Amigos da Terra dice que la nueva central de Iberdrola «saturará» la cuenca del Sil
Mar, 06/09/2011
El colectivo ecologista Amigos da Terra se ha sumado al grupo de críticos que rechaza el proyecto de Iberdrola de construir una nueva central hidroeléctrica en el río Sil, la de Santa Cristina, que llevará aparejada la realización de una gran balsa de almacenamiento de agua en los alto de la montaña. A juicio de esta asociación, la cuenca del Miño-Sil está «xa saturada de aproveitamentos hidroeléctricos».
Y es que según datos del propio organismo de aguas de esta cuenta, la confederación hidrográfica, en el Miño,en el Sil y en dos de sus afluentes hay un total de 77 centrales eléctricas que tienen una producción bruta de 3.190 gigavatios a la hora.
En el río Sil están registradas cuarenta instalaciones, y en el Miño, 32. El resto se reparten entre el Cabe (1) y el Limia (4).
A mayores, en un informe de hace tres años del Ministerio de Medio Ambiente referido a esta demarcación se reconoce que los impactos producidos por el uso del agua en las centrales hidroeléctricas se refieren principalmente «a las presiones hidromorfológicas, tramos de río con importantes reducciones de caudal o desvío del mismo a un punto de retorno distante al de la toma», así como a «fuertes fluctuaciones en los niveles de los cauces y velocidad de la corriente que puede modificar la morfología del río y afectar a ecosistemas».
ECOSISTEMA. Independientemente de la saturación de centrales hidroeléctricas que padece el Sil, el colectivo Amigos da Terra incidió en que el proyecto de Santa Cristina se localiza en una zona LIC, un ecosistema protegido con objeto de contribuir a garantizar la biodiversidad mediante la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y ?ora silvestres en los territorios considerados prioritarios por la directiva 92/43/CEE de los estados miembros de la Unión Europea.
Por ello, para Amigos da Terra, no debería aprobarse esta nueva construcción, para la que finaliza el plazo de alegaciones este viernes.
El plan de Iberdrola prevé crear una balsa artificial, perforar los cañones del Sil y reducciones cíclicas del caudal del río durante los ocho años que se estiman necesarios para ejecutar las obras.
La magnitud del proyecto, ideado para generar 727 megavatios de electricidad, afecta a 222 propiedades de forma permanente y a 34 de forma temporal. Entre las actuaciones más polémicas se encuentra la creación de un lago artificial de 35 hectáreas de superficie, así como hacer una central subterránea que ocupará dos cavernas.
Y es que según datos del propio organismo de aguas de esta cuenta, la confederación hidrográfica, en el Miño,en el Sil y en dos de sus afluentes hay un total de 77 centrales eléctricas que tienen una producción bruta de 3.190 gigavatios a la hora.
En el río Sil están registradas cuarenta instalaciones, y en el Miño, 32. El resto se reparten entre el Cabe (1) y el Limia (4).
A mayores, en un informe de hace tres años del Ministerio de Medio Ambiente referido a esta demarcación se reconoce que los impactos producidos por el uso del agua en las centrales hidroeléctricas se refieren principalmente «a las presiones hidromorfológicas, tramos de río con importantes reducciones de caudal o desvío del mismo a un punto de retorno distante al de la toma», así como a «fuertes fluctuaciones en los niveles de los cauces y velocidad de la corriente que puede modificar la morfología del río y afectar a ecosistemas».
ECOSISTEMA. Independientemente de la saturación de centrales hidroeléctricas que padece el Sil, el colectivo Amigos da Terra incidió en que el proyecto de Santa Cristina se localiza en una zona LIC, un ecosistema protegido con objeto de contribuir a garantizar la biodiversidad mediante la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y ?ora silvestres en los territorios considerados prioritarios por la directiva 92/43/CEE de los estados miembros de la Unión Europea.
Por ello, para Amigos da Terra, no debería aprobarse esta nueva construcción, para la que finaliza el plazo de alegaciones este viernes.
El plan de Iberdrola prevé crear una balsa artificial, perforar los cañones del Sil y reducciones cíclicas del caudal del río durante los ocho años que se estiman necesarios para ejecutar las obras.
La magnitud del proyecto, ideado para generar 727 megavatios de electricidad, afecta a 222 propiedades de forma permanente y a 34 de forma temporal. Entre las actuaciones más polémicas se encuentra la creación de un lago artificial de 35 hectáreas de superficie, así como hacer una central subterránea que ocupará dos cavernas.