La Región, en alerta ante la inminente invasión del peligroso mejillón cebra

Lun, 30/05/2011

La Opinión de Murcia

La invasión del peligroso mejillón cebra es sólo cuestión de tiempo en Murcia, ya que su propagación, según los expertos, «es prácticamente irreversible» en los ríos españoles, debido, entre otros motivos, a su resistencia a la contaminación y a su prolongado periodo reproductor. No obstante, la Confederación Hidrográfica del Segura asegura que, por el momento, no se ha detectado en la Región la presencia de este molusco, ni en forma de larvas ni en ejemplares adultos, aunque en cuencas cercanas como la del Júcar o el Ebro, de la que procede el agua del trasvase que llega a la Región, el mejillón cebra se ha convertido ya en una plaga contra la que los especialistas no han encontrado aún una solución efectiva o definitiva. Y es que la capacidad de adaptación de esta especie invasora y sus peculiaridades biológicas, que la hacen inmune a multitud de tratamientos de choque, mortales para muchas otras especies, así como su rápida capacidad de propagación, han convertido al mejillón cebra en un molesto visitante que, no sólo afecta a la supervivencia de especies endémicas de las zonas que invade, sino que «crea importantes problemas y gastos económicos debido a su gran capacidad para obstruir todo tipo de infraestructuras y canalizaciones hídricas».

Así lo asegura Amparo Torreblanca, responsable del estudio liderado por científicos de la Universitat de Valencia (UV), financiado por el ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, en el que se han analizado once poblaciones españolas de mejillón cebra. Torreblanca ha subrayado al respecto que a los Estados Unidos la invasión de esta especie desde la década de los ochenta le ha supuesto millones de dólares, mientras que la Confederación Hidrográfica del Ebro predijo en 2005 que la expansión del mejillón cebra costaría alrededor de 40 millones de euros en veinte años.

El mejillón cebra es una especie invasora que ha proliferado en ríos y lagos de España y Norteamérica, provenientes de las cuencas de los mares Negro y Caspio, durante las últimas décadas y su llegada supone un grave riesgo ambiental y socioeconómico. En España, las primeras poblaciones se detectaron en 2001 en el embalse de Flix, desde donde se produjo una progresiva dispersión a otros pantanos de la cuenca del Ebro y otros puntos de gran interés ecológico hasta colonizar completamente esta cuenca. Además, también se vio afectada la cuenca hidrográfica del Júcar. La primera población se encontró en 2005 en el embalse de Sitjar, en el río Mijares, y actualmente está estabilizada, según los investigadores, mientras que en el pantano de Forata, en el Magro, afluente del Júcar, el mejillón cebra se localizó en 2006, pero en los dos últimos años no se han visto larvas. A pesar de ello, «no se puede descartar totalmente su presencia», añade la profesora.

La detección del mejillón cebra en la cuenca del Júcar ha encendido todas las alarmas en el sector agrícola de Alicante y Murcia. Y es que tanto las aguas del Tajo que llegan al Segura como las del futuro trasvase Júcar-Vinalopó utilizan conducciones del Júcar para llegar hasta estas dos provincias.

Desde la Confederación Hidrográfica del Segura, sin embargo, se muestran tranquilos ya que las últimas inspecciones a embalses e infraestructuras hidráulicas de la cuenca en Murcia han descartado la llegada del mejillón cebra a la Región. Estos inspecciones son una parte del plan de prevención que la Confederación ha puesto en marcha para evitar la propagación de este molusco invasor, y que también incluye la edición de folletos en los que se dan consejos a la población sobre cómo actuar si detectan o tienen sospecha de la presencia del mejillón cebra en algún lugar de la Región. En este sentido, la CHS pide la colaboración ciudadana para que se conciencie de la facilidad con que esta especie puede invadir toda la cuenca, ya sea adherida a los cascos de las embarcaciones o maquinaria en contacto con el agua, o a través de trasvases o vertidos por fugas, o bien adherida a especies acuáticas usadas en repoblación que procedan de zonas afectadas. Las piraguas pueden acoger, sin darse cuenta, larvas de mejillón y ayudar a expandirlas. Científicos de la Universidad de Valencia analizan unas muestras de mejillón cebra. La práctica del piragüismo es un vector de dispersión del mejillón cebra, debido a que las larvas de este molusco se adhieren con facilidad en tan solo un día de acti,vidad, según un estudio de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). A pesar de ello, la CHE no puede asegurar que el piragüismo pueda «contaminar» una masa libre de este molusco, ya que se desconoce cuántas larvas sobreviven a la manipulación y transporte de una piragua y cuántas hay que introducir en una masa de agua para que el mejillón cebra la colonice. El secado de las embarcaciones se revela como el mejor método de desinfección, aunque para más seguridad se destaca el uso de productos como la lejía y el vinagre.

La principal preocupación de los científicos ahora es lograr un método efectivo para el control de esta especie. Pero la lucha contra el mejillón cebra requiere un «enorme» conocimiento previo sobre las principales fuentes de colonización, capacidad de dispersión, como también de los mecanismos y factores ambientales que pueden regular su crecimiento y reproducción. Así, los investigadores de la UV y del CSIC (a través del Instituto de Diagnosis Ambiental y Estudios del Agua (IADEA) de Barcelona y del Instituto de Acuicultura de Torre de la Sal (IATS) de Castellón) se han dedicado a estudiar la caracterización ecofisiológica y genética de las poblaciones de mejillón cebra, con el fin de buscar el punto débil de esta especie y desarrollar estrategias «específicas» para controlar su propagación y, en su caso, lograr su erradicación.


ADVERTENCIA CONTROL

Actualmente no existe una solución eficaz y definitiva para acabar con esta plaga, que afecta ya al Ebro y al Júcar La CHS realiza controles para detectar su presencia y pide a la población que les avise si encuentra algún ejemplar

Los técnicos consideran que la llegada de esta especie altamente invasora y dañina a Murcia es «prácticamente irreversible» La Confederación del Segura prepara un plan para evitar su propagación y asegura que la Comunidad aún no está afectada