La CHD estudia el centenar de alegaciones al Plan Hidrológico para estrenarlo en 2012
Lun, 27/06/2011
Es un plan «más ambicioso, desciende más al detalle, identifica las necesidades de manera más exhaustiva y establece las medidas para solucionarlas». Así definió el presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero, Antonio Gato, el Plan Hidrológico de la cuenca del Duero, cuyo periodo de alegaciones se ha cerrado. En total, las administraciones públicas, usuarios, empresas, asociaciones y particulares han presentado cerca de un centenar que ya han comenzado a ser estudiadas por la Confederación. Aquellas que se estimen pertinentes se incorporarán al actual borrador antes de su presentación ante los órganos colegiados que han de emitir su conformidad. Después se abordará su tramitación final en el Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino.
Los plazos previstos se están siguiendo y todo parece indicar que se va a cumplir el deseo que Antonio Gato expresó hace unos meses en este periódico de «estrenar 2012» con el nuevo plan aprobado.
El plan verá la luz dentro de poco más de medio año, pero el camino hasta esa meta ha sido largo, comenzó en 2005, y de este tiempo hay que destacar la consulta pública a la que se sometió en 2008 el 'Esquema provisional de temas importantes en materia de gestión de las aguas', un documento que en octubre de 2010 contó con el informe del Consejo del Agua de la cuenca y la conformidad del Comité de Autoridades Competentes, y que ha servido de base para elaborar el borrador del Plan Hidrológico. El nuevo Plan Hidrológico de la cuenca del Duero persigue una serie de objetivos generales que pueden agruparse en tres grandes bloques; el primero, atender las necesidades de agua que existen en la cuenca para posibilitar los usos socio económicos que precisa la sociedad para su desarrollo; en segundo lugar, mitigar los efectos indeseados de las inundaciones y de las sequías y, por último, evitar el deterioro de las aguas y alcanzar su buen estado, es decir, conseguir que pactos ambientales, económicos y sociales generados en situaciones de eventual sequía. El plan establece un sistema de indicadores que permitan diagnosticar la sequía y, en función de este diagnóstico, adoptar distintos tipos de medidas. El nuevo Plan Hidrológico aborda la revisión del Plan Especial original, considerando la nueva definición de caudales ecológicos y las nuevas asignaciones previstas.
Respecto a las inundaciones, el Plan de Evaluación y Gestión del Riesgo de inundación tendrá que ser aprobado antes de 2015. Será resultado de un proceso que se inicia con la evaluación del riesgo potencial de inundación, la elaboración de mapas de peligrosidad y, por último, los planes de gestión de las inundaciones. Actualmente la CHD trabaja en la definición de las zonas inundables para atender los requerimientos de la primera fase.
En la cuenca del Duero, los problemas de contaminación de las aguas más significativos son los ocasionados por vertidos de aguas residuales urbanas y por la contaminación difusa de fuentes agropecuarias. Para solucionar el primer problema, se está mejorando el sistema de depuración a través de una serie de medidas contempladas en el II Plan Nacional de Calidad de las Aguas, que establece unas inversiones de 1.050 millones de euros en Castilla y León. En el caso de la contaminación agraria difusa, se solucionará con la aplicación de códigos de buenas prácticas. Otros problemas significativos vienen ligados al grave deterioro hidromorfológico que sufren los sistemas fluviales, que lleva consigo una pérdida del hábitat y la ocupación de los ríos por especies invasoras. La CHD aborda este problema a través de diversos programas y se ha marcado el objetivo de que en 2015 al menos el 91% de las masas de agua de la cuenca del Duero, es decir un total de 707 masas, estén en buen estado. En el año 2009 solo cumplían los objetivos medioambientales el 59% de las masas de agua.
Para alcanzar los objetivos propuestos en el nuevo Plan Hidrológico, es necesario adoptar medidas que se han organizado en diez grupos: saneamiento y depuración, abastecimiento, modernización y puesta en marcha de nuevos regadíos, infraestructuras hidráulicas, gestión de inundaciones, restauración de ríos y zonas húmedas, energía, alternativas de regulación, planificación y control y otras medidas. En la cuenca del Duero ya se ha comprometido en el Plan Nacional de Calidad de las Aguas una inversión de más de 1.000 millones de euros para adecuar los sistemas de depuración a la directiva europea sobre el tratamiento de aguas residuales urbanas. Antonio Gato, presidente de la Comfederación Hidrográfica del Duero. millones es la inversión comprometida en el Plan Nacional de la Calidad de las Aguas en la cuenca del Duero.
Los plazos previstos se están siguiendo y todo parece indicar que se va a cumplir el deseo que Antonio Gato expresó hace unos meses en este periódico de «estrenar 2012» con el nuevo plan aprobado.
El plan verá la luz dentro de poco más de medio año, pero el camino hasta esa meta ha sido largo, comenzó en 2005, y de este tiempo hay que destacar la consulta pública a la que se sometió en 2008 el 'Esquema provisional de temas importantes en materia de gestión de las aguas', un documento que en octubre de 2010 contó con el informe del Consejo del Agua de la cuenca y la conformidad del Comité de Autoridades Competentes, y que ha servido de base para elaborar el borrador del Plan Hidrológico. El nuevo Plan Hidrológico de la cuenca del Duero persigue una serie de objetivos generales que pueden agruparse en tres grandes bloques; el primero, atender las necesidades de agua que existen en la cuenca para posibilitar los usos socio económicos que precisa la sociedad para su desarrollo; en segundo lugar, mitigar los efectos indeseados de las inundaciones y de las sequías y, por último, evitar el deterioro de las aguas y alcanzar su buen estado, es decir, conseguir que pactos ambientales, económicos y sociales generados en situaciones de eventual sequía. El plan establece un sistema de indicadores que permitan diagnosticar la sequía y, en función de este diagnóstico, adoptar distintos tipos de medidas. El nuevo Plan Hidrológico aborda la revisión del Plan Especial original, considerando la nueva definición de caudales ecológicos y las nuevas asignaciones previstas.
Respecto a las inundaciones, el Plan de Evaluación y Gestión del Riesgo de inundación tendrá que ser aprobado antes de 2015. Será resultado de un proceso que se inicia con la evaluación del riesgo potencial de inundación, la elaboración de mapas de peligrosidad y, por último, los planes de gestión de las inundaciones. Actualmente la CHD trabaja en la definición de las zonas inundables para atender los requerimientos de la primera fase.
En la cuenca del Duero, los problemas de contaminación de las aguas más significativos son los ocasionados por vertidos de aguas residuales urbanas y por la contaminación difusa de fuentes agropecuarias. Para solucionar el primer problema, se está mejorando el sistema de depuración a través de una serie de medidas contempladas en el II Plan Nacional de Calidad de las Aguas, que establece unas inversiones de 1.050 millones de euros en Castilla y León. En el caso de la contaminación agraria difusa, se solucionará con la aplicación de códigos de buenas prácticas. Otros problemas significativos vienen ligados al grave deterioro hidromorfológico que sufren los sistemas fluviales, que lleva consigo una pérdida del hábitat y la ocupación de los ríos por especies invasoras. La CHD aborda este problema a través de diversos programas y se ha marcado el objetivo de que en 2015 al menos el 91% de las masas de agua de la cuenca del Duero, es decir un total de 707 masas, estén en buen estado. En el año 2009 solo cumplían los objetivos medioambientales el 59% de las masas de agua.
Para alcanzar los objetivos propuestos en el nuevo Plan Hidrológico, es necesario adoptar medidas que se han organizado en diez grupos: saneamiento y depuración, abastecimiento, modernización y puesta en marcha de nuevos regadíos, infraestructuras hidráulicas, gestión de inundaciones, restauración de ríos y zonas húmedas, energía, alternativas de regulación, planificación y control y otras medidas. En la cuenca del Duero ya se ha comprometido en el Plan Nacional de Calidad de las Aguas una inversión de más de 1.000 millones de euros para adecuar los sistemas de depuración a la directiva europea sobre el tratamiento de aguas residuales urbanas. Antonio Gato, presidente de la Comfederación Hidrográfica del Duero. millones es la inversión comprometida en el Plan Nacional de la Calidad de las Aguas en la cuenca del Duero.