¿Puede deberse a causas naturales la acidificación lacustre en Suecia?
Vie, 19/08/2011
Un equipo de científicos de Suecia y Reino Unido dirigidos por la Universidad de Reading (Reino Unido) ha descubierto que las emisiones de las centrales eléctricas han podido contribuir menos de lo calculado hasta la fecha a la acidificación de los lagos de dicho país nórdico. Publicado en BioScience, el estudio llama la atención sobre el efecto histórico de los ácidos orgánicos y las emisiones de las centrales eléctricas y analiza el descenso de la acidificación de los lagos suecos durante los últimos veinte años.
Durante las décadas de los setenta y los ochenta tanto investigadores como responsables políticos manifestaron su inquietud por el impacto en el medio ambiente de las emisiones ácidas de dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno generadas por las centrales eléctricas, y en consecuencia se crearon y pusieron en práctica medidas de control. En Europa cundió la alarma por los probables efectos de las emisiones sobre los innumerables lagos suecos. Algunos expertos incluso descubrieron casos de una acidez notable. Entonces las autoridades de Estocolmo crearon un programa gubernamental para contrarrestar la acidificación de los lagos mediante el vertido de miles de toneladas de cal.
Distintas hipótesis sobre lo que provocó la acidificación, como el cambio climático o el uso del suelo, influyen en distinta medida a la hora de definir los niveles preindustriales de carbono orgánico disuelto (COD), una cifra necesaria para evaluar la acidificación y otros aspectos de la calidad del agua. En el estudio referido, los investigadores postulan que el COD, generado por organismos vivos y capaz de provocar la acidificación de lagos, permite poner en perspectiva la influencia de las emisiones de las centrales eléctricas en la acidificación lacustre.
El autor principal del estudio, el Dr. Martin Erlandsson, investigador asociado del Departamento de Geografía y Ciencias Medioambientales de la Universidad de Reading, y sus colegas evaluaron datos de los veinte años trascurridos desde que la acidificación de los lagos comenzase a reducirse en Suecia.
La cantidad de COD en los lagos suecos ha aumentado a pesar de la estabilización de las emisiones de las centrales eléctricas durante la década de los noventa. Aunque no existen indicios concluyentes que apunten a un responsable del aumento, los estudios de sedimentos de distintos lagos sugieren que los niveles de carbono orgánico preindustrial eran tan altos como los actuales e incluso mayores que los alcanzados hace veinte años. Estos datos sugieren a los autores que las emisiones de las centrales eléctricas no han influido de forma significativa en los niveles de acidificación lacustre.
En su estudio, los científicos clasifican el grado de acidificación de 66 lagos a partir de observaciones a largo plazo representativas de cerca de 12 700 lagos sensibles a la acidificación en las zonas boreales y boscosas de Suecia. El 47 % de estos lagos están clasificados como significativamente acidificados si se considera que los niveles de COD preindustriales eran iguales a los observados en 1990. En cambio, si se considera que las condiciones preindustriales eran iguales a las de 2009, cuando se midieron niveles superiores de COD, entonces cerca del 24 % de los lagos se considerarían acidificados.
La evaluación de los sedimentos en algunos de los lagos da fuerza a la teoría de que los niveles preindustriales de DOC eran tan elevados como los actuales y posiblemente más altos que los de 1990. De este modo, a pesar de que estudios anteriores aseguraban que las emisiones procedentes de centrales eléctricas habían contribuido significativamente a la acidificación de los lagos, las observaciones de este estudio reciente desmienten dicha afirmación.
«Esto subraya la necesidad de establecer niveles de referencia de DOC y aporta nuevos datos sobre la controversia ya clásica sobre el origen antropogénico o natural de la acidificación», indican los autores en el artículo.
También reseñan que los descubrimientos de este estudio ponen de manifiesto la importancia de conocer mejor la cantidad de COD en lagos durante épocas preindustriales de cara a calcular en qué medida puede atribuirse la acidificación a las emisiones de las centrales eléctricas.
Durante las décadas de los setenta y los ochenta tanto investigadores como responsables políticos manifestaron su inquietud por el impacto en el medio ambiente de las emisiones ácidas de dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno generadas por las centrales eléctricas, y en consecuencia se crearon y pusieron en práctica medidas de control. En Europa cundió la alarma por los probables efectos de las emisiones sobre los innumerables lagos suecos. Algunos expertos incluso descubrieron casos de una acidez notable. Entonces las autoridades de Estocolmo crearon un programa gubernamental para contrarrestar la acidificación de los lagos mediante el vertido de miles de toneladas de cal.
Distintas hipótesis sobre lo que provocó la acidificación, como el cambio climático o el uso del suelo, influyen en distinta medida a la hora de definir los niveles preindustriales de carbono orgánico disuelto (COD), una cifra necesaria para evaluar la acidificación y otros aspectos de la calidad del agua. En el estudio referido, los investigadores postulan que el COD, generado por organismos vivos y capaz de provocar la acidificación de lagos, permite poner en perspectiva la influencia de las emisiones de las centrales eléctricas en la acidificación lacustre.
El autor principal del estudio, el Dr. Martin Erlandsson, investigador asociado del Departamento de Geografía y Ciencias Medioambientales de la Universidad de Reading, y sus colegas evaluaron datos de los veinte años trascurridos desde que la acidificación de los lagos comenzase a reducirse en Suecia.
La cantidad de COD en los lagos suecos ha aumentado a pesar de la estabilización de las emisiones de las centrales eléctricas durante la década de los noventa. Aunque no existen indicios concluyentes que apunten a un responsable del aumento, los estudios de sedimentos de distintos lagos sugieren que los niveles de carbono orgánico preindustrial eran tan altos como los actuales e incluso mayores que los alcanzados hace veinte años. Estos datos sugieren a los autores que las emisiones de las centrales eléctricas no han influido de forma significativa en los niveles de acidificación lacustre.
En su estudio, los científicos clasifican el grado de acidificación de 66 lagos a partir de observaciones a largo plazo representativas de cerca de 12 700 lagos sensibles a la acidificación en las zonas boreales y boscosas de Suecia. El 47 % de estos lagos están clasificados como significativamente acidificados si se considera que los niveles de COD preindustriales eran iguales a los observados en 1990. En cambio, si se considera que las condiciones preindustriales eran iguales a las de 2009, cuando se midieron niveles superiores de COD, entonces cerca del 24 % de los lagos se considerarían acidificados.
La evaluación de los sedimentos en algunos de los lagos da fuerza a la teoría de que los niveles preindustriales de DOC eran tan elevados como los actuales y posiblemente más altos que los de 1990. De este modo, a pesar de que estudios anteriores aseguraban que las emisiones procedentes de centrales eléctricas habían contribuido significativamente a la acidificación de los lagos, las observaciones de este estudio reciente desmienten dicha afirmación.
«Esto subraya la necesidad de establecer niveles de referencia de DOC y aporta nuevos datos sobre la controversia ya clásica sobre el origen antropogénico o natural de la acidificación», indican los autores en el artículo.
También reseñan que los descubrimientos de este estudio ponen de manifiesto la importancia de conocer mejor la cantidad de COD en lagos durante épocas preindustriales de cara a calcular en qué medida puede atribuirse la acidificación a las emisiones de las centrales eléctricas.