Cocodrilos gigantes reinaban sobre los ríos del Cretácico
Mar, 15/02/2011
En el año 2000 en el Sahara, bajo el patrocinio de National Geographic. Muchos de los fósiles yacían en la superficie de una estrecha franja de rocas y dunas azotadas por el viento. Los cocodrilos habitaban lo que es hoy Nigeria y Marruecos cuando existían amplios cursos de ríos en las exuberantes planicies y los dinosaurios dominaban la Tierra.
Según explica Sereno, «estas especies abren una ventana a un mundo de cocodrilos completamente ajeno al de los continentes del norte».
El "Sarcosuchus imperator", conocido como "Super Croc" por sus 12 metros de largo y 8 toneladas de peso, es el primero y más grande de los descubiertos por los investigadores en el Sahara. Este gigante imponía su ley como ningún otro en los cursos fluviales. Y no se alimentaba sólo de peces, como sus coetáneos -aunque en aquella época medían hasta un metro y medio de longitud, y eran semejantes a los actuales celacantos de agua salada-, sino que incluía en su dieta a pequeños dinosaurios.
A partir de ahí aparecieron tres nuevas especies, apodadas "Pancake Croc", "Boar Croc" ron en Nigeria y Marruecos y que comía pescado y medía seis metros de largo, con una cabeza plana que alcanzaba casi un metro de longitud.
Estos fósiles se unen a las de dos especies ya conocidas del "Anatosuchus minor" y el "Araripesuchus wegeneri" -"Duck Croc" y "Dog Croc"-, que se descubrieron en Nigeria y que en vida medían un metro de largo. El primero de ellos se alimentaba de peces, ranas y larvas y tenía áreas sensitivas especiales en la terminación del hocico que le permitía buscar raíces en la orilla o presas en aguas poco profundas. El "Araripesuchus wegeneri" comía plantas y larvas que buscaba con un hocico similar al de un perro y buen nadador.
«Nos sorprendimos de encontrar tantas especies a la vez en el mismo lugar. Cada cocodrilo aparentemente tenía dietas diferentes y conductas distintas. Parece que se habían dividido los ecosistemas, cada especie aprovechándose de sus ventajas a su manera», comenta Hans Larsson, miembro del equipo de Sereno.
Según la interpretación de los fósiles, Sereno y Larsson plantean que estos primeros cocodrilos corrían erguidos en vez de arrastrando sus cuerpos. Sugieren que el más ágil de los nuevos cocodrilos descubiertos podía no sólo galopar en tierra, sino que también desarrolló una cola para nadar con habilidad y velocidad en el agua, dos modos de locomoción que se han sugerido como características evolutivas de los pasados 200 millones de años.
«Mis cocodrilos africanos parecían tener tanto piernas ágiles erguidas para la tierra y una cola versátil para remar en el agua. Sus talentos anfibios en el pasado podrían ser la clave para comprender cómo proliferaron», concluye Sereno.
Los actuales cocodrilos se han quedado reducidos, para fortuna de la fauna africana y también de la especie humana, en una copia reducida y casi ridícula del gran "Sarcosuchus imperator", del que basta imaginarse sus proporciones y, sobre todo, las de sus descomunales mandíbulas para sentir un escalofrío. Recreación artística de un ataque del llamado "Super Croc".
Según explica Sereno, «estas especies abren una ventana a un mundo de cocodrilos completamente ajeno al de los continentes del norte».
El "Sarcosuchus imperator", conocido como "Super Croc" por sus 12 metros de largo y 8 toneladas de peso, es el primero y más grande de los descubiertos por los investigadores en el Sahara. Este gigante imponía su ley como ningún otro en los cursos fluviales. Y no se alimentaba sólo de peces, como sus coetáneos -aunque en aquella época medían hasta un metro y medio de longitud, y eran semejantes a los actuales celacantos de agua salada-, sino que incluía en su dieta a pequeños dinosaurios.
A partir de ahí aparecieron tres nuevas especies, apodadas "Pancake Croc", "Boar Croc" ron en Nigeria y Marruecos y que comía pescado y medía seis metros de largo, con una cabeza plana que alcanzaba casi un metro de longitud.
Estos fósiles se unen a las de dos especies ya conocidas del "Anatosuchus minor" y el "Araripesuchus wegeneri" -"Duck Croc" y "Dog Croc"-, que se descubrieron en Nigeria y que en vida medían un metro de largo. El primero de ellos se alimentaba de peces, ranas y larvas y tenía áreas sensitivas especiales en la terminación del hocico que le permitía buscar raíces en la orilla o presas en aguas poco profundas. El "Araripesuchus wegeneri" comía plantas y larvas que buscaba con un hocico similar al de un perro y buen nadador.
«Nos sorprendimos de encontrar tantas especies a la vez en el mismo lugar. Cada cocodrilo aparentemente tenía dietas diferentes y conductas distintas. Parece que se habían dividido los ecosistemas, cada especie aprovechándose de sus ventajas a su manera», comenta Hans Larsson, miembro del equipo de Sereno.
Según la interpretación de los fósiles, Sereno y Larsson plantean que estos primeros cocodrilos corrían erguidos en vez de arrastrando sus cuerpos. Sugieren que el más ágil de los nuevos cocodrilos descubiertos podía no sólo galopar en tierra, sino que también desarrolló una cola para nadar con habilidad y velocidad en el agua, dos modos de locomoción que se han sugerido como características evolutivas de los pasados 200 millones de años.
«Mis cocodrilos africanos parecían tener tanto piernas ágiles erguidas para la tierra y una cola versátil para remar en el agua. Sus talentos anfibios en el pasado podrían ser la clave para comprender cómo proliferaron», concluye Sereno.
Los actuales cocodrilos se han quedado reducidos, para fortuna de la fauna africana y también de la especie humana, en una copia reducida y casi ridícula del gran "Sarcosuchus imperator", del que basta imaginarse sus proporciones y, sobre todo, las de sus descomunales mandíbulas para sentir un escalofrío. Recreación artística de un ataque del llamado "Super Croc".