Investigadores analizan el impacto del regadío en la calidad de las aguas

Sáb, 25/06/2011

EFE

La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y el Centro de Investigación y Tecnología de Aragón (CITA) colaboran en un proyecto pionero de investigación para analizar el impacto de los retornos del regadío en la calidad de las aguas superficiales y subterráneas de la Comunidad.

Según informa el Organismo de cuenca en un comunicado, este convenio de colaboración, iniciado en 2005 y que se prolongará hasta 2012, ha permitido desarrollar un proyecto pionero en España que permite un control exhaustivo de los sistemas de regadío y de sus medidas de modernización, así como su relación con la contaminación difusa o de origen agrario.

Para realizar este análisis se ha instalado una red de toma de muestras de agua que recogen datos de forma continua en cinco cuencas a cuyos ríos o barrancos retornan las aguas de regadío de los sistemas de Bardenas, Riegos del Altoaragón y Canal de Aragón y Cataluña.

El CITA se encarga de recoger los datos obtenidos y realiza encuestas entre los regantes, lo que permite tener una información actualizada de las prácticas llevadas a cabo en los distintos sistemas regables.

Por su parte, la CHE, además de financiar los sistemas de captación de muestras, aporta análisis más complejos gracias a su red de plaguicidas y a sus redes generales de control de calidad en toda la Cuenca del Ebro.

El objetivo final de esta iniciativa es fomentar las buenas prácticas agrarias entre los regantes, y definir planes efectivos de mejora para su difusión a través del Departamento de Agricultura del Gobierno aragonés.

Según las fuentes citadas, la información obtenida durante estos años de colaboración entre ambas instituciones ha servido ya como referencia para el nuevo Plan Hidrológico de la Demarcación del Ebro, que redacta en la actualidad el Organismo de cuenca.

Ambas instituciones llevaron a cabo días atrás en la sede de la CHE un seminario para presentar los estudios realizados hasta el momento, un encuentro al que también se invitó a representantes de los sistemas de regadíos.

Los trabajos se desarrollan en la cuenca del Arba (con un punto de control en su desembocadura en Tauste, donde se recogen los retornos del sistema de Bardenas); y en la cuenca de La Violada (con una estación de referencia en el barranco de La Violada en La Pardina; donde se analizan los retornos del Canal de Monegros dentro del sistema de Riegos del Alto Aragón).

También se llevan a cabo en la cuenca del Alcanadre (con el punto de control en el Alcanadre en Ballobar que permite el análisis también del sistema de Riegos del Alto Aragón); en la cuenca del barranco de la Valcuerna (con la estación en el mismo barranco para analizar los retornos de Monegros II) y, por último, en la cuenca de la Clamor Amarga (que permite el análisis de los retornos del Canal de Aragón y Cataluña).

Los datos obtenidos permiten en un primer nivel realizar un seguimiento en continuo de la salinidad de las aguas de retorno de regadío y también de la presencia de nitratos, además de detectarse problemas concretos y específicos de algunas de estas cuencas.
En un segundo nivel, se establece una relación entre las medidas de modernización llevadas a cabo en los sistemas y la calidad de las masas de agua de la Cuenca del Ebro.

En las zonas con presencia significativa de explotaciones ganaderas también se estudia la influencia de este tipo de producción y la presencia de purines en la calidad general de los retornos.

El último paso previsto es definir un catálogo de buenas prácticas agrarias, que ya se están aplicando en los sistemas aragoneses y ofrece un impacto positivo en la calidad general de las masas de agua.