El norte de Europa se seca mientras España rebosa agua
Dom, 12/06/2011
España ha dejado atrás los duros años de la sequía y en la actualidad cuenta con unas reservas de agua que bien se podrían calificar de boyantes. Desde el 41,5% al que llegaron a estar los embalses peninsulares al comienzo de 2008, las condiciones meteorológicas han permitido prácticamente duplicar el volumen de agua almacenada y situarse en el 81% de la capacidad total de los pantanos. Si se mantienen unas condiciones normales de lluvia, «tendríamos agua para estar tranquilos durante dos campañas» de riego -que van de marzo a septiembre, aunque varían según las zonas-, asegura la directora general del Agua, Marta Morén. El dato es «muy bueno», dice, teniendo en cuenta que ya «nos encontramos en plena campaña de riego y tenemos todo el verano por delante».
Entre tanto, una brutal sequía asuela buena parte del resto de Europa. Francia, uno de los mayores graneros de Europa, es el país que más está sufriendo la escasez, pero otros como el Reino Unido, Bélgica, Países Bajos, Alemania, Dinamarca, Hungría o Austria también padecen la falta de agua. La abundancia es generalizada en las cuencas españolas. Solo la del Júcar, con el 60,9% y, curiosamente la del Miño-Sil, con el 65%, se encuentran por debajo del umbral del 70. Y cuatro de ellas están por encima del 90%, siendo la Cuenca Atlántica Andaluza, con el 91,6, la que se sitúa a la cabeza.
Con estos datos, se consolida la tendencia iniciada a principios de 2009, cuando España empezó a salir de uno de sus mayores periodos de sequía, que había empezado en 2004. En esos años, las restricciones para el uso de este líquido vital llegaron a extenderse de manera preocupante y las tensiones territoriales por la gestión de los recursos hidráulicos también alcanzaron altas cotas.
Entre tanto, una brutal sequía asuela buena parte del resto de Europa. Francia, uno de los mayores graneros de Europa, es el país que más está sufriendo la escasez, pero otros como el Reino Unido, Bélgica, Países Bajos, Alemania, Dinamarca, Hungría o Austria también padecen la falta de agua. La abundancia es generalizada en las cuencas españolas. Solo la del Júcar, con el 60,9% y, curiosamente la del Miño-Sil, con el 65%, se encuentran por debajo del umbral del 70. Y cuatro de ellas están por encima del 90%, siendo la Cuenca Atlántica Andaluza, con el 91,6, la que se sitúa a la cabeza.
Con estos datos, se consolida la tendencia iniciada a principios de 2009, cuando España empezó a salir de uno de sus mayores periodos de sequía, que había empezado en 2004. En esos años, las restricciones para el uso de este líquido vital llegaron a extenderse de manera preocupante y las tensiones territoriales por la gestión de los recursos hidráulicos también alcanzaron altas cotas.