Estiman que las precipitaciones descenderán hasta un 20 % en el Mediterráneo

Jue, 07/04/2011

EFE

Investigadores de la Universidad de Alicante (UA) estiman que las temperaturas medias en la cuenca del Mediterráneo aumentarán entre 3 y 4 grados en el siglo XXI y que las precipitaciones descenderán hasta un 20 por ciento.
Así consta en el primer avance de un estudio de investigación europeo en el que participa la UA junto con otra instituciones académicas y centros científicos, denominado ESPON-Climate y cuyo objetivo es analizar los efectos del cambio climático sobre las economías locales y regionales del espacio geográfico europeo.
Esos hipotéticos impactos afectarían sobre todo a sus recursos hídricos y a su actividad turística, ha indicado a Efe el codirector de la investigación y catedrático del Instituto de Geografía en la UA, Jorge Olcina.
El estudio parte de la estimación de que las temperaturas promedio en la cuenca del Mediterráneo pueden aumentar considerablemente durante el siglo XXI, mientras que las precipitaciones disminuirían.
A partir de esa previsión, la investigación trata de analizar, en el caso concreto de la Comunitat Valenciana, la vulnerabilidad de su litoral, una situación que puede acentuarse debido a los efectos derivados del cambio climático.
Según Olcina, el estudio revela la necesidad de que "las administraciones se den cuenta de lo que esta sucediendo y que consideren un amplio abanico de medidas de adaptación" a los cambios.
Con ello, ha aclarado el catedrático, no se pretende "asustar, ni alarmar", sino "informar" sobre los posibles cambios que se producirán "a medio o a largo plazo".
A este respecto, ha subrayado que la zona mediterránea es "muy sensible" y, por tanto, hay que "empezar a actuar".
Entre las medidas planteadas por el científico figuran la "desalación" -proceso de eliminar la sal del agua marina- y la "reutilización de aguas regeneradas".
Olcina ha advertido también de que el cambio climático "repercutirá" en la afluencia turística, "un lujo que la Comunitat Valenciana no puede permitirse".
Sin embargo, ha precisado que esta región española es una zona que "siempre se ha adaptado a los cambios", lo cual no evita que se tomen las medidas oportunas para reducir los posibles efectos climáticos.
Respecto a los casos de Valencia y Alicante, el análisis ha señalado que la exposición a la futura escasez de recursos hídricos es alta y más importante cuanto más al sur del litoral levantino, por ello prevé una capacidad de adaptación mayor en la capital de la Comunitat, ya que influyen el nivel de temperaturas, el régimen pluviométrico o la renta per cápita, entre otras variables
El informe preliminar expone como caso extremo el de la costa andaluza en donde la combinación de las condiciones climatológicas de esa región la convierten en la zona española más vulnerable.
En cambio, algunas áreas de Cataluña y las Islas Baleares tienen mayor capacidad de adaptación a las posibles circunstancias futuras auguradas por los investigadores.
En la elaboración del proyecto, los científicos han valorado en cada territorio la sensibilidad física, económica, social y ambiental, así como las capacidades de adaptación tecnológica y económica a los posibles cambios climáticos.
Las variables estudiadas son la disminución de la disponibilidad de agua, la situación del empleo en la industria hotelera, las infraestructuras turísticas y la magnitud de la expansión urbana.
A ello hay que añadir los índices de consumo de agua en las zonas turísticas, los ingresos regionales, la capacidad de desalación y la reutilización del agua.