Paneles solares flotando en el agua: nuevo paradigma israelí en energía solar

Jue, 17/03/2011

Una nueva tecnología desarrollada en conjunto por la firma israelí Solaris Synergy y el grupo francés EDF, en el marco del proyecto Aquasun de Eureka, permitirá la creación de parques solares en superficies acuáticas, con paneles flotantes que captarán la energía del sol sobre el agua. La innovación permite disminuir los costos de producción de esta energía renovable y, al mismo tiempo, elimina la necesidad de contar con grandes extensiones de tierra para este tipo de desarrollos

No cabe duda de que la energía solar cum­ple un papel primordial en la bús­que­da de opciones energéticas soste­ni­bles, en el camino por disminuir los gases de efec­to invernadero y todas las implicaciones ne­ga­­tivas para el medio ambiente que suponen los com­bustibles fósiles.

Sin embargo, los sistemas de energía solar se enfrentan en la actualidad a dos grandes in­con­venientes que han frenado un mayor de­sa­rro­llo de esta fuente renovable. Por un lado, los cos­tos elevados de la fabricación de los paneles so­lares y, por otro, la necesidad de disponer de gran­des extensiones de tierras para desarrollar los parques solares.

Las nuevas plantas solares flotantes podrían so­lu­cionar estos inconvenientes, según estable­ce una nota de prensa de Eureka y un artículo del medio especializado Science Daily. Ter­mi­na­da la fase de diseño en marzo del 2010, ac­tual­mente se lleva a cabo la fabricación de un pro­totipo. La fase de ejecución se iniciaría en sep­tiembre del 2011.

Evaluación del sistema

Las pruebas se llevarán a cabo en Cadarache, en el sureste de Francia. Este lugar ocupa una po­si­ción privilegiada en la red eléctrica francesa y se encuentra en las cercanías de un empren­di­mien­to hidroeléctrico, que proporcionará la su­per­ficie de agua que se utilizará para la instala­ción del sistema.

Funcionará en las mencionadas instala­cio­nes durante nueve meses, período en el cual se eva­luarán las prestaciones del sistema y su pro­duc­tividad, atravesando cambios estacionales y va­rios niveles de agua. Los miembros del equipo de investigación creen que antes de junio del 2012 se contará con toda la información ne­ce­sa­ria para concretar la incorporación de la nueva tec­nología al mercado.

Con el objetivo de evitar un impacto ne­ga­ti­vo sobre los paisajes natu­ra­les con estas nuevas plantas so­lares flotantes, las cuencas de agua que se emplearán no de­ben ser reservas natu­ra­les, pertenecer a centros tu­rís­ticos o ubicarse en zonas de mar abierto. El propósito es utilizar cuencas industria­les de agua, que ya están en uso para otros fines.

Las posibilidades son va­ria­das, ya que existe una gran cantidad de depósitos de agua con usos hi­dro­eléctricos, industriales o agrícolas, que están abier­tos para su empleo en la producción de ener­gía. De esta manera, los inconvenientes re­la­cionados con la localización del empren­di­mien­to serían menores en comparación a un par­que solar convencional.

Disminución de costos e impacto ambiental

Además de solucionar el aspecto de las tierras re­­queridas en un parque solar tra­di­cional, la nue­va tecnología reduce también en gran me­di­da los costos de los proyectos. Una de las razo­nes es que los desarrolladores lo­graron reducir la cantidad de células solares utilizadas, gracias a un sistema solar de concentración de energía so­bre la base de espejos, que permite mantener cons­tante la cantidad de energía producida.

Por otra parte, las nuevas plantas flotantes em­plean células solares de silicio, que son más efi­cientes, confiables y económicas que las célu­las empleadas en los proyectos conven­cionales. Pa­ra poder utilizarlas se diseñó un nuevo siste­ma de enfriamiento, que soluciona los habi­tua­les problemas relacionados con el sobrecalen­ta­mie­nto que se manifiestan en las células solares de silicio.

Otro punto vital de la nueva tecnología es su ca­rácter modular, que la hace más eficiente y ver­sátil en cuanto a su inserción en el mercado ener­gético. El sistema está diseñado para que en una plataforma solar sea posible reunir la can­tidad exacta de módulos necesarios para la po­tencia deseada. Cada módulo produce una can­tidad fija de electricidad (doscientos kilo­va­tios), y de acuerdo con esto se incorporará un nú­mero determinado de módulos hasta alcan­zar la producción buscada.

Asimismo, el equipo de investigadores tra­ba­jó en el impacto ambiental de las nuevas plan­tas solares flotantes. Para garantizar el equi­li­brio de los ecosistemas submarinos y la vida de plan­tas y animales, las plataformas estarán pre­pa­radas para “respirar” a través de la superficie acuá­tica, logrando que el oxígeno pueda pene­trar en el agua.