verdad afecta a las poblaciones de salmones del Sella y de otros ríos asturianos son los pescadores y no las canoas.

Desde la Coordinadora Ecoloxistas d'Asturies aseguraron que «menos pesca hay en toda Asturias» y que los principales problemas que han ocasionado que el número de salmones se reduzca han sido «el furtivismo, los vertidos, las obras hidráulicas que hacen desaparecer el bosque de ribera y el elevado número de capturas, tanto en los ríos como en el mar». El portavoz de este colectivo, Fructuoso Pontigo, señaló que «lo del descenso de las piraguas es de lo que menos afecta a su población».

Este ecologista se mostró partidario de apostar por el turismo «siempre que sea sostenible» y recordó el importante impacto económico que tiene en el Oriente el turismo de naturaleza y el tejido empresarial -existen 21 empresas de turismo activo- que se ha creado a su alrededor. «Lo que hay que hacer es preservar las partes altas de los ríos que son las zonas más débiles», indicó Pontigo, quien reconoció que sería positivo «regular los horarios de uso del Sella» para conciliar la actividad pesquera y turística.

Más drástico se mostró el presidente de la Asociación Asturiana de Amigos de la Naturaleza (Ana), Carlos Lastra, quien pidió que antes de realizar una nueva regulación del uso de piraguas en los ríos «habría que exigir la realización de un estudio riguroso que demuestre que las canoas afectan, o no, a la población del salmón». Lastra consideró a este pez «una especie en peligro de extinción» y afirmó que afecta más a la reducción de su población «la pesca que las piraguas».

«Creemos que la pesca del salmón debería estar vedada o que se haga sin muerte. Lo que no puede ser es que se esté matando a una población animal antes de que haya podido desovar río arriba», explicó Lastra, quien apuntó que, «lo que pasa es que las canoas molestan a los pescadores y ellos se creen los propietarios de los ríos».

Por su parte los alcaldes de los concejos del Oriente que presumiblemente más afectados se verán por esta nueva normativa -Cangas de Onís, Parres y Ribadesella- pidieron al Principado que elaborase un reglamento que permita compatibilizar tanto la pesca como el uso de canoas en el Sella.

Según los censos de salmones realizados por el anterior Gobierno regional, es evidente que el número de ejemplares de esta especie ha descendido en los últimos años. En base a estos datos oficiales, en el año 2004 se contabilizaron en el río Sella, gracias a un contador ubicado en la zona canguesa de Caño, un total de 4.000 salmones y se registró la pesca de 800 de estos peces.

Sin embargo el último censo oficial, realizado de manera visual, cifraba los ejemplares de esta especie en el principal río del Oriente en 1.464.

En cuanto a las capturas esta temporada y la pasada han sido consideradas por los expertos como muy malas y durante este año en el Sella se pescaron 340 salmones Lo cierto es que desde 2008 no se superaban los 1.000 salmones anuales capturados en los ríos de la región, y quitando los dos últimos años, en los que las restricciones y las riadas de junio de 2010 hicieron casi testimoniales las capturas en Asturias, en las dos últimas décadas sólo hubo dos temporadas peores, las de 1997 y 1998, la primera gran crisis de la pesca del salmón en Asturias. Lejos se quedan las cifras actuales, y las de los últimos 20 años, de aquellas en las que se llegaron a capturar 6.496 ejemplares, con 2.781 en el Sella y 1.298 en el Narcea. Fue en el año 1959.

>

«Deberían tener una consideración hacia el sector que está llamado a ser el principal recurso turístico de la región» «Como pescador he acogido con satisfacción la noticia de la nueva regulación de canoas que prepara el Principado»