Un estudio de Diputación aboga por recuperar las centrales hidroeléctricas de la provincia

Vie, 18/03/2011

Europa Press

Poner en funcionamiento las 23 centrales hidroeléctricas de la provincia de Granada que tienen posibilidad de recuperación permitiría producir la energía necesaria para satisfacer el consumo eléctrico de 7.900 hogares, según las estimaciones de la Agencia Provincial de la Energía de la Diputación de Granada.
Estas 23 centrales tienen una potencia total de 9,8 megawatios, de acuerdo con el mismo informe, según el cual la puesta en marcha de estas infraestructuras supondría evitar la emisión a la atmósfera de 14.400 toneladas de dióxido de carbono al año.
Por su parte, las 23 centrales que ya se encuentran en funcionamiento cuentan con una potencia total de 91,3 megawatios, prestan servicio eléctrico a 73.400 viviendas y hacen posible dejar de emitir 133.600 toneladas de dióxido de carbono.
Así las cosas, entre las 23 centrales cuya recuperación es posible y las 23 que ya se encuentran operativas, se suministraría energía eléctrica a 81.300 familias y se evitaría emitir unas 148.000 toneladas de CO2 anualmente.
El hecho de que el 81 por ciento de las 116 centrales hidráulicas de la provincia se encuentren inactivas en la actualidad representa "un freno en cuanto la producción de electricidad mediante un recurso renovable", según ha informado en un comunicado el vicepresidente segundo de la Diputación, Julio Bernardo.

CENTRALES INSERVIBLES

Las demás centrales no se pueden recuperar: en 18 casos, por hallarse fuera de servicio o abandonadas; en 29, por haber desaparecido, mientras que otras 22 se encuentran en muy malas condiciones y su potencia es reducida. A esto se suma la central de El Portillo, que a día de hoy se encuentra aún en fase de proyecto.
La energía hidroeléctrica proviene indirectamente del sol, responsable del ciclo hidrológico natural, y del efecto de la gravedad, capaz de transformar la energía potencial acumulada en energía del agua en movimiento.
Esa energía se transforma en electricidad mediante la acción conjunta de un generador activado por una turbina hidráulica.
La evolución de precios de los combustibles fósiles, los criterios de seguridad de las centrales nucleares y las mayores exigencias medioambientales en la producción de energía han facilitado la expansión de energía hidroeléctrica generada en pequeñas centrales, lo que ha derivado a su vez en la rehabilitación de antiguas instalaciones en desuso.
Según cuál sea su nivel de eficiencia y ahorro energético, las centrales se dividen en ordinarias o especiales y, en ambos casos, se clasifican en dos subgrupos, según su potencia sea igual o inferior a 10 megawatios, en cuyo caso se denominan minihidráulicas, o superior a 10 megawatios.
Además, en función de su emplazamiento, las minicentrales pueden ser de agua fluyente (parte del agua del río se desvía mediante una toma a la central y, una vez obtenida la energía eléctrica, se devuelve al cauce del río), de pie de presa (aprovechan el agua embalsada) y en canal de riego.
Las minicentrales hidroeléctricas tienen aplicaciones diferentes según las necesidades energéticas que existan en la zona, aunque fundamentalmente se emplean en la generación de electricidad con la finalidad de venderla a la red general.